Evangelizacion
Enviado por gorrizg • 21 de Mayo de 2015 • 2.579 Palabras (11 Páginas) • 279 Visitas
Vuelto Colón a España, los reyes Católicos , Fernando e Isabel, se apresuraron de dar cuenta del descubrimiento al nuevo papa Alejandro VI. El papa celebró la noticia con grandes festejos en Roma y sucesor de Aquel que dijo "Vayan por todo el mundo a predicar el Evangelio", contestó a Fernando e Isabel:
"Os mandamos, en virtud de santa obediencia que así como prometéis, y no dudamos cumpliréis, destinéis a las tierras e islas susodichas, varones probos y temerosos de Dios, doctos, instruidos y experimentados, para doctrinar a los dichos indígenas y moradores en la fe católica e imponerles en las buenas costumbres, poniendo toda la diligencia de vida en los que hayáis de enviar" (Bula Inter Caetera, 6 de Mayo de 1493).
Llegan los primeros misioneros a la Antillas y América Central
En consecuencia, cuatro meses después, el 26 de Setiembre de 1493, salía Colón de Cádiz, en su segundo viaje, entre los 1500 hombres que llevaba en catorce carabelas, iban, como delegado de su Santidad, un fraile benedictino llamado Juan Boyl y varios otros religiosos y clérigos seculares, acompañados de ganado, plantas, semillas -entre ellas semillas de arroz y caña de azucar listos para establecerse en las nuevas tierras. Al llegar a La Española, Colón fundó La Isabela, el primer poblado hispano del Nuevo Mundo, en el norte de La Española, oportunidad para que Fray Bernardo Boil, vicario apostólico cantara la primera Misa en el Nuevo Mundo, el 6 de enero de1.494 en la festividad de la Epifanía.
Estos eclesiásticos, por lo menos la mayor parte de ellos, apenas estuvieron un año fuera de España. El delegado Boyl, no coincidía con Colón sobre el trato que debía darse a los indios. Colón, resentido, ordenó que se disminuyera y aún se suprimiera la ración diaria de alimento a los eclesiásticos, quienes pronto regresaron al viejo continente en diciembre de 1494. Sólo quedaron en la Española (llamada después Santo Domingo) tres hermanos legos, los franciscanos Juan de la Deule, Juan Tizín y Jerónimo Ramón Pané, a quien se ha calificado justamente como el primer maestro, catequizador y antropólogo del Nuevo Mundo.
El primer obstáculo grande con que tropezaron europeos y americanos para entenderse fue la falta de una lengua común. Se calcula que en esa época existían en América 125 familias lingüísticas con 600 idiomas, muchas de ellas difíciles de aprender, por eso recurrieron a las lenguas generales, es decir, las que habían logrado mayor difusión.
Pensemos por un momento, cómo fue la vida de aquellos primeros pobladores que enfrentaron un clima diferente, dificultades para conseguir alimentos, desavenencias personales, pocas comodidades de vivienda y la dificultad más difícil: la lengua, barrera infranqueable para comunicarse con los aborígenes. Todo se combinó para que los indígenas se alejaran provocando una reacción violenta de los que llegaban que se sentían incomprendidos y a la vez necesitaban de aquellos seres que la Corona pedía fueran instruidos en la fe católica. Fue una amarga y difícil experiencia y una profunda crisis para los primeros pobladores de Las Antillas.
El vicario apostólico Fray Bernardo Boil se desanimó y en carta a los Reyes Católicos, fechada el 2 de febrero de 1494 manifestó que su estancia era inútil. Los legos Tisin y de la Duela, regresaron en busca de refuerzos. Así que en septiembre de 1494, los Reyes aceptaron la renuncia del vicario por enfermedad; sólo quedó Fray Ramón Pané, hombre sencillo y de firmes convicciones que se esmeró en aprender la lengua de los indígenas y enseñó una catequesis simple, logrando las primeras conversiones a la fe católica.
Desde un comienzo de la colonización se utilizó el método de las encomiendas. Descubierto y conquistado un territorio, se confeccionaban los planos y se fundaba un villorio con el nombre de ciudad. Las inmediaciones se repartían entre los conquistadores, siendo una de las principales obligaciones cuidar, defender y catequizar a los indios de su territorio. Al dar posesión a un conquistador de un territorio, se decía al interesado: "A vos XX se os encomiendan tantos indios en tal cacique y enseñadles las cosas de nuestra santa fe católica". De ahí las palabras encomienda y encomendero. A su costa, tenía éste en su encomienda un encargado, sacerdote o seglar, que diariamente enseñaba la doctrina cristiana a los indios y por eso se llamaba doctrinero. De tiempo en tiempo, pasaba por ahí algún misionero, examinaba a los candidatos y bautizaba y administraba los demás sacramentos, a los que estaban suficientemente preparados.
En 1495 los reyes Católicos ordenaron que pasasen misioneros a las tierras descubiertas. La isla Española fue el sitio donde franciscanos, dominicos y mercedarios, ensayaron el modo más apropiado para desempeñar debidamente su misión. Comenzaron por catequizar a los niños, siguieron con los adultos. En 1502 comenzaron a edificar iglesias en Santo Domingo, dando alas a su celo apostólico y, acompañados de algunos sacerdotes del clero secular, pasaron a las demás islas
En 1513, Vasco Núñez de Balboa logra introducirse por el istmo de Panamá y descubre el Océano Pacífico, al que denominó Mar del Sur. En el mismo año, se constituye en diócesis Panamá, que sería la primera diócesis erigida en tierra firme. Desde ese momento se convierte esa región algo así como en un centro de operaciones. De Castilla de Oro salen expediciones civilizadoras hacia la América Central y por el istmo de Panamá pasa la corriente cristiana hacia la América del Sur. Los mercedarios fueron los capellanes de muchas de estas arriesgadas expediciones y los primeros en construir conventos en Guatemala y otros puntos de América Central.
En aquellos lugares donde, por lo malsano del clima, por la aspereza del terreno, por estar lejos del poblado o por otra razón cualquiera, no se repartían encomiendas, y esto ocurría en la mayor parte del continente, fueron los heroicos misioneros de las Ordenes religiosas los protagonistas de la evangelización. Aquellos primeros misioneros se internaban en los bosques o en los desiertos y serranías donde los indios vivían dispersos y, exponiendo su vida, los reunían en un sitio determinado. Ayudados por ellos, construían un rancho-capilla donde enseñaban la doctrina y decían misa. En su contorno levantaban los indios sus viviendas y a eso se llamaba las doctrinas, que fueron el origen de muchas parroquias, obispados, pueblos y ciudades de América.. Años y años pasaba ahí un religioso hasta que, crecida la doctrina y ya con el nombre de parroquia formada, pasaban a otras manos y los misioneros, dando un último adiós a sus fieles convertidos, pasaban a otra región en busca de lugares desconocidos a aprender otras lenguas, entenderse con otros
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