CONQUISTA DEL IMPERIO INCA

CONQUISTA DEL IMPERIO INCA

Frenando Pizarro que había oído que en América del sur existía un gran imperio con muchas riquezas, su ambición y deseos de gloria y sobre todo atraídos por el gran país del dorado hicieron que se dirigiera a lo que es Perú para conquistar aquellas tierras. Cuando los españoles llegaron Al Imperio Inca este estaba controlado por Huayna Capac, pero una dolencia lo tenía al borde de la muerte le alcanzó la viruela, una enfermedad que finalmente ter lo mato, epidemia que vino del norte y le atacó a él y a su hijo mayor. Esta y otras muchas enfermedades desconocidas hasta entonces las habían traído los europeos en el segundo viaje de Cristóbal Colón.

Se produjo una guerra civil entre Atahualpa y su hermano Huáscar, razón por heredar el trono tras la muerte de su padre. Atahualpa quería establecer su hegemonía desde Quito y Huáscar pretendía lo mismo desde el Cuzco. Atahualpa y su ejército vencieron a Huáscar y le hicieron elegir entre vivir y quedarse con el imperio de Cuzco o morir. Huáscar, indignado por la derrota, aceptó la muerte.

ENTREVISTA ENTRE ATAHUALPA Y PIZARRO

Cuando Atahualpa se hallaba en Los baños del inca, a media legua de Cajamarca, Francisco Pizarro envió a Hernando de Soto con 20 jinetes y un intérprete hacia el inca para decirle que lo estaban esperando para entrevistarse en Cajamarca. Ahí, Atahualpa sorprendió a la embajada española, ya que según cuentan, Atahualpa nunca se asustó de los caballos que se le acercaron tanto que soplaron en su cara, sin embargo algunos soldados sí se atemorizaron y fueron castigados severamente por ello. Atahualpa confirmó que iría a Cajamarca al día siguiente.

CAPTURA DE ATAHUALPA

Al día siguiente los españoles se escondieron en los principales edificios incas de la Plaza cajamarqueña y esperaron ansiosos. Unas horas después vieron el fenomenal ingreso de Atahualpa, con un desfile de 30.000 hombres, quienes estaban tan confiados que fueron desarmados. Al entrar a la plaza el único español que le salió al encuentro fue el fraile Vicente de Valverde, quien a través del intérprete Felipillo se aproximó al fuerte Atahualpa y le ordenó que renunciara a su religión pagana y que aceptara en cambio al catolicismo como su fe, le entregó un crucifijo y la biblia,. Atahualpa se sintió insultado y confundido, tiró la biblia al suelo. Acto seguido al ver que carecía de significado; esta acción causó indignación en los españoles, quienes inmediatamente rompieron el silencio dando la señal de ataque, para disparar su artillería y fusiles. Los súbditos que cargaban el anda de Atahualpa fueron también matados sin piedad, cuando algunos caían eran reemplazados de inmediato. Al ver esta situación uno de los conquistadores intentó matar al inca con un cuchillo, pero Francisco Pizarro lo impidió atajándolo (inclusive se lastimó la mano al hacerlo) y ordenó que "nadie tocase al inca”. La matanza fue completa, más de 20.000 soldados incas murieron, y también fue asesinado el señor de Chincha, amigo íntimo de Atahualpa.

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