Ensayo de la Revolución Mexicana.

Ensayo de la Revolución Mexicana.

La revolución Mexicana fue un amplio y complejo movimiento social  que tuvo inicio un 20 de Noviembre de 1910 y algunas de sus causas se remontan a varios siglos atrás. Se puede asegurar que el detonante del inicio de este levantamiento encabezado por Francisco I. Madero en contra de Porfirio Díaz, fue para luchar contra el orden establecido, “orden” impuesto a base de cuartelazos y golpes de estado. Porfirio Díaz fundo una dictadura genocida en la cual se coronó como una especie de rey y por más de 30 años se dedicó a dar las riquezas a unos cuantos militares, terrateniente, la iglesia, hacendados y extranjeros ( principalmente Europeos y Norteamericanos) pero a pesar de ello, logró que México creciera económicamente y aseguró la estabilidad política del país. Pero este progreso no se hizo sentir en las clases sociales más bajas. Imperaba una brutal represión para cualquier muestra de inconformidad o disidencia.

Esto fue ampliamente documentado por diferentes extranjeros,  destacando el trabajo del escritor y periodista John Kenneth Turner,  quien conoció a Ricardo Flores Magón y a otros integrantes del Partido Liberal Mexicano que se encontraban presos en Estados Unidos entre 1908 y 1909. Turner entonces viajó a México, al sureste para corroborar lo que los liberales le habían contado, haciéndose pasar por un hombre de negocios^[1]. De esa ingeniosa manera, logró testimonios únicos sobre la situación de esclavitud en México, en los tiempos más sanguinarios del porfiriato. Quedando plasmados en  el libro “México Bárbaro”.

Ante la ya avanzada edad de Porfirio Díaz (Casi de 80 años) pero sobre todo a raíz de la entrevista  concedida  a James Creelman (18 de febrero de 1908), publicada en marzo de 1908 y que fue el parteaguas que detonó la efervescencia política con miras a las elecciones de 1910. En dicha entrevista Díaz hizo entrever que podría estar listo para suceder el poder. Varios disidentes y opositores al régimen creyeron en las palabras del dictador entre ellos  Francisco I. Madero quien  publicó un  libro pocos años antes, en 1908, cuyo título es, “La sucesión Presidencial de 1910”. En este documento, el también empresario coahuilense criticaba duramente al régimen del presidente Díaz, quien ya llevaba más de 30 años en el poder^[2]. La oposición comenzó a tener más importancia y Madero realizó giras por México para formar un partido político. Sin embargo, tiempo después Porfirio Díaz presentó su nueva candidatura presidencial y Madero fue arrestado bajo el cargo de sedición.

Mientras se encontraba en prisión se celebraron las elecciones en las cuales Díaz se alzó con un  triunfo a todas luces fraudulento. Poco tiempo después, Madero logra salir de prisión mediante el pago de una fianza y se refugia en Estados Unidos y es desde San Antonio Texas, donde proclama el Plan de San Luis Potosí que es un manifiesto político donde Madero, derrotado en las elecciones de 1910, convoca a levantarse en armas el 20 de noviembre de 1910, con la intención de derrocar, de una vez por todas y a la fuerza, al régimen del presidente Díaz, posteriormente invitar a una jornada de elecciones libres y democráticas y, finalmente, restituir las tierras arrebatadas a los campesinos por los dueños de las grandes haciendas.

Los primeros lugares en donde se libraron batallas fue la región norte de México pero pronto se expandió a otros territorios y con la adhesión de combatientes con sus respectivos ejércitos, como Pancho Villa en el norte y Emiliano Zapata en Morelos, en el sur,   los sucesos se dan a un ritmo vertiginoso y en pocos menos de 6 meses  el general Díaz renuncia a su cargo y parte al exilio a Francia cuando los revolucionarios toman Ciudad Juárez (Chihuahua)  convocándose así, en 1911, a nuevas elecciones en las que Madero resultaría por fin electo como el nuevo presidente de México. Durante su presidencia, se modificaron los artículos 78 y 109 de la Constitución quedando así prohibida la reelección de los cargos de presidente y vicepresidente. En mayo de 1912 se reformó la ley electoral que buscaba limitar la intervención del estado en las elecciones y permitir el voto a mayor cantidad de gente. Pero uno de los errores más graves que comete durante su mandato y  en el que coinciden varios historiadores, es que permitió la permanencia del aparato porfirista a todos los niveles de gobierno, creando con esto, el caldo de cultivo perfecto para un golpe militar a su gobierno. Un movimiento contrarrevolucionario.

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