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Ética para Amador, pensamientos y reflexiones sobre la ética


Enviado por   •  14 de Julio de 2023  •  Ensayo  •  1.589 Palabras (7 Páginas)  •  39 Visitas

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En el prólogo, un padre, expresa su intención de no ser un amigo demasiado cercano de su hijo adolescente. Considera que los jóvenes deben tener amigos de su edad y que la relación con los padres y otros adultos debe ser razonablemente buena, aunque a veces incluya momentos de frustración o desacuerdo. Advierte sobre los adultos que intentan ser demasiado simpáticos y tratan de ser más jóvenes que los jóvenes, considerándolos sospechosos y sugiriendo que pueden tener segundas intenciones. En cambio, considera que un padre o profesor adecuado debe ser un poco molesto o cargante para cumplir su función correctamente.

El autor explica que decidió escribir el libro porque a veces tiene ganas de contarle muchas cosas a su hijo, pero no siempre encuentra el momento o la forma adecuada de hacerlo. Considera que un libro es la mejor manera de transmitir sus pensamientos y reflexiones sobre la ética, ya que puede ser leído en cualquier momento y sin necesidad de mostrar respeto o atención constante. El objetivo del libro no es enseñarle cosas a su hijo, sino estimular su desarrollo como libre pensador.

Le cuenta a su hijo una pesadilla que tuvo en la que el hijo era arrastrado por un huracán. En la pesadilla, el padre le dice al hijo que tenga confianza, y a partir de ese momento, le dice al hijo que la confianza es la lección más importante que quiere transmitirle. Menciona que no debe confiar en él ni en ninguna otra autoridad, sino en sí mismo y en su propia inteligencia y amor. También hace una analogía con los pueblos antropófagos que comen el cerebro de sus enemigos para adquirir su sabiduría, y dice que en el libro está compartiendo su propia experiencia y conocimiento con el hijo.

El primer capítulo del libro, el autor se plantea la pregunta sobre qué es la ética y de qué se trata, menciona que hay diferentes motivos por los cuales se estudian ciencias, pero que la ética no es una ciencia que se estudie por simple interés de saber cosas nuevas, sino que es un arte de vivir. También destaca que la ética no se trata de seguir órdenes, costumbres o caprichos, sino de elegir lo que nos conviene y vivir de la mejor manera posible.

El segundo capítulo del libro, en el que el autor reflexiona sobre las órdenes, las costumbres y los caprichos como motivos para la acción. Plantea que estos motivos pueden influir en nuestra conducta, pero que no son suficientes para guiar nuestra ética. Menciona que las órdenes pueden venir del miedo a las represalias, las costumbres de la comodidad de seguir la rutina y los caprichos de nuestros deseos momentáneos. Sin embargo, el autor sostiene que la ética va más allá de estos motivos y requiere un pensamiento más profundo y una reflexión sobre lo que realmente queremos y lo que es conveniente para nosotros.

En el tercer capítulo, en el que el autor aborda la idea de "haz lo que quieras" como lema fundamental de la ética. Explica que esta frase no implica hacer cualquier cosa sin restricciones, sino más bien implica tomar decisiones basadas en nuestra propia voluntad y libre albedrío. El autor destaca que esta libertad de elección no significa actuar de manera egoísta o irresponsable, sino que implica tomar decisiones conscientes y responsables que nos permitan vivir de acuerdo con nuestros valores y principios. El autor enfatiza que la ética no se trata de seguir órdenes externas, sino de escuchar nuestra propia voz interior y actuar en consecuencia.

En el capítulo cuarto, reflexiona sobre lo que realmente deseamos en la vida y cómo podemos vivir de la mejor manera posible. Se plantea que la ética no es más que el intento racional de averiguar cómo vivir mejor y que todos buscamos darnos la buena vida. El autor menciona el ejemplo de Esaú, quien renunció a su derecho de primogenitura por un plato de lentejas, y el ciudadano Kane, quien se dedicó a acumular cosas materiales, pero al final reconoció que cambiaría todo por una simple cosa humilde. Ambos personajes, a pesar de hacer lo que querían, no lograron darse una buena vida. Se destaca que la buena vida no puede prescindir de las cosas, pero tampoco puede pasarse de personas. Es importante tratar a las personas como personas, con realismo y bondad, ya que ninguna ley instituida puede imponer el amor y la compasión hacia los demás. El autor concluye que vivir bien implica tomar decisiones respecto a uno mismo y a los demás, sin esperar a que la estadística o el resto del universo lo pida. También menciona que la vida verdadera es un encuentro con los demás y que la virtud requiere coraje y esfuerzo. Este capítulo nos invita a reflexionar sobre cómo podemos vivir de la mejor manera posible, considerando tanto nuestras propias necesidades como las de los demás.

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