CAPITULO 2 MESOAMERICA Y LOS PUEBLOS PRIMITIVOS
Enviado por Raul del Valle • 13 de Marzo de 2018 • Documentos de Investigación • 23.581 Palabras (95 Páginas) • 541 Visitas
“GUATEMALA: SU PUEBLO Y SU HISTORIA” JOSE ANTONIO MOBIL, ARIEL DE LEON MELENDEZ. VOLUMEN I. SERVIPRENSA CENTROAMERICANA GUATEMALA, C.A. 1995.
CAPITULO 2
MESOAMERICA Y LOS PUEBLOS PRIMITIVOS
1. Introducción
2. Organización Social
3. Breve caracterización de los regímenes teocráticos y despóticotributarios
1. INTRODUCCION
El territorio actual de la república de Guatemala formaba parte de una vasta región conocida con el nombre de Mesoamérica, cuyos límites eran los siguientes: en el norte, la costa del Pacífico en el actual Estado de Sinaloa, formando una gran curva depresiva hacia el centro, que luego asciende para abarcar la región de la Huasteca y termina en el actual Estado de Tamaulipas, en la costa del Golfo de México; en el sur, se extiende hasta Honduras, comprendiendo todo el territorio de Guatemala y Belice y la mitad de las repúblicas actuales de El Salvador y Nicaragua.
El término Mesoamérica fue utilizado por primera vez por Kirchhoff en 1943. Las diez sub-regiones en que ha sido dividida Mesoamérica, son las siguientes:
1. Tierras altas de los mayas. 2. Tierras bajas de los mayas. 3. Periferia suroeste. 4. Sudoeste de Veracruz, Tabasco. S. Oaxaca. 6. Guerrero. 7. México Central. S. Centro Veracruz. 9. La Huasteca. 10. El oeste y el norte de Tamaulipas.
En el territorio de Mesoamérica existieron diversas culturas que presentaban algunos rasgos comunes, tales como el calendario ceremonial de 260 días llamado Tzolkin por los mayas y Tonalpohualli por los nahoas; el calendario solar de 365 días, llamado Haab en maya y Xíhuitl, por los nahoas. Asimismo, se identificaban por utilizar una escritura jeroglífica, por sus avanzados conocimientos astronómicos, por el uso de la numeración vigesimal y por un diversificado politeísmo basado en el culto a los fenómenos naturales.
Los pueblos de Mesoamérica también habían desarrollado una medicina muy eficaz y conocían a fondo la flora de su hábitat, la que utilizaban para muy diversos fines. Sus concepciones estéticas les facilitaron la erección de templos ceremoniales de sobria estructura y grandes dimensiones. Cultivaron el dibujo y la pintura y usaron el estuco en el acabado de sus construcciones. Las lenguas de Mesoamérica tuvieron un origen común y una gran diversidad de influencias recíprocas en su desarrollo.
El testimonio más antiguo de la presencia del hombre en Mesoamérica se remonta a un poco antes de 7,000 años antes de nuestra era, constituido por los restos fósiles conocidos como hombre de Tepexpan que datan de la era paleolítica.
2. ORGANIZACION SOCIAL
La organización social del hombre paleolítico mesoamericano debe haber sido una comunidad igualitaria, cuya unidad básica sería la familia con algunos individuos agregados. Se debe suponer que no tenían asentamiento fijo, debido a la necesidad de buscar alimentos de un lugar a otro, así como para seguir los desplazamientos de las manadas.
Con el aparecimiento y desarrollo de la agricultura se inició la época neolítica, caracterizada por la generalización de los instrumentos de piedra pulimentada; por el desarrollo de la alfarería y el inicio de los tejidos de algodón, así como el incremento progresivo de la población que se agrupó en comunidades rurales. A esta época corresponde también el incipiente comienzo de la horticultura.
La organización social de esta época podría haber sido el clan matrilineal, aunque en diversos grados de desarrollo. La época neolítica tuvo un desarrollo muy acelerado y en Mesoamérica puede situarse entre los años 3,000 y 900 antes de nuestra era. En esta época se ubica el período Premaya, que corresponde al arcaico o primitivo de otras regiones y a la llamada etapa proto agrícola.
Durante los años 900 antes de nuestra era y 400 de nuestra era, se produjo en Mesoamérica una transformación de las pequeñas comunidades rurales que basaban su economía en la agricultura y se agrupaban en pequeños poblados diseminados. Esta transformación se dio inicialmente en las zonas tropicales y consistió en el cambio de las comunidades igualitarias de agricultores en poblados mucho más complejos que fueron el resultado directo del perfeccionamiento de la técnica, de la agricultura intensiva, el conocimiento y perfeccionamiento de nuevos instrumentos, la división del trabajo, la acumulación de riquezas debido al aumento de la productividad y la formación incipiente de una clase dirigente que se aprovechaba y apropiaba de dichas riquezas.
Resultante directa de esta revolución en la productividad de alimentos fue la cultura Olmeca, que tuvo su origen en las regiones tropicales y semitropicales del litoral del Golfo de México, desde donde se difundió a las tierras altas mexicanas, coincidiendo con la adaptación del cultivo del maíz en las regiones de los Altos en Guatemala.
Entre los hallazgos arqueológicos más característicos de esta época se encuentran los de Monte Albán I y II, Tres Zapotes inferior y medio y La Venta, en México; y las fases Mamón y Chikanel, en Uaxactún, Guatemala.
A medida que aumentaba la productividad de las tierras fue acumulándose un excedente de bienes materiales, especialmente de artículos alimenticios, que permitió una acentuación en la división del trabajo, debido a que numerosas personas fueron desligándose del cultivo de la tierra, dedicándose a desarrollar tareas artesanales especializadas.
Otro de los grandes cambios que produjo la acumulación de productos excedentes fue el surgimiento de una minoría que planeaba y dirigía el trabajo colectivo y que era mantenida, alimentada y sostenida por el grueso de la población. La aparición de esta minoría dirigente comenzó a quebrar los cimientos solidarios de las comunidades primitivas y dio origen a la formación de incipientes clases sociales.
El surgimiento de artesanos especializados en un solo oficio, el aparecimiento de la minoría dirigente y la liberación de grandes contingentes de personas del trabajo de la tierra hizo derivar el clan matrilineal dirigido por la mujer, al clan totémico que otorgaban iguales derechos al hombre y a la mujer. No se conoce con claridad cuáles eran entonces los lazos del parentesco y por ende, la organización de tales clanes. Sin embargo, puede suponerse que los dirigentes de aquellas sociedades eran los individuos más ancianos o de mayor prestigio, cuyos cargos posteriormente pudieron haber pasado a sus herederos, junto con sus conocimientos y aptitudes administrativas. Estos herederos paulatinamente fueron convirtiéndose en hechiceros y sacerdotes, constituyéndose en una verdadera casta dirigente que fue pasando sucesivamente de padres a hijos.
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