Ensayo sobre invasiones inglesas.

Introducción.

Es una idea generalizada en el discurso y en el imaginario, que los sucesos acaecidos el 25 de mayo de 1810, se asocien a la génesis de un estado nación argentino, tal cual como hoy lo conocemos. Donde sus habitantes, en este período, compartían intereses comunes: la idea de libertad, es decir la independencia total de España, que el territorio tal cual hoy lo conocemos era similar, en su aspecto político, que sus componentes sociales, si bien heterogéneo, compartían las mismas expectativas. Esta misma visión de “gesta nacional” (Gallo, 2015:91) ocurrió con las Invasiones inglesas, episodios que tuvieron lugar en los años 1806-1807, tramo final del período denominado colonial y que según lo manifestado en uno de los videos como un escalón necesario para que la revolución de mayo sucediera “sin lo que está por pasar ahora no va a haber una revolución de mayo”. (Pigna, 2012 refiriéndose a las invasiones en el documento visual).

Estas ideas de sentimiento nacional, de estado consolidado, de luchar por intereses comunes, se deben a un discurso heredado y surgido a mitad del siglo XIX, de narraciones apologéticas en pos de construcción de un estado nacional homogéneo, de desarrollo lineal y liberal.

En el presente ensayo se tratará de dirimir y confrontar con ojos críticos de incipiente historiador, si realmente las invasiones fueron un condicionante imprescindible para que ocurriera la revolución de mayo, si entre la población había un ideal independentista y un real convencimiento de rechazo a Inglaterra, las diferencias y semejanzas que presentan los videos documentales: “Algo habrán hecho” y “Zamba” para ello se utilizará la bibliografía seleccionada y propuesta por los profesores de la cátedra, referida a las invasiones inglesas.

Desarrollo.

Si bien la batalla de Trafalgar dejó a Inglaterra como dueña de los mares, no tuvo la misma suerte para poder frenar la consolidación napoleónica sobre Europa. Dado este panorama y en este contexto, esta potencia marítima posó su mirada sobre el joven virreinato del Río de la Plata como “alternativa fácil y promisoria” (Ternavasio, 2009: 26). “Buenos Aires se presentaba como una plaza muy atractiva…por su importancia geopolítica y comercial al ocupar un lugar estratégico en las rutas que unían el Atlántico con el Pacifico” (Ternavasio, 2009: 26) y con ello la conquista de nuevos mercados. Otro de los autores dice: “el valor estratégico y el crecido beneficio del comercio atlántico…las evidencias que disponemos afiman la existencia de un vigoroso circulo de intercambios: en su extremo más bajo, consistían trueque dentro de los pueblos o entre ellos; el nivel medio, se centraban en la demanda urbana de alimentos; y en sus líneas más rentables incluían la distribución interregional y a larga distancia de manufacturas, ganado y cosechas tropicales…antes del apogeo borbónico, varias provincias fronterizas se vieron incorporadas a la producción por la demanda del mercado ejercida desde las capitales virreinales en todo el mundo. En particular de una industria textil colonial atestigua la fuerza de la reactivación económica interna que precedió a la época de crecimiento dirigido a la exportación” (Bethell, 1990: 116). Según este autor la clave de esta de este crecimiento y prosperidad económica fue el aumento de la población. En ambos videos se pone más énfasis al sentido de dominio territorial o de obtener un botín en oro y plata, que si bien personalmente creo que era parte de las intenciones, no se ve reflejado en los videos el sentido de ver el lugar, como un campo de posibilidades en el sentido comercial que también veían los ingleses. Otro de los autores, dice que la creación del nuevo virreinato posibilitó un aumento notorio de la población del lugar, principalmente de Buenos Aires y la región litoraleña. Buenos Aires “de diecinueve mil”, en 1750, veintitrés mil, en 1777 y cuarenta mil a principios del siglo XIX”. (Gallo, 2015:92) Cuando asume Sobremonte “la región había alcanzado, en términos generales, una situación de progreso económico y estabilidad política y social” (Gallo, 2015:92).

En ambos videos reflejaban no solo la carencia de tropas defensivas, sino su escasa preparación militar, debido a la falta de inversión por el estado crítico de las finanzas españolas. La escasez se debe a que estaban destinadas a proteger la frontera contra (el Inca, dice Pigna)el indígena. Esta descripción coincide con la bibliografía de Ternavasio: “escasez de tropas regulares y milicias locales…la mayoría destinada a cuidar la frontera indígena” (Ternavasio,2009:27). Otros autores: “como consecuencia del deterioro económico y comercial del imperio, la guarnición militar se encontraba desde hace tiempo en un estado de debilidad” (Gallo, 2015:92); “al contar con pocas armas…y una dirigencia poco competente”(Johnson, 2011:331).

Según lo visto en ambos videos, la llegada de los ingleses provocó una cierta aceptación por las autoridades y elite porteña, quizás obligados por las circunstancias antes descriptas, a excepción de Belgrano. Una de las autoras con respeto a la invasión dice “quedaron sorprendidos al ser recibidos con cierto entusiasmo…por principales autoridades y corporaciones”(Ternavasio,2009:27) ). Pero más adelante agrega “Real Audiencia, Consulado, tribunales y demás autoridades…lo habían hecho,…oprimidas por las fuerzas enemigas” (Ternavasio,2009:27).

Con respecto a la actitud del Virrey Sobremonte, Pigna plantea la cobardía de Este “Es un cobarde, trata de salvar los caudales públicos, deja un bando un tanto avergonzante, retroceder hasta el fuerte hasta pedir una honrosa capitulación”. Con respecto a esta afirmación Lyman Johnson, justifica la acción de la máxima autoridad del virreinato dado que las unidades encargadas de la defensa, tanto milicias como fuerzas regulares españolas, estaban en desigualdad y que además había una cierta posibilidad de ocupación “al contar con pocas armas…y una dirigencia poco competente”(Johnson, 2011:331) “casi

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