Título de ilustraciones ¿El ser humano nace benévolo por naturaleza y la sociedad lo corrompe?

Título de ilustraciones

¿El ser humano nace benévolo por naturaleza y la sociedad lo corrompe?

Rousseau: benevolentes por naturaleza

Constanza Diaz Espinoza

III°A

Es cierto que hoy, en las sociedades actuales, podemos decir que el mayor enemigo del hombre es el hombre. Somos la única especie que ataca de manera premeditada y no por instinto, no se trata de supervivencia o defensa propia, nos guiamos por intereses egoístas, somos intolerantes y posesivos. ¿Actuamos por instinto? ¿Es este comportamiento en nuestra naturaleza? De lo contrario, llamarnos animales sería insultar a los animales, que se mueven por instinto, ya que no tienen la capacidad de razonar que los humanos. Sin embargo, sabiendo que no todos somos así, que hay personas que no se mueven guiadas por intereses, pero que ayudan porque creen que es lo correcto, personas que valoran otras cosas por encima de sus activos y ganancias, personas que se respetan a sí mismas. Ella misma y respeta a los demás. Me hace pensar que podría no estar en nuestra naturaleza comportarnos de manera egoísta y que esta declaración es una excusa burda para eximir nuestras propias acciones de responsabilidad.

Me entristece escuchar a la gente decir que hay muy pocas de las personas de las que estoy hablando, contadas con los dedos de una mano. ¿Alguna vez llegará el día en que las personas egoístas sean muy pocas, contadas con los dedos de una mano, el día en que esta situación se revierta?

¿Pero qué nos hace así? Rousseau creía que "el hombre es bueno por naturaleza" y que es la sociedad la que lo corrompe. Una sociedad predominantemente capitalista, en la que cada individuo lucha por retener sus privilegios y posesiones. Es una sociedad en la que las personas aprenden desde una edad temprana a competir tanto como sea posible, sin un objetivo claro que no sea acumular riqueza y privilegios. Rousseau establece el comienzo de esta idea cuando un hombre tuvo la idea de encerrar un terreno diciendo que era suyo. Por lo tanto, establece que el deseo de poseer propiedad privada y delimitar las posesiones de uno son elementos clave en la degeneración del hombre en un ser egoísta.

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