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Vida, Muerte Y Trascendencia Segun Aristoteles


Enviado por   •  29 de Septiembre de 2014  •  706 Palabras (3 Páginas)  •  4.815 Visitas

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Aristóteles, en su libro Acerca del alma (1983, 168), parece identificar vida y alma. Al referirse al hombre dice que es el ser que nace, se alimenta, crece, se reproduce, envejece y muere, siente, apetece, se desplaza, entiende, razona y habla.

El conjunto de estas actividades se suele denominar vida. Por lo que la vida, para Aristóteles, es una actividad.

Lo que es sustancia es el hombre, que es un compuesto de alma y cuerpo:

"Todo cuerpo natural, pues, que posee la vida, debe ser substancia, y substancia de tipo compuesto." (Del Alma, 412, a.)

Todo ser vivo se caracteriza por el hecho de que realiza por sí mismo una serie de funciones fundamentales: se alimenta, crece y perece según su naturaleza.

El término vida es análogo y no unívoco, esto quiere decir que dicho término posee múltiples sentidos: "Ahora bien: la palabra vivir tiene muchos sentidos, y decimos que una cosa vive si está presente en ella cada una de las cosas siguientes: mente o pensamiento, sensación, movimiento o reposo en el espacio, además del movimiento que implica la nutrición y el crecimiento o corrupción."

Los seres vivos son también substancias compuestas de materia y forma (hilemorfismo):

- El cuerpo (soma) de los seres vivos constituye su substrato o materia.

- El alma (psyché) es la forma (morphé) que determina a ese cuerpo a ser lo que es y a comportarse y realizar naturalmente las funciones que le son propias.

Este hilemorfismo permite concebir al ser viviente como un compuesto unitario, regido por un alma que no representa sino su principio vital, el fundamento de toda su funcionalidad y operatividad.

Por lo tanto el hilemorfismo en el terreno antropológico supone el rechazo de la inmortalidad del alma que afirmó Platón (y los pitagóricos).

El alma no sobreviene la muerte, no es eterna ni inmortal ni se reencarna en ningún otro ser.

El alma no puede existir sin el cuerpo, aunque ella misma no sea un cuerpo. Al igual que no puede haber vista sin ojo que la realice, no puede existir separadamente un alma de un cuerpo, puesto que ésta no es más que su forma, su funcionalidad.

Aristóteles criticará a Platón su concepción tripartita del alma y la fisicalización de ésta.

El alma no tiene partes, ni hay tres almas distintas. El alma es única, ilocalizable porque no es un cuerpo ni una parte del cuerpo, sino su función.

El ser vivo, y el hombre, es un compuesto unitario, y su alma está presente en todo el cuerpo como lo están todas las formas en todas las substancias.

Sin embargo, sí acepta Aristóteles una jerarquía en los seres vivientes producida por la heterogeneidad de las funciones vitales que realizan: no todos los seres vivos tienen las mismas capacidades, ni realizan las mismas funciones. Hay diferentes niveles de operatividad y funcionalidad

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