Colón quedó deslumbrado, cuando alcanzó el atolón de San Salvador
Enviado por raicasa • 2 de Junio de 2013 • Informe • 315 Palabras (2 Páginas) • 726 Visitas
América era el vasto imperio del Diablo, de redención imposible o dudosa, pero la fanática misión
contra la herejía de los nativos se confundía con la fiebre que desataba, en las huestes de las conquistas, el brillo de los tesoros del Nuevo Mundo, Bernal Díaz del Castillo, fiel compañero de Hernán Cortés en la conquista de México, escribe que han llegado a América «por servir a Dios y a Su Majestad y también por haber riquezas».
Colón quedó deslumbrado, cuando alcanzó el atolón de San Salvador, por la colorida
transparencia del Caribe, el paisaje verde, la dulzura y la limpieza del aire, los pájaros espléndidos y los mancebos «de buena estatura, gente muy hermosa» y « harto mansa» que allí habitaba. Regaló a los indígenas « unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor con que hubieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla». Les mostró las espadas. Ellos no las conocían, las tomaban por el filo, se cortaban. Mientras tanto, cuenta el Almirante en su diario de navegación, «yo estaba atento y trabajaba de saber si había oro, y vide que algunos de ellos traían un pedazuelo colgando en un agujero que tenían a la nariz, y por señas pude entender que yendo al Sur o volviendo a la isla por
el Sur, que estaba allí un Rey que tenía grandes vasos ello, y tenía muy mucho». Porque «del oro
se hace tesoros, y con él quien lo tiene hace cuanto quiere en el mundo y llega a que echa las ánimas al Paraíso». En su tercer viaje Colón seguía creyendo que andaba por el mar de la China cuando entro en las costas de Venezuela; ello no le impidió informar que desde allí se extendía una tierra infinita que subía hacia el Paraíso Terrenal. También Américo Vespucio, explorador del
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