Convención de Ocaña
Enviado por Channelys • 23 de Octubre de 2022 • Informe • 2.283 Palabras (10 Páginas) • 92 Visitas
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REPUBLICABOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA
DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL BOLIVARIANA
NUCLEO CARABOBO EXTENSION LA ISABELICA
CONVERSION DE OCAÑA
Autor: Anlys Virginia Martínez Linares
C.I. 26.629.518
Tutor: Lic.Vicente Petter
Valencia, Junio del 2022
ANTESCEDENTES
No bien entrevistó Páez la extensión y características del acuerdo a que llegaron el Libertador y Santander, comprendió que estaba gravemente amenazado si no hacia extensivo a toda la comunidad Venezolana el interés por ayudar su causa. Entonces, asumió el papel de jefe de una rebelión armada contra el gobierno constitucional y se dedico a estimular aquellas pasiones populares e intereses de clases que, desencadenados con terrible violencia durante la guerra de emancipación, habían hecho imposible al pueblo venezolano encontrar una formula de armonía social distinta del simple predominio de la fuerza militar.
En circunstancias tan graves, Bolívar no tenia sino dos posibles soluciones: O negociaba con Páez, para lo cual era necesario hacer a un lado sus compromisos con el Vicepresidente Santander, o delegaba por la fuerza la rebeldía del caudillo apureño, lo cual significaba una larga y cruenta guerra civil.
Es así, como en Puerto Cabello, Bolívar tomo una de la mas graves decisiones de su vida: Dicto el decreto que rompía fundamentalmente todo lo pactado con el Vicepresidente, al conceder amnistía general para todos los facciosos y designar a Páez suprema autoridad civil y militar de Venezuela. La tremenda responsabilidad histórica que asumía con este decreto y la conciencia cierta de violar con él compromisos solemnemente contraídos, pesan dolorosamente sobre sus frases explicativas al Vicepresidente.
Sin embargo, el general Santander, no pudo ni quiso disimular su indignación por tan fragante violación de los compromisos adquiridos, y a partir de este momento dio rienda suelta a su partido para que estimulara en el ánimo de los granadinos una actitud de defensa contra los decretos de Maracaibo y Puerto Cabello.
Mas tarde, Santander comprendió que Bolívar, para contentar a Venezuela, no vacilaba en sacrificarlo a el, y abandonando sus propósitos de entendimiento, se puso francamente al frente del partido anti-bolivariano que se estaba formando en la Nueva Granada y participó en las protestas y manifestaciones públicas organizadas en Bogotá contra lo que estaba ocurriendo en Caracas.
La celeridad con que se agudizaban las diferencias entre el Vicepresidente y el Libertador y la manera como todas las preeminencias y ventajas del poder, que ejercía Bolívar sin limitaciones, contribuían a reforzar sus planes, hicieron comprender a Santander la necesidad de emplear la única arma de que disponía para cegar a sus mismas fuentes el creciente éxito a sus adversarios: El Congreso.
De tal manera, el 2 de Mayo de 1827, el quinto Congreso de la República de Colombia inicio en Tunja sus sesiones, con todas las formalidades reglamentarias. Desde que las deliberaciones se concretaron a tal materia, dejo de ser un enigma el completo dominio que sobre el cuerpo legislativo que ejercía Santander. Cuando fueron sometidas a votaciones las renuncias, la del Libertador no fue aceptada por cincuenta votos contra veinticuatro pronunciados en forma afirmativa, al tiempo que la de Santander solo tuvo cuatro votos a favor de su aceptación.
Así, comenzó el histórico duelo que en el Congreso iban a librar sus dos más eminentes personalidades.
¡Tal era el cuadro de calamidades que el Libertador se hallaba enfrentando cuando en la Nueva Granada se cumplían los últimos preparativos para la Reunión de la histórica Asamblea de Ocaña!
La protesta general en la Nueva granada contra la Constitución bolivariana y los planes continentales del libertador; desconocimiento del gobierno que Bolívar dejó en Perú al encaminarse a Colombia; Organización en Lima de una conspiración general para expulsar a los Colombianos del Sur, e insurrecciones en las fuerzas de la República, en Guayaquil y Bolivia.
La Convención de Ocaña
Enterado el Libertador de los escandalosos elogios con que fue recibido el movimiento de rebelión de La Paz por la prensa, que en Bogotá seguía las inspiraciones del general Santander, para poner término al empleo del gobierno colombiano en la tarea de acelerar la radical división el hemisferio, por la vía de turbado, a marchas forzadas se encamino a la capital.
El 10 de Septiembre llego Bolívar a Bogotá, donde se le recibió con frialdad; tras de una protocolaria y casi hostil entrevista con el general Santander, tomo posesión de la Presidencia y con satisfacción pudo contemplar como el Congreso aprobaba, por efecto de su sola presencia, todo lo relacionado por él en Venezuela.
A fines de Octubre ocurrieron de nuevo en el oriente venezolano graves pronunciamientos, en los cuales el viejo odio racial tuvo destacada importancia; alarmado Bolívar por su rápida propagación en aquellas regiones, procedió a declarar turbado el orden público en ellas y anuncio su propósito en encaminarse personalmente a los focos amenazados, pero conservando, como lo autorizaban los artículos 108 y 118 de la Constitución, el ejercicio del Poder Ejecutivo, con la intensión de no permitir al Vicepresidente Santander encargarse del mando.
El 9 de Abril de 1828, con sesenta y ocho diputados se instalo solemnemente en Ocaña la gran Convención Constituyente, y este primer acto se cumplió en un ambiente de critica exaltación, pues en los días inmediatamente anteriores santanderistas y bolivarianos se habían dividido violentamente a propósito de la calificación de las credenciales. Por otra parte, la presencia de Bolívar en Bucaramanga al frente de poderosas fuerzas, creo en el ánimo de los más desconfiados la impresión de que el Libertador tenía el propósito de intimidar a los representantes para obligar a la Asamblea a una decisión favorable a sus ideas políticas. El doctor Francisco Soto, nombrado presidente de la Convención, en el discurso pronunciado para instalarla, formuló una clara y casi desafiante advertencia a Bolívar: “Acaba de instalarse la gran Convención de la República de Colombia… Yo espero que la seducción y el terror no podrán penetrar en este recinto…”
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