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Un análisis de la relación entre la racionalidad y la ética alrededor de la toma de decisiones en las organizaciones


Enviado por   •  11 de Enero de 2022  •  Ensayo  •  5.775 Palabras (24 Páginas)  •  109 Visitas

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Un análisis de la relación entre la racionalidad y la ética

alrededor de la toma de decisiones en las organizaciones

Jorge Luis Ojeda Pino


Resumen

El proceso decisorio es un elemento clave en diversos campos. La racionalidad es un marco teórico para entender y formular el comportamiento social y económico que contribuye a la búsqueda de mejores  decisiones. Este rol de la racionalidad genera diversas expectativas de parte de quienes interactúan con el proceso decisorio; una de estas expectativas es que debe incorporar criterios éticos en el proceso decisorio. Esta reflexión explora, tanto el concepto de racionalidad, como sus tipos, a fin de evaluar qué tanto debería o no incorporar estos criterios éticos.  La exploración  incluyen los conceptos de racionalidad instrumental mínima y ética, proponiendo un análisis de sus puntos de contacto y de sus roles en cuanto al conocimiento previo a la toma de decisiones, el razonamiento, las acciones derivadas del proceso decisorio y sus consecuencias. Se concluye que la racionalidad y la ética comparten diversos campos de implementación del proceso decisorio, pero cada una desde su propio rol.

Palabras clave:  racionalidad, ética, proceso decisorio

Abstract

The decisional process is a key element within many fields. Rationality is a theoretical framework to understand social and economic behavior  contributing to better decisional processes. This role of rationality generates various expectancies on stakeholders of the decisional process, one of these expectancies demands to include ethical criteria within the decisional process. This reflection explores both the concept of rationality as well as its types, towards evaluating to what extent ethical criteria should be incorporated. As part of this exploration, the concepts of minimal instrumental rationality and ethics are analyzed, proposing the discussion of common fields and roles in relation to available knowledge for the decisional process, reasoning, derived actions and consequences. It concludes that rationality and ethics share many fields during the implementation of the decisional process, but both with a different role in it.

Keywords:  rationality, ethics, decisional process

Introducción

La toma de decisiones es un proceso crítico prácticamente en cualquier evento humano o incluso natural. La abundancia creciente de publicaciones en torno a la toma de decisiones demuestra la importancia que se le da en diversas disciplinas. Sólo por tomar extremos, la búsqueda de decisiones eficientes es una preocupación válida y necesaria, tanto en la gestión empresarial, al intentar optimizar  los resultados de una organización (Drucker, 1967), como en la biología, cuando las especies persiguen  su supervivencia (Rosenthal, 2017).

Es natural, entonces, preguntarse cómo entender esta importancia, y como consecuencia  al mismo tiempo, resulta  necesario definir mejor qué la condiciona. Al explorar las definiciones más generales de epistemología, conocimiento, valor, ética o racionalidad, se puede entender que uno de los atributos más importantes en la toma de decisiones, es la expectativa de que la decisión genere algún tipo de valor. Cabe mencionar que no se trata de asumir que el proceso decisorio dé como resultado la generación de  valor, sino que sea fácilmente comprobable que la expectativa que genere valor es real en la práctica del proceso decisorio (Verbeek, 2002). En publicaciones aplicadas a la gestión empresarial, por ejemplo, se considera que el atributo más importante de una buena decisión es tener claridad sobre su contribución a un “incremento del desempeño de las organizaciones” (Rogers, 2006), o a un “resultado exitoso” (Courtney, 2013). No es sorprendente, entonces, encontrar que, bajo diversos enfoques o disciplinas, se hayan reflexionado y publicado ideas que intenten satisfacer la curiosidad, a veces académica e incluso superficial , sobre cuándo una decisión, o la acción que se desencadena, es “buena” o “correcta”, muchas veces con conceptos poco rigurosos o coloquiales de estos atributos.

El reto de intentar definir la toma de decisiones y su importancia nos lleva a tratar de entender rápidamente la validez de los conceptos que intervendrían en su definición . En otras palabras, si la reflexión fuera tan sencilla como afirmar que para tomar una buena decisión es necesario generar valor, el asunto  estaría zanjado . Pero qué es una buena decisión, conlleva a preguntarse por la definición de “valor”. A su vez, definir el valor  implica precisar  si este valor que intenta generarse es óptimo y, finalmente, a la pregunta sobre qué criterios determinan esta optimización. Al revisar la literatura, se observa, precisamente, que esta concatenación de dependencias ha ocupado la reflexión de muchos autores, en gran medida debido a que existe una gran expectativa de parte de los usuarios o destinatarios de las consecuencias de un proceso decisorio que garantice el efecto esperado . ¿Es este efecto positivo parte de la definición de racionalidad y ética? ¿Es  una consecuencia inevitable que un proceso decisorio deba tener consecuencias que se aprecien como “buenas”? Y ¿existe alguna forma de definir el concepto de “bueno”?

Heinz von Foerster, uno de los padres del constructivismo, dijo que “solo podemos decidir estas preguntas que son en principio indecidibles” (Segal, 2001). Esta frase suena paradójica y es que realmente lo es. Si, por ejemplo, reflexionamos,  sobre  preguntas, como, qué cantidad de dinero es mayor o cuál objeto pesa más, las respuestas son simples y hasta triviales. Pero si preguntamos, “¿Qué es mejor, quedarse en la compañía o aceptar una buena oferta?” el tema es mucho más complejo. Pensemos en función de qué y en qué periodo deberíamos medir el resultado de la decisión. Es claro entender, hasta este punto, que en realidad no existen ni buenas ni malas decisiones, simplemente decisiones y consecuencias; y siendo aún más  precisos, decisiones y una cadena de consecuencias y nuevos momentos de decisión. Es a partir de este análisis que no podemos afirmar que existan decisiones malas ni buenas; pero si podemos llevar a evaluación la forma en que se llevó a cabo el proceso decisorio.  

Bonatti (2019), recoge y sintetiza el aporte de un conjunto de autores como Bunge, Kahneman, Pavesi, Cherniak, y Elster, entre otros, a fin de plantear de una manera más estructurada la búsqueda de la fuente de importancia de la racionalidad en la toma de decisiones, identificando la racionalidad y sus tipos como un eje sobre el cual profundizar. Uno de los conceptos  centrales de esta estructura conceptual, entiende que la racionalidad, en su rol dentro del proceso decisorio, requiere ser entendida sin la aspiración a una definición universal, sino más bien tratando de identificar sus atributos y roles mínimos. Como parte de este análisis, es Pavesi (2004) quien identifica muchos de los factores que pueden ayudar a aclarar la búsqueda de precisión de estos atributos y sus roles a través de una exploración del proceso decisorio.

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