Conquista de México.

El año era 152. Los españoles habían organizado expediciones previas  en el nuevo continente. Desde su descubrimiento en 1492 el Rey Carlos I centro toda su atención en la conquista de las nuevas tierras que prometían grandes riquezas. Empezaron conquistando el Caribe; Cuba fue conquistada en 1511. Algunos años después se realizaron expediciones a tierras continentales que aunque tuvieron problemas de financiamiento fueron llevadas a cabo por iniciativa del gobernador de Cuba, Diego Velázquez. Estas expediciones fueron comandadas por Hernán Cortés, que llegó a la isla de Cozumel, se reunió con Jerónimo Aguilar, que fue de gran ayuda para la expedición ya que se había naufragado 8 años antes en esas tierras y conocía el área. Con la ayuda de Aguilar, Cortés se trasladó a la boca del río Grijalva donde fácilmente derrotó a los mayas de la región. Después de la batalla a Cortés le entregaron como ofrenda a 20 mujeres, piezas de oro y un juego de mantas. Entre esas mujeres había una que hablaba maya y Náhuatl. Viendo su habilidad para las lenguas, los españoles le enseñaron castellano, y sirvió como interprete a Cortés, dándole detalles de los pueblos nativos y la ubicación de la civilización más importante de todas, es decir, los Mexicas. Aquella mujer fue conocida como la Malintzin o la Malinche, y muchos la consideramos una traidora por ayudar a los españoles en el proceso de la conquista. Nuestro dirigente Mexica, Moctezuma, se enteró rápidamente de la llegada de los españoles y supuso que estos formaban parte de la profecía de “El Regreso de Quetzalcóatl”, en la que se suponía, El Dios de la Serpiente Emplumada regresaría a Tenochtitlan, nuestra ciudad principal,  por lo que ingenuamente envió piedras preciosas, oro y plata como tributo por medio de un mensajero a los españoles. Dichas ofrendas solo sirvieron como evidencia de que en la región había una gran riqueza, lo que avivó la codicia de Cortés. Con esta oportunidad en frente, Cortés no dudo en quemar sus propios barcos para evitar que sus hombres regresaran a Cuba y así obligándolos a pelear. En 1520 un español llamado Pedro de Alvarado ordenó una matanza en el Templo Mayor de Tenochtitlan en donde más de 600 personas murieron mientras celebrábamos la fiesta  del Toxcatl. Después de la masacre en el Templo Mayor, ya no veíamos a los españoles como dioses, y los atacamos salvajemente. Ese día logramos derrotarlos, pero Cortés un tiempo después sitió la ciudad con pequeñas embarcaciones llenas de nativos de otros pueblos que estaban hartos de rendir tributo a los Mexicas. Viendo ya que tenía ganado el conflicto gracias a los aliados que el conquistador había formado, Hernán procedió a obligar a Moctezuma a que persuadiera a nuestro pueblo de rendirnos de forma pacíficamente. Causó tal descontento esta acción, que cuando Moctezuma terminó de hablar el pueblo lo asesinó. Con problemas internos en la organización política, la ciudad sitiada por españoles y otros pueblos nativos, y un contagio de una enfermedad contagiosa y mortal llamada viruela, fue fácil para los españoles por fin derrotarnos en 1521. Los pocos que quedamos vimos cómo las civilizaciones que antes eran aliadas de los españoles, pasaron lo mismo que nosotros, fueron saqueados, quemados y esclavizados. Vimos cómo nuestras tierras se convirtieron en lo que los españoles llamaron la Nueva España. Tenochtitlan fue destruida y a partir de sus restos se erigió la Ciudad de México, que fue controlada por  Cortés de 1522 a 1535, hasta que la Corona Española instaurará al primer Virrey, llamado Antonio de Mendoza. Con el nuevo gobierno instaurado, los españoles se dedicaron a buscar riquezas y a explotar los recursos naturales. A todo hombre que fuera un conquistador de alta jerarquía se le concedió una encomienda y mercedes, instituciones con las que por medio del Rey, nos obligaron a pagarles tributos como los otros pueblos le pagaban a los Mexicas; Con las mercedes nos quitaron nuestras tierras y posesiones y con las encomiendas nos impusieron a un Español para que gobernara una cierta área de las nuevas tierras. Estos regidores, o mejor conocidos como “Encomenderos” podían explotarnos a nosotros y a lo que antes eran nuestras tierras y recursos, a cambio de hacer el trabajo de “Evangelizadores” junto a los frailes, evitar disturbios o levantamientos de los “indios” y pagarle a la Corona Española con impuestos y productos obtenidos de las tierras. Sin embargo estos hombres no eran los dueños de las tierras y no podían adquirir más de éstas o transferirlas, dejando como la autoridad máxima al Rey y al Virrey. Con todos estos abusos  hubo un pequeño grupo de Frailes que no estuvieron de acuerdo con esta explotación, considerándonos hombres y no animales como los españoles conquistadores nos hacían ver. Diez años antes de la caída de Tenochtitlan ya había algunos Frailes que nos defendían, como Alonso de Montesinos en 1511, y tiempo Bartolomé de las Casas. Ya en 1523 arribaron más de estos hombres con las mismas intenciones; Sin embargo estos también nos conquistaron en un ámbito: el Espiritual. Nos impusieron sus creencias monoteístas e hicieron ver nuestras convicciones y costumbres como algo impuro y salvaje. Los mismos hombres que trataron de defendernos físicamente fueron los que destruyeron prácticamente nuestra cultura, con sus letras y su religión. Una vez dominados desde la espiritualidad al cuerpo, empezaron a llegar barcos con y la Nao China hizo su primer aparición trayendo españoles, africanos y asiáticos; con la nueva población en el continente empezaron las castas, el rechazo y surgieron las primeras ciudades, donde nosotros no podíamos vivir entre ellos y no podíamos hacer las actividades económicas que ellos realizaban, lo que nos condenó a la pobreza y a la marginación. Las primeras de estas ciudades surgieron en el siglo XVI, tales como la Ciudad de México (donde yo vivía), El puerto de Vera Cruz, San Sebastián de Colima, Antequera de Oaxaca, Puebla de Ángeles, entre otras.

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