Ezequiel Zamora
Enviado por marisjg14 • 11 de Mayo de 2012 • 1.304 Palabras (6 Páginas) • 930 Visitas
"Carta de Jamaica", de Simon Bolívar destaca como una de las obras más importantes de la época de la independencia iberoamericana. Mientras desterrado en Jamaica después de ser vencido, Bolívar escribió esta carta supuestamente para responder a una previa carta que había recibido. Porque Bolívar no especifica exactamente quién es el destinatario de la carta, es posible interpreter la carta por lo menos de dos maneras: como carta para alguna persona específica, aunque anónima, o como ensayo propuesto para una multitud de lectores. No importa tanto si o no es verdaderamente una respuesta a otra carta legítima, porque el mensaje parece dirigirse a una audiencia mucho más extensa. Esto se ve en la explicación repetida de lo que le había pedido a Simon Bolívar la carta inicial y también en las varias veces que cita esta carta. Utilizando las preguntas de la carta inicial como una base para explicar sus pensamientos de la independencia de América, Bolívar construye un ensayo inspirativo de sus predicciones y esperanzas para los países americanos. Por sus muchas referencias a la razón y sus descripciones emocionantes de la situación iberoamericana, la carta parece como una arenga a los americanos para motivar su apoyo y su participación en la lucha para independencia.
Por lo largo de la "Carta de Jamaica", Bolívar desarolla el tema de la razón que apoya la causa de la independencia de los países americanos. Empieza su argumento con la declaración arrojada que "el destino de la América se ha fijado irrevocablemente", dando varios ejemplos después para apoyar esta conclusión. Describe primero las multiples luchas de cada territorio para la independencia, indicando que España no tiene los recursos para continuar la lucha de dominar el nuevo hemisferio. Además dice que, aunque logre esta dominación en aquel tiempo, tendrá que luchar otra vez "dentro de veinte años" para mantenerla sobre la próxima generación de criollos nacidos en América. Para España, entonces, no sería provechoso seguir luchando contra los americanos.
La segunda razón que señala Bolívar en favor de la independencia tiene que ver más con los derechos naturales que con la logística. Dice que "no somos indios ni europeos, sino una especie media entre los legítimos propietarios del país y los usurpadores españoles". Sigue con esta explicación de la posición única de los criollos del Nuevo Mundo. Reconoce los indios como "los legítimos propietarios del país" porque ellos vivieron allí antes de la llegada de los españoles. Sin embargo, subraya el hecho de que los criollos tienen los valores y derechos de Europa, y que "[tienen] que disputar éstos a los del país". Con estas dos ideas, Bolívar desarolla el concepto que los criollos tienen los rasgos más importantes de ambas culturas: viven dentro del país y son cultos. Por eso, él propone, a los criollos pertenece el derecho natural de gobernar el país. Después de haber discutido bien estos dos argumentos razonables para la independencia de iberoamérica, Bolívar hace referencias a ellos repetidamente. Esas referencias aparecen muchas veces en medio de otra oración, mas llevan significancia enorme. Por ejemplo, dice que Europa "debería haber preparado y ejecutado el proyecto de la independencia americana; no sólo porque el equilibro del mundo así lo exige; sino porque éste es el medio legítimo y seguro de adquirirse establecimientos ultramarinos de comercio". Aunque está hablando de otro concepto, que la independencia de América lleva unas ventajas para Europa, menciona otra vez en términos muy fuertes la inevitabilidad de la independencia: "el equilibrio del mundo así lo exige". Así Bolívar toma cada oportunidad de recordar el lector de la racionamiento que apoya su posición.
No obstante, Bolívar apela no solamente a la racionalidad del lector, sino que mezcla con sus explicaciones lógicas muchas descripciones vívidas y emocionantes para estimular también sus sentimientos. De hecho, después de explicar el propósito de la carta, la primera cosa que escribe es una descripción de las atrocidades españoles. En el mismo párafo, loa al fraile Bartolomé de Las Casas por su denuncia de esas atrocidades, mostrando sutilmente que los derechos naturales valen aún más que la lealdad a la patria. De este punto, empieza a describir la relación irreparable entre la España y América. Con alusiones bíblicas ("el velo se ha rasgado") e imágenes vívidas ("nuestros
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