BATALLA DE LA TABLADA - TARIJA - BOLIVIA (1817)
Enviado por yesico • 22 de Noviembre de 2011 • 2.489 Palabras (10 Páginas) • 1.941 Visitas
Batalla de La Tablada
En la gloriosa y heroica campaña sostenida por nuestro pueblo en la Guerra de la Independencia Americana, resalta con vívidos fulgores la gesta del 15 de Abril de 1817. Todas las obras históricas que se han escrito sobre la epopeya de los quince años consignan en sus páginas esta acción guerrera cuya importancia y trascendencia se ha relevado justicieramente. Empero, pocos son los historiadores que le han dedicado un análisis circunstanciado. Menos aún, los que han hecho resaltar la decisiva intervención que les cupo a nuestros caudillos. Esto se justifica en cierto modo ya que, al tratar en conjunto quince largos años de permanente lucha irradiada en un extenso territorio, no es posible detenerse en el estudio minucioso de acciones aisladas.
Más, nosotros que anhelamos aportar nuestro modesto concurso para el mejor conocimiento del pasado histórico de nuestro pueblo, estamos obligados a analizar en sus fases y detalles más importantes este episodio guerrero, aún a trueque de cansar a nuestros lectores. Creemos cumplir un deber de tarijeño. Y en ello nos apoyamos para encarecer a indulgencia de quienes nos lean.
Antecedentes
El General Belgrano, Comandante en Jefe del Ejército Auxiliar Argentino, había organizado su Cuartel General en Tucumán. Desde allí amparaba convenientemente las acciones del caudillo Martín Miguel Güemes que se esforzaba por desalojar al enemigo que invadió la circunscripción de Salta. Con la intención de auxiliar los movimientos de los guerrilleros altoperuanos, Belgrano decidió enviar un destacamento que se internara en el Alto Perú amagando Tupiza y Cotagaita, con el objetivo de llegar hasta Oruro. Era una maniobra muy difícil y atrevida, indudablemente, pero, de efectuarse conforme al plan preestablecido sus resultados habrían logrado incalculables ventajas para las armas patriotas.
Un proyecto de tanta envergadura debía confiarse a un jefe que reuniera las más sobresalientes condiciones de guerrero. Y éste fue el Teniente Coronel don Gregorio Aráoz de la Madrid.
El. valeroso y aguerrido jefe argentino partió de Tucumán el 18 de marzo de 1817, al mando de una columna compuesta por cien soldados del Primero y Segundo Regimiento de Infantería; dos Compañías del Regimiento Número 9 de Milicias de Tucumán; un Escuadrón del "Húsares" y dos piezas de artillería de montaña.
Al ingresar en territorio altoperuano, se informó que los caudillos tarijeños amagaban el valle hostigando sin descanso a las fuerzas de Mateo Ramírez. Supuso, acertadamente, que aquellos podían facilitarle cabalgaduras que tanto necesitaba para proseguir su marcha. Decidió pues, penetrar a Tarija; dio parte a Belgrano de su determinación y torció su ruta desde Sococha. La Madrid fue severamente apercibido por su General y jefe, cuyas instrucciones desobedeció, Refiriéndose a este episodio, escribe el Teniente Coronel argentino en sus MEMORIAS:
"Un día antes de Llegar a Tarija me alcanzó una comunicación del General en Jefe, en que me contestaba a la que le dirigí de San Carlos, indicándole que yo me proporcionaría los caballos en Tarija; se quejaba amargamente por haberme separado de sus instrucciones; pero con tanta fuerza, que me ofendí de reproche tan injusto en mi concepto; porque siendo los caballos el primer elemento para la empresa, no parecía propio que me lo hiciera quien no me los había proporcionado y mucho menos cuando de seguir sin ellos la ruta que se me indicaba, marchaba de seguro al precipicio, sin conseguir el objeto que el General se había propuesto".
A marchas forzadas siguió La Madrid en dirección a Tarija. El 8 de abril batió en Cangrejillos a una patrulla realista; su Comandante quedó muerto en el campo; fueron tomados seis prisioneros. Pocos días después trasmontó el "Abra del Gallinazo", situada hacia el Este de la región de Tolomosa, circunscripción de la actual Provincia del Cercado y descendió por la "Cuesta del Inca".
Interviene Eustaquio Méndez
En este último lugar se le reunió Moto Méndez con sus jinetes.
La fama del caudillo no era desconocida para La Madrid, quién lo recibió con grandes muestras de consideración y aprecio. Inmediatamente le confió la misión de guiar la marcha limpiando de obstáculos y sorpresas el camino.
Méndez desplegó a sus montoneros, cubriendo extensa área como patrulleros de avanzada. Cumpliendo instrucciones del caudillo, apresaron a todas las personas que encontraron en su camino: hombres, mujeres y niños. El astuto Moto anuló así toda posibilidad de que el enemigo se informara de la aproximación del ejército patriota.
Tarija estaba guarnecida por fuertes unidades; entre otras los "Granaderos del Cuzco", cuyo jefe era Mateo Ramírez, a la vez Gobernador de la Provincia.
Los puntos de acceso a la ciudad se hallaban fortificados y en los alrededores de la plaza se levantaban trincheras; eran las precauciones defensivas que tomó el General La Serna cuando fue sitiado por Méndez y sus montoneros. Además, en el Valle de Concepción, se encontraba el entonces Comandante don Andrés de Santa Cruz, al mando de 80 jinetes y un piquete de infantería. Este jefe, luchó más tarde en las filas patriotas. Fue Presidente de la República de Bolivia y tuvo una destacada actuación en la política sudamericana.
Como se vé, la Villa estaba fuertemente defendida y en condiciones de resistir y repeler victoriosamente cualquier ataque.
La Madrid, informado por las patrullas de Méndez de que en Concepción acantonaba una importante unidad, desvió su camino hacia la derecha, penetrando por un punto intermedio entre aquel villorrio y Tarija. El 14 de abril avistó la ciudad, a la que amagó por el Este. Anoticiado Ramírez de la aproximación de tropas, supuso que se trataba de alguna fracción de los caudillos y salió a su encuentro. Se dice que al arengar a su gente exclamó:
"Vamos a desparpajar a esos gauchos".
Posiblemente llevó consigo sólo una parte de sus efectivos. Cuando los patriotas descendían por Tablada, avistaron al enemigo que había cruzado el río. Inmediatamente el Teniente Coronel La Madrid, ordenó el despliegue de su infantería y montó sus cañones, en tanto los jinetes de Méndez se aprestaban para realizar un moviendo envolvente. El jefe realista retrocedió con la mayor rapidez posible hasta ocupar las trincheras de la ciudad. Méndez cargó con singular denuedo produciendo muchas bajas y tomando los primeros prisioneros. La Madrid se internó por el Barrio de San Roque ocupando toda la parte alta de la Villa hasta la Loma de San Juan. La Capilla del mismo
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