Un Ecuentro Consigo Mismo
Enviado por sergiohincapie • 24 de Febrero de 2015 • 688 Palabras (3 Páginas) • 177 Visitas
UN ENCUENTRO CONSIGO MISMO.
Un día 21 para llegar a un 22, es como inicia la gran pero compleja historia del joven que por primera vez se encontró consigo mismo y de inmediato empezó a hacerse preguntas en medio de su encuentro; el silencio ayudaba para que las ideas y las especulaciones resurgieran, por lo que le urgía hablar con alguien, pero un alguien que jamás supo quién era porque a pesar de que ya había hablado con Dios en lo profundo de su corazón le faltaba que alguien más lo escuchara.
En medio de la situación el joven entró en desesperación y empezó a buscar si alguien también había llegado a tener dicha sensación en el trayecto de su vida, en ese momento, por una gracia divina encontró consuelo, él nunca esperaba que esa persona se le acercara y menos para ayudarle en algo tan personal como el “encuentro consigo mismo”; hubo en el momento cierta intriga muy dentro del ser del joven y le surgía una pregunta más a tanta polémica: “¿mi intimidad si se puede ver depositada en esta persona?”, no obstante antes de que saliera la respuesta esa persona le hizo entender al joven que la amistad inspirada en ese momento era tan sincera, como la de una madre con sus hijos, él, como joven no dudo en querer encontrar respuestas rápidas y concisas en esa nueva “amistad” que estaba creciendo, sin crear rodeos el otro joven o nuevo amigo empezó a preguntar:
- ¿qué tienes?
Y el gesto más importante y bonito:
- ¿te puedo ayudar?...
A lo que el joven dio una respuesta afirmativa empezando a dar lugar a esa familiaridad, esta conversación, empezó, pues a las 8:30pm y se dio por terminada a las 10:23pm por una inesperada interrupción, pero en esa hora y veinticinco minutos (aproximadamente), hubo un encuentro entre dos personas que aunque nunca habían hablado, se trataron como si se conocieran de toda la vida y acaeció una confianza tan grande que en el lapso de tiempo no se escapó ni el más mínimo detalle de la vida de ambos; dos realidades completamente diferentes debido al estilo de vida y el nivel de madurez entre estos jóvenes; la gracia de Dios si se hizo sentir entre ellos, porque así como todo empezó, el uno queriendo escuchar y apoyar al otro en sus dudas, todo el apoyo fue recíproco, o mejor hablemos de una terapia psicológica mutua; sí, se puede hablar de dicha terapia porque resultó de una historia de vida compleja dos realidades semejantes.
En el diálogo de los jóvenes se trataron temas profundos que a su vez llevaron a tomar consejos, charlas, momentos de reflexión y llanto, sí, llanto porque para enfrentar la realidad tiene que haber lamento, y de esa forma comprender una de las realidades y a demás ver cuán grande es la debilidad del ser humano. En este coloquio ellos se convencieron de: para poder salir de una dificultad, hay que tener amistades, amistades de verdad, en las que puedas confiar hasta la más grande intimidad
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