Un Mundo De Especialistas Es Un Mundo De Automatas -Mario Vargas Llosa-
Enviado por Adzibs • 22 de Enero de 2014 • 556 Palabras (3 Páginas) • 297 Visitas
Mario Vargas Llosa: Un mundo de especialistas es un mundo de autómatas
Por Agencia EFE /
Dia de publicación: 2011-03-02
Ante una multitud de jóvenes, el Nobel Mario Vargas Llosa hizo patria por las letras y confió el futuro a la educación en Humanidades, en lugar de a la cada vez mayor especialización que produce "autómatas".
"Corremos el riesgo de que la sociedad se fragmente en islotes de seres aislados", dijo el escritor en una conferencia magistral que ofreció ante universitarios mexicanos, en la que defendió la importancia de seguir la vocación.
La cada vez mayor automatización de los estudios puede crear "personas encarceladas dentro de otra vida", muy versadas en su campo pero privadas de vínculos hacia el resto de individuos por la carencia de un tronco común.
"Las Humanidades nos recuerdan que en lo fundamental somos lo mismo", apuntó el Nobel de Literatura peruano, quien comenzó hoy en México una apretada agenda en la que se mezclan conferencias, ceremonias de condecoración y su actuación teatral en el Palacio de Bellas Artes.
La educación ha de recordar a los seres humanos que son "un conglomerado" con mucho en común y no habilitar espacios de separación. "Los programas de educación de los Gobiernos promueven la especialización, y las Humanidades aparecen como quehaceres prescindibles", lamentó.
En su opinión, es necesario hallar denominadores comunes que concilien esa creación de especialistas con contenidos que exploten el tronco común.
El mundo, prosiguió Vargas Llosa, ha cambiado más que nunca en los últimos 25 años, por lo que es posible que algunos aspectos de las universidades hayan quedado bañados de cierto "desfase". Por ello, el mundo de la educación ha de ser "creativo en la formación de la universidad de nuestro tiempo".
El autor de "La fiesta del chivo" recordó con emoción sus días universitarios, en busca de un espacio de libertad contra la dictadura del general Manuel Arturo Odría (1950-1956), y que le serviría para su obra "Conversación en la catedral", la que más quiere.
Allí, en las aulas de San Marcos, el joven embrión de escritor cimentó su "rechazo a toda forma de tiranía y sojuzgación del espíritu independiente".
El valor de la rebeldía es esencial para una sociedad, declaró, siempre que esta no se confunda con la destrucción y añadió: "El espíritu crítico es absolutamente fundamental y sin él no hay progreso".
La rebeldía tampoco tiene porque significar la anarquía, puede conjuntarse, con un esfuerzo, con cierta disciplina, para que tenga efectos duraderos. "Los grandes rebeldes han dejado una obra hecha posible por la perseverancia,
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