Ética y valores

El hombre es un ser portador de valores, el destino del hombre es humanizarse y los valores son insoslayables. Hay valores inferiores (los que mantienen las condiciones materiales, corporales) y los superiores (los relacionados con el espíritu del hombre).

Todo fluye y nada permanece, lo nuevo se hace viejo, "alguien se baña y no se baña dos veces en el mismo rio", Heráclito anticipó a Parménides, los valores, como productos de la historia, cambian con el tiempo, con el contexto, con los sujetos que los viven. Y, por ende, surgen unos valores nuevos, con hombres nuevos que los fomentan.

Una de las primeras cuestiones a las que la recién nacida Axiología se enfrentó fue la polémica entre subjetivismo y objetivismo, en términos antiguos: saber si creer en la belleza de las cosas o en las cosas bellas; ser piadoso por aprobación divina o por la misma aprobación ser piadoso

Las discusiones entre objetivismo y subjetivismo han sido abundantes pero estériles, ambas muestran aspectos del valor importantísimos, pero minimizan al otro, es posible, entonces que el valor sea objetivo y subjetivo, resaltando la importancia de la conjunción.

Concibe la existencia del valor más allá de la experiencia subjetiva. El valor se encuentra en los ideales de los objetos, y son, por lo tanto, independientes del sujeto que valora, y si coinciden se concreta un bien. Estas teorías son un contrapeso al relativismo implícito de las teorías subjetivistas

La palabra valor viene del latín valor, valere (fuerza, salud, estar sano, ser fuerte). Cuando decimos que algo tiene valor afirmamos que es bueno, digno de aprecio y estimación. En el campo de la ética y la moral, los valores son cualidades que podemos encontrar en el mundo que nos rodea. En un paisaje (un paisaje hermoso), en una persona (una persona honesta), en una sociedad (una sociedad tolerante), en un sistema político (un sistema político justo), en una acción realizada por alguien (una acción buena), en una empresa (organización responsable), y así sucesivamente, Aunque son complejos y de varias clases, todos los valores coinciden en que tienen como fin último mejorar la calidad de nuestra vida.

De esta manera, si deseamos vivir en paz y ser felices, debemos construir entre toda una escala de valores que facilite nuestro crecimiento individual para que, a través de él, aportemos lo mejor de nosotros a una comunidad que también tendrá mucho para darnos. Son, pues, tan humanos los valores, tan necesarios, tan deseables, que lo más natural es que queramos vivirlos, hacerlos nuestros, defenderlos cuando estén en peligro o inculcarlos en donde no existan. En este punto es donde intervienen la moral y la ética.

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