Bolivar Noble
Enviado por xlafsifatx • 12 de Junio de 2014 • 1.954 Palabras (8 Páginas) • 299 Visitas
1. ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD EN VENEZUELA
Desde los albores mismos de la Independencia, en 1810, los hombres más liberales de Venezuela pensaron en abolir la esclavitud, esa ignominia que pesa sobre ciertas conciencias humanas. No sólo la nueva Junta de Gobierno había prohibido la trata de negros, sino que el Generalísimo Francisco de Miranda llamó a los esclavos a formar filas en el ejército patriota ofreciéndoles la libertad.
Por su parte, Simón Bolívar, aunque mantuano y propietario de haciendas y de esclavos, fue el primero en liberarlos, dando ejemplo de magnanimidad. Tal como se lo prometió a su amigo y protector en Haití, el Presidente Petión, apenas llega a Carúpano, el 2 de junio de 1816 decretó «la libertad absoluta de los esclavos que han gemido bajo el yugo español en los tres siglos pasados».
El 6 de julio de ese mismo año de 1816, al desembarcar en Ocumare de la Costa dicta una Proclama en que dice, al referirse a los esclavos: «Esta porción desgraciada de nuestros hermanos que han gemido bajo las miserias de la esclavitud, ya es libre. La naturaleza, la justicia y la política piden la emancipación de los esclavos: de aquí en adelante sólo habrá en Venezuela una clase de hombres, todos serán ciudadanos».
Pese a estos decretos e intenciones nobles, pasarán todavía muchos años, hasta que en 1854 el Presidente José Gregorio Monagas venció la tenaz oposición de los terratenientes y esclavistas y decretó la definitiva abolición de la esclavitud.
Después de varias discusiones en el Congreso, en base a un Proyecto de Ley presentado por 31 diputados el 3 de marzo de 1854, superadas las objeciones de que la agricultura se quedaría sin mano de obra, se terminó por acallar la voz de Vicente Amengual, uno de los más empecinados opositores, quien sostenía que el proyecto era anticonstitucional y que «conduciría a la República a un abismo espantoso».
Así se pudo llegar a una mayoría y el Congreso sancionó la Ley el 23 de marzo. El Presidente José Gregorio Monagas se apresuró a ponerle el «ejecútese» al día siguiente, 24 de marzo de 1854. Y con eso pasó a la historia, porque el resto de su gobierno fue bastante incoloro. Monagas dejaba libres, con su firma, a unos cuarenta mil ciudadanos, que habían cargado por generaciones las cadenas del oprobio. Un artículo de la Ley, tajante, basta para definirla: «Queda abolida para siempre la esclavitud en Venezuela».
2. UNIFICACIÓN DE LAS NACIONES.
Bien temprano comprendió Simón Bolívar la existencia de un destino común en los países oprimidos por la metrópoli colonial y la necesidad de unir sus esfuerzos para sacudirse el yugo. Soñó y luchó por la creación de un haz de naciones hermanas, con sus características propias, y con ellas equilibrar el mundo.
El pensamiento del Libertador con respecto a la integración latinoamericana se enmarca dentro del proceso de las luchas independentistas en Hispanoamérica (1810-1825) en los años posteriores al logro de la misma hasta su prematura muerte en 1830, cuando solo contaba con 47 años de edad, por lo que se infiere que sus proyectos e ideas al respecto van a desarrollarse bajo condiciones extremadamente difíciles.
Podremos comprender la riqueza que devela su pensamiento. En primer lugar su denuncia surge desde la moral de la emergencia propia de un continente sometido que reclama por el reconocimiento de su derecho: "un derecho con que la naturaleza lo ha dotado": la libertad. La denuncia a la sociedad europea que se enaltece al reconocerse como único sujeto de la historia, que se reconoce como la acreedora del título de civilización, no ha conocido sino los dictámenes oscuros de una razón empeñada en considerarse legítima, a costas de la ilegitimidad de sus acciones.
En segundo lugar, el sujeto que enuncia ese discurso vuelve sobre si, se "autoafirma" como sujeto y al hacerlo se valora y exige el reconocimiento de su "propia humanidad" y de su "identidad". La conciencia de su ser, la pretendida afirmación del sujeto americano que había comenzado su tarea en la emancipación política, se encuentra ahora ante el conflicto de dar cuentas de su propia identidad, encuentra en su desnudez la complejidad que existe en ese particular modo.
La integración latinoamericana es una idea nacida del calor de la formación de nuestras nacionalidades, es decir, del nacimiento de una conciencia independiente a la impuesta por la metrópolis y enarbolada por un sector importante de los criollos que comienzan a elaborar y a concernir proyectos integracionistas
3. PENSAMIENTOS NOBLES
a) Como amo la libertad tengo sentimientos nobles y liberales, y si suelo ser severo, es solamente con aquellos que pretenden destruirnos.
b) Para el logro del triunfo siempre ha sido indispensable pasar por la senda de los sacrificios.
c) ¡He proclamado la Libertad absoluta de los esclavos!
d) Amo la Libertad de la América más que mi gloria propia, y para conseguirla no he ahorrado sacrificios.
e) Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miseria a nombre de la Libertad.
f) Prefiero el título de Ciudadano al de Libertador, porque éste emana de la guerra, aquel emana de las leyes.
g) Yo moriré como nací: desnudo.
h) Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca.
i) El arte de vencer se aprende en las derrotas.
j) ¡colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro.
k) Los empleos públicos pertenecen al Estado; no son patrimonio de particulares. Ninguno que no tenga probidad, aptitudes y merecimientos es digno de ellos.
l) La confianza ha de darnos la paz. No basta la buena fe, es preciso mostrarla, porque los hombres siempre ven y pocas veces piensan.
m) En el orden de las vicisitudes humanas no es siempre la mayoría de la masa física la que decide, sino que es la superioridad de la fuerza moral la que inclina hacia sí la balanza política.
4. PROCESO DE IGUALDAD
Para el Libertador
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