Utopía- Tomas moro

Utopía- Tomas moro

Tomas comienza redactando la invitación que le surgió para ser delegado oficial a parlamentar y conseguir un acuerdo con el rey de Inglaterra y el príncipe castilla en su estancia le toca de compañero a Cuthben Tunstall , era el archivero en jefe.

Tomas resalta sus virtudes y menciona una frase, <alumbrar al sol con un candil> hace referencia a que sus elogios hacia su amigo están de más, pues su presencia resalta por sí solo.

Saltando unos cuantos detalles, dice que tuvieron varias reuniones sin poder concluir nada, así que decide irse a Amberes, ahí recibe numerosas visitas, y una en especial de Pedro Gilles, natural de Amberes.

Cuando él se dirigía a su casa después de ir a misa se encuentra con Pedro y este le señala a un sujeto que era marinero y Pedro le dice que quiere llevarlo a su casa porque tiene muchos relatos que le interesarían, y así conoce a Rafael.

Rafael les conto sobre las costumbres y régimen de los autopianos, su familia y una charla que salió por casualidad "Republica de utopía"

Rafael comentaba lo que pensaba, lo que había de bueno en una república y falso en otra, mientras Moro se deleitaba más con la charla. Fue cuando le mencionaron a Rafael la extrañeza de que se pusiera a la orden de alguno de los príncipes o reyes. Y así fueron extendiendo su conversación, hablando de los reyes y su filosofía, cuando tocaron el tema de la propiedad privada.

Rafael expreso su sentir. “Donde hay propiedad privada y donde todo se mide por el dinero, difícilmente lograra la cosa pública se administre con justicia y se una en prosperidad. A no ser que pienses que se administra justicia, permitiendo que los mejores tomen a manos de los peores, permitiendo signo de prosperidad de un estado, unos cuantos acaparen casi todos los bienes y disfruten a placer de ellos, los otros de mueren de miseria”.

Rafael, esto le declararon a Platón, no puede haber igualdad con la existencia de la propiedad privada, si no se quita es

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ta, será imposible arbitrar un método de justicia distributiva ni como administrar los bienes humanos. Moro le contesta su desacuerdo, ya que él piensa que los hombres jamás conocería su bienestar bajo un régimen de comunidad de bienes, el opina que si no hubieran los bienes privados los hombres serían perezosos y de no poder adquirir nada como propio, sería una constante rebelión y venganza y si la autoridad desapareciera ese temor saludable que inspira no habría diferencia social, algo inimaginable e indeseable para Tomas Moro.

Su plática de torno a una conversación excitante para ambos y a la vez como un debate porque era certero que no compartían los mismos pensamientos y eso era lo que hacía emocionante

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