Valores Eticos
Enviado por gatitamarle • 13 de Enero de 2012 • 594 Palabras (3 Páginas) • 818 Visitas
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VALORES ÉTICOS MORALES
En la actuación profesional, cada individuo tiene su propio patrón de valores,
por ello se hace necesario que cada uno haga su propia reflexión, a modo de
compatibilizar los comportamientos con los valores corporativos, el Código de
Conducta y Ética Empresarial, los objetivos estratégicos, las normas internas
de las Compañías y la legislación aplicable.
CONSTANCIA Hay gente también que se queda paralizada por el miedo al fracaso, pero repito, el quedarte paralizada te garantiza ese fracaso que tanto temes. Si entras en acción puede que las cosas no te salgan bien, pero en el peor de los casos saldrán mejor que quedándote paralizada.
PERDON PERDÓN. Para mi el perdón no proviene del corazón sino del ego, porque para perdonar primero hay que culpar, y el corazón no culpa.
El corazón no culpa; entonces, si no hay culpa no hay perdón. Por lo tanto, el corazón no va a perdonar aquello que no ha culpado. Decir que se perdona con el corazón es una falacia total.
Existe un malentendido: no hay que perdonarse nada, porque perdonarse a sí mismo es peor que perdonar al otro: en ambos casos es fruto del ego, no del amor.
Es decir, la secuencia es la siguiente: primero cometes un acto hostil, luego te ofendes por haber cometido ese acto hostil y luego te auto perdonas. No dudo que una persona es lo suficientemente perspicaz como para darse cuenta de esto.
Por otra parte, ¿qué es eso de ser indulgente con uno mismo y perdonarse? Es el error que muchas veces está tan claro por ejemplo con la confesión: te confiesas y el cura te absuelve y ya …aveces no estoy de acuerdo con esto.
Lo que hay que hacer no es perdonarse, porque eso es una actitud no sólo errónea y cobarde sino que te hace sentir culpable. No tienes nada que perdonarte sino asumir valientemente la responsabilidad y confrontar lo hecho, porque esta actitud te pone “en causa” y perdonarte, en cambio, te pone “en efecto” haciéndote sentir culpable con todas su consecuencias: depresión, angustia, desánimo, y te quita la alegría de vivir.
EL ÉXITO
El éxito no siempre tiene que ver con lo que mucha gente ordinariamente se imagina. No se debe a los títulos que tienes, sean de nobleza o académicos, ni a la sangre heredada o a la escuela donde estudiaste.
No se debe a las dimensiones de tu casa, a cuántos carros caben en tu cochera o si éstos son último modelo. No se trata de si eres jefe o subordinado, si escalaste la siguiente posición en tu organización o estás en la ignorada base de la misma.
No se trata de si eres miembro prominente de clubes sociales o si sales en las páginas de los periódicos. No tiene que ver con el poder que ejerces o si eres un buen administrador, si hablas
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