Bolivar
Enviado por alcigar2013 • 25 de Marzo de 2014 • Síntesis • 4.952 Palabras (20 Páginas) • 332 Visitas
Bolívar, el Hombre.
Existe tanto que hablar y escribir sobre Bolívar, un hombre polifacético, que vivió en época de La Colonia. Donde sus ancestros fueron unos de los primeros que llegaron.
Desde niño se da cuenta que existe mucha injusticia, donde se cometían muchos abusos por parte de los españoles ya que la colonización fue cruel y dura.
El niño fue diferente, sencillo, era amigo de los esclavos negros y de los indios. No le importó clase sociales y luchó contra todas estas diferencias, tiene que batallar con diferentes adversidades, se desenvuelve en un mundo de intrigas. Lo hace fuerte para luchar para todo aquello que le tiene preparado el destino.
Bolívar es un ser de carne y hueso que sintió, padeció y amó con todas la fuerzas del corazón, ayudó a los demás, al necesitado y el desposeído, él ofreció todo lo que tenía.
Por eso Bolívar nunca morirás en nuestros corazones. Era un hombre, un ser humano como nosotros hay que verlo así, no fue una divinidad pero no por eso dejo de ser un gran hombre.
Amo este país como nunca nadie lo amo, con desprendimiento, con sacrificio, sin pedir nada a cambio sino la gloria de ser El Libertador.
El Libertador tuvo tres hermanos; Maria Antonia, Juana y Juan Vicente. Con Su hermana mayor Maria Antonia Simón no tuvo muy buenas relaciones, ella era furibunda realista y siempre estuvo en contra de las ideas de libertad de su hermano.
En cambio que con su hermano varón Juan Vicente; Simón; tuvo muy buenas relaciones. Este fue partidario de la independencia y en los primeros años colaboro con ella.
Sobre Juana se conoce poco se casó con Dionisio Palacios y Blanco el 11 de diciembre de 1792.
Su marido fallece en la defensa de la ciudad de Maturín en 1814 y viuda, sale exiliada con sus hijos ese mismo año hacia Curazao y Saint Thomas; en 1815, llega a Haití.
Como se sabe el héroe caraqueño quedo huérfano a muy temprana edad.
Su padre murió cuando el contaba con tres años y su mamá fallece al tener el infante solamente nueve años.
De la infancia del Libertador se han escrito ríos de tinta y todos sus biógrafos opinan que el niño fue difícil y muy rebelde.
Su madre no se ocupo mucho de el como era costumbre en esa época, la mujer mantuana estaba ocupada haciendo labor social.
Bolívar participo como soldado en los combates de la Primera Republica, combatió en Valencia donde tuvo su bautismo de fuego, en pocas palabras fue su primer combate y después tuvo la jefatura de la fortaleza de Puerto Cabello donde fue traicionado siendo tomada esa plaza fuerte por los enemigos de la independencia de Venezuela. Ese sería uno de los primeros fracasos de Bolívar como militar, al pasar los años después de la batalla de Boyaca tomaría como prisionero al traidor Vannoni y de una vez lo fusilaría. Este hombre era su segundo y el que soltó a los españoles de las mazmorras para tomar la fortaleza
Simón Antonio del Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, Libertador de cinco Naciones, Militar, Estadista, Pensador e intelectual es para muchos un Dios, un ser inalcanzable situado en un Olimpo donde solo se encuentran héroes homéricos como Aquiles y los personajes de la Guerra de Troya y de la Mitología Griega.
No aceptamos que El Libertador fue solo un hombre lleno de virtudes y defectos como cualquiera de nosotros, un gran hombre eso si. Tenaz e implacable cuando se proponía a conseguir sus metas.
Tuvo errores y desaciertos pero un gran amor a estas tierras, un amor tan grande que sacrifico todo por conseguir su libertad. No escatimo esfuerzos y nos dio hasta su vida para lograr que fuéramos libres.
Se ha tratado de limpiar sus culpas y desatinos y se ha cometido el gran error de convertirlo en un objeto lejano algo efímero.
Bolívar fue un hombre, nuestro gran hombre que amo, lucho, teniendo miedos e inseguridades como cualquier humilde mortal y eso es lo que lo hace eterno y poderoso. Esa capacidad para levantarse cuando los demás hubieran desistido.
Él se enfrento a grandes crítica y en momentos vio como su obra se desmoronaba pero su pensamiento es eterno y poderoso. Bolívar tuvo visión de profeta y conoció su América tan bien que muchas de esas ideas que plasmo en cartas tienen mucha vigencia.
Bolívar no busco el poder por el simple vicio de tenerlo sino para servir a su gente a su pueblo.
LOS AMORES DE SIMÓN BOLÍVAR
Simón Bolívar, El Libertador, el genio de América, el creador de Repúblicas, a pesar de todas las idealizaciones que de él se han hecho, ya que era un excelente estadista, militar, jurista, gobernante, guerrero y muchas otras cosas que la gente ignora, porque decirse bolivariano no es solo decirlo y ya, sino conocer la vida magnífica de nuestro héroe, era como todos nosotros un ser humano, con sus debilidades y pasiones; por eso, hablar de toda su magnificencia y no hablar de sus pasiones desbordadas es un grave error que cometen muchos historiadores. Yo, a través de este resumen quiero nombrar muchos de los amores de Bolívar, tan desconocidos y poco nombrados. Cuando se habla del héroe solo se piensa en Manuela Sáenz y a pesar de que esta gran mujer lo amo como ninguna, y de ella hablaremos extendidamente en otro segmento, porque como mujer heroica merece toda mi admiración, Bolívar amó a muchas mujeres o muchas pasaron por su vida, unas con más fuerza que otras, pero en fin, se aprecia la pasión de Bolívar en cuanto a las damas se refiere.
MARÍA IGNACIA RODRÍGUEZ DE VELASCO Y OSORIO:
Simón Bolívar huérfano, llega a los 16 años arriba al puerto de Veracruz el 2 de febrero de 1799. Es en esta ciudad donde a fuerza de protocolo, con rapidez, por intermedio del soltero Oidor de la Real Audiencia, Don Guillermo de Aguirre y Viana, pariente del obispo de Caracas, entra en relación con doña María Ignacia Rodríguez de Velasco y Osorio, a quien llamaban “la güera Rodríguez”, significando así el rubio color de la piel y el cabello de esta bella mujer.
Muy joven la “güera”, resplandeciente, de un armonioso cuerpo, de hoyuelos graciosos en las mejillas, cara un tanto redonda, atractivos pechos y caminar que “alzaba incitaciones”; ojos azules como el cielo, rasgados, cabellos largos y sedosos aunque algo rizados, boca pequeña, nariz perfilada y el talle elegante, con facilidad gracia y popularidad se movía a sus anchas en la sociedad mexicana de la época, por sus dotes personales que llegaban a compensarle los “pecadillos reiterados, y además por ser hija de Don Antonio Rodríguez de Velasco y Osorio y de Doña María Ignacia Osorio y Bello, gente de valimiento en aquella corte asentada sobre las aguas lustrales y el poder reprimido
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