ÉTICA Y MORAL EN: EL EXTRAÑO CASO DEL DR. JEKYLL Y EL SR. HYDE
Enviado por Sotomoranda • 1 de Abril de 2019 • Ensayo • 681 Palabras (3 Páginas) • 1.652 Visitas
Villarreal Soto, Hiram Alonso
Ética
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ÉTICA Y MORAL EN: EL EXTRAÑO CASO DEL DR. JEKYLL Y EL SR. HYDE
Pueden plantearse estas preguntas: ¿qué soy? y ¿qué debo hacer? El autor, Robert Louis Stevenson, presenta un análisis crítico de la realidad social en la que vivió, época marcada por el “fulgor” de progreso de la Revolución Industrial en el Reino Unido; y aunque se hable de una sociedad de hace dos siglos, no parece muy diferente a la nuestra; hay, pues, tres “ramas” de las que se habla y hablaré: la tesis, la antítesis y, finalmente, la síntesis; visto desde un punto de vista psicoanalítico, cuya similitud de definiciones es de esperarse, charlaríamos de: el Ello, Yo y Superyó, sin embargo, descubriremos la diferencia entre estas perspectivas más adelante. La premisa superpuesta es la dualidad del hombre, el bien y el mal, y la coexistencia de estos en el individuo, y la lucha entre estos, que es construida a partir de un sistema de valores que conocemos como “moralidad”, la cual se encuentra en el hombre (el varón adulto, exclusivamente). Dentro de este concepto se halla una jerarquía universalizada que necesariamente, como su definición lo pide, es vertical, en cuyo vértice superior se ubica la razón (representada por el hombre), y en contraparte, su vértice inferior, la locura (las mujeres y los niños). Entra en la moral el término griego “kalokagathia”, vocablo que expresa en su significado lo bueno, bello y verdadero, la virtud, esto es, Dios, la tesis, cuyas características se encuentran presididas por Jekyll. Hyde, pues, alberga en esencia a Satanás, quien es malo, feo y falso por naturaleza, la antítesis. Observamos en el relato cuál es el alcance de la moral y en qué consiste ser cómplice de esta con las acciones de los personajes a los que el autor da un papel dentro de este sistema; ¿y por qué digo cómplice? Bien, pareciera que la moralidad, y así es dentro de este kosmos, es manipulable. Hyde, quien es preposicionalmente indeseable, sabe esto: cada acción de este personaje es, si bien censurada, no justificada por él, y, dentro de la moralidad, aunque maligno, no recibe castigo alguno por las autoridades que no pudiera soslayarse por la fragilidad de la moral y la razón tan celosamente representadas, seduciéndolas, y, sin embargo, la consecuencia de una falta a la moral podía ser fácilmente resarcida dependiendo de quién fueses (deseablemente un hombre que representara la razón) y qué hacías (con el tiempo y el dinero) que pudiera “justificar” algo que “objetivamente” es malo. Podemos colegir que lo que hace a Hyde repulsivo e indescriptible en esta novela no es la representación del mal, o que el mal morara en él naturalmente, ya que Hyde no entraba en este concepto, sino su inclinación, no una predilección, como a lo que la moral tiende, más bien a una pendiente en la que todos resbalan por igual. Era tan incomprensible e irracional que “alguien” no estuviera dentro de este marco moral, que era repugnante, inaceptable. “Anagnórisis”, a partir de aquí entendemos cuál es la verdadera identidad de ambos personajes principales: Jekyll es Hyde y Hyde es Jekyll. La pócima hecha por el doctor rezumó su interior, por eso digo que son el mismo, mas no lo mismo. Jekyll es la casa, la persona, la máscara - ¿de verdad hay tal Jekyll?-, y Hyde, el hogar; lo exterior representa la moralidad, el interior, la ética, ambas son percepciones, verdaderamente, la diferencia es el origen. Jekyll sucumbe e hizo sucumbir ante la seducción (secreto y silencio) y la angustia, las cuales no necesitan justificación o razón para uno mismo ¿Cómo pues definimos la ética? Allí el Ello, lo que añora y resguarda todos nuestros deseos más atrevidos y primitivos, allá el Superyó, que alberga nuestros principios ideales, y aquí, el Yo, quien regula y modera entre las dos a través de la elección. No hay bien ni mal, no hay tal moral universal, no hay… Hay… elección. El verdadero interior. Con lo cual, según mi elección, estoy en absoluto desacuerdo, pero este es otro tema.
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