Victor Frankl

En este capítulo, El destino, un regalo, nos hace reflexionar de cómo podemos ver la vida cuando estamos en problemas, o nuestras dos posibles opciones, una sería con dignidad y responsabilidad, tratando de solucionarlo con una buena actitud ante él. Otra sería dejar atrás esa dignidad, y como menciona el libro, comportarse como un animal, sin razonar nuestras acciones, como resultado luego de esto sabremos si merecemos o no, o si valdrá o no la pena el sufrimiento y dolor por el cual atravesamos. Esto es la libertad interior. Es la capacidad de elegir entre una cosa u otra, y del modo en que la realices. Pero desgraciadamente este concepto de libertad se ha visto de otro modo, por ejemplo, libertad es no tener límites, hacer lo que queramos, nos sea conveniente y nos beneficie, pero en el sentido antropológico, o sea de vida, es todo lo contrario, la libertad es el límite, tú limite, tu responsabilidad, es que midas tus actos. Se dice que así es como se alcanza la libertad interior. En el libro como ejemplo claro esta Víctor y todos los internados del campo de concentración. Vemos como todos, que aparentemente se encontraban en la misma situación, tienen destinos muy diferentes. Esto se debe a la forma en la cual vieron su vida, o como decidieron vivirla. Muchos se dieron por vencidos, no valoraron prácticamente su vida y perdieron la esperanza de sobrevivir. Pero en el caso de Víctor y de los que lo lograron tuvieron esa capacidad, dignidad y valentía para buscar la forma de sobrevivir dentro del campo, de no perder la cabeza, y de tener actitud, pero no para lastimar al prójimo, al contrario, ser un mejor ser humano, y ver por los demás.

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