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Cultura Nómade


Enviado por   •  14 de Abril de 2013  •  Monografía  •  1.796 Palabras (8 Páginas)  •  354 Visitas

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3) Cultura Nómade

Año de comienzo:

15.000 y el 7000 a. de C

Dicho hábito, para una sociedad nómada, es un estilo de vida, una forma de subsistencia y posee una organización social, política, religiosa, administrativa y económica adaptada. El nomadismo designa las más antiguas formas de subsistencia y desarrollo humano.

Acostumbrados a vivir en lo hostil, los nómadas cuidan de la naturaleza que saben que podrían necesitar en un futuro cercano y que conocen muy bien.

Hacían parte de sus costumbres ancestrales, la caza, pesca y recolección, así como la horticultura, donde ella era posible, al sur de la península o en otros lugares con un ambiente menos desértico que el actual. La vivienda era comunal, en forma de maloca.

Cuando muere un Wayúu se corre la voz por toda la Guajiraque "ha muerto fulano de tal". Empiezan a llegar a de diferentes partes los veloriantes a la casa del difunto, dan el pésame a los familiares y seleccionan un sitio de la casa, colocando horcones para colgar sus hamacas. Mientras llega la gente al velorio, los familiares prepara en el difunto en la habitación donde murió, lo visten con su mejor traje, le abre la boca para echarle uno o dos litros de chirrinchi o ataúd para que lo lloren sus amigos, familiares y demás parientes. Al llegar sus familiares se abrazan, dan el pésame y lloran ambos por un buen rato, luego el visitante llega donde el muerto y llora sobre el; las mujeres traen un pañuelo grande para llorar y, los hombres uno pequeño, en ocasiones usan un sombrero, con el cual se cubren el rostro para llorar, se envían a varios jóvenes para saber quiénes son las personas que van llegando y acampando para luego hacerles llegar café, azúcar, tabaco, plátanos, yuca, ron, carne para que cocinen y coman durante los días que van acompañar a la familia del difunto. En el velorio se sacrifican varias reces, carneros y chivos para que coman los veloriantes y con el estómago lleno hable del bien del difunto y sirven también para que estos animales acompañen al difunto o sus nuevas tierras en Jepira (el mas allá).

El cadáver nunca queda solo, y en un constante llorar, turnándose los recién llegados en el lloriqueo. Después de llorar se van a su chinchorro a conversar, tomar café o fumarse un tabaco y lamentar la muerte del difunto. Juegan domino, cuentan chistes, narran los últimos acontecimientos, comen, beben y se van relacionando y haciendo amistad durante el tiempo que dura el velorio.

El entierro

Llegando el día del entierro sacan de la casa al cadáver y lo llevan al cementerio, los veloriantes acompañan al difunto a su última morada. En el cementerio de la familia proceden enterrar el cadáver en una fosa común buena una bóveda. También en ese instante algunos velorean mientras familiares realizan disparos al aire para despedir al muerto de la tierra.

El Wayúu de que no puede dejar tan rápido al müliiashi (difunto), porque de lo contrario pues sentirse abandonado y su espíritu no podrá conseguir la paz. Al marcharse los veloriantes se les obsequiarán dependiendo de su posición económica, es decir que si es rico se le dará un torete o una vaca, ron, a otros les entregaran uno o dos ovejas y los de menos recursos pedazo de carne, un litro de chirinche, varios tabacos para que beban y fumen por el camino.

El segundo velorio

Pasando algunos 10 o 15 años después del primer velorio, los familiares se reúnen para preparar el segundo velorio, cuando se organiza este acontecimiento, surge una mujer o hombre que se ofrece voluntariamente para sacar los restos (usualmente pertenece a la línea materna de los Wayúu).

Ese día se levantará muy temprano en la madrugada, se bañara y se irá con un grupo de los familiares más allegados al cementerio, allí un hombre cavará o romperá la bóveda para sacar el cadáver, luego la recogedora procede a quitarles los trapos y demás enseres que colocaron cuando murió, para luego sacar primero la cabeza que envuelve en la sábana, luego extraer los demás huesos con mucho cuidado.

Son colocados en una vasija de barro de boca ancha (Jula´a), en una sábana blanca o en un osario, luego lo llevan para la casa y lo coloca en un chinchorro bajo una enramada para llevarlo como la primera vez. Se hace lo mismo en cuanto a la comida y la debida, pero con más fastuosidad, debido a que esté es la última despedida, para olvidar por siempre al difunto, y además se prepara con anticipación.

La recogedora de huesos después de sacarlos, es bañada, vestida con una manta muy fresca, las sueltan en un chinchorro muy angosto para que no se pueda acostar, le hablan, le cuentan chistes, para que no se duerma y le de facilidad al espíritu difunto para que se le eche encima o se acueste con ella, lo cual originaría que se enferme o muera.

Así la tienen despierta todo el día y toda la noche, hasta el día siguiente en que de llevarán comida y luego puede dormir.

Los restos son llevados nuevamente al cementerio enterrados en sitios diferentes a la primera vez y allí se queda para siempre.

Actualmente en La Guajira los velorios son iguales (con algunas variantes) debido al contacto de la cultura criolla y a la situación económica; en algunos velorios son usadas urnas más sencillas, hasta las más costosas.

Mitología indígena En el pueblo Chibcha todas sus actividades giraban en torno a la religión y a sus dioses, el principal era el sol a quien denominaban Xué. En su honor había un templo en el valle de Iraca, en donde vivía el sumo sacerdote de Sogamoso. Todos los súbditos debían concurrir a la confederación de Sugamuxi, al menos dos veces

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