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Independencia del Paraguay – Antecedentes


Enviado por   •  6 de Agosto de 2013  •  2.782 Palabras (12 Páginas)  •  534 Visitas

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Independencia del Paraguay – Antecedentes

La ciudad de Asunción del Paraguay fue la primera capital de la gobernación del Río de la Plata; desde allí partieron las expediciones que fundaron las demás ciudades de la misma, entre ellas Buenos Aires. Eso le valió, entre los historiadores, el calificativo de «madre de ciudades».

La división de la gobernación en dos, quedando Buenos Aires como capital de la gobernación del Río de la Plata y Asunción como capital de la gobernación del Paraguay, no alteró durante mucho tiempo la primacía del Paraguay en la cuenca del Plata. En primer lugar, primacía poblacional: hasta la segunda mitad del siglo XVIII, la población de Buenos Aires fue menor que la de Asunción, y no fue hasta bien entrado el siglo XIX que la jurisdicción de Buenos Aires superó en población a la del Paraguay.

La revolución comunera del Paraguay, ocurrida entre 1717 y 1735, inició un proceso de pérdida del favor real para esa provincia, proceso que fue continuado con la preponderancia del gobernador de Buenos Aires en las guerras guaraníticas, y con el encargo real del rey español al gobernador de Buenos Aires Francisco de Paula Bucarelli de dirigir la expulsión de los jesuitas no solamente de su jurisdicción, sino también de las gobernaciones vecinasDE. El proceso culminó en el año1776, con la creación del virreinato del Río de la Plata, con capital en Buenos Aires. La provincia del Paraguay, transformada en intendencia en1782, fue incorporada al nuevo virreinato.

En general se supone que los paraguayos solamente toleraron la nueva situación, que los ponía manifiestamente en inferioridad de condiciones respecto a la ciudad que había sido fundada por asuncenos y gobernada desde Asunción. Se generó entre la población paraguaya un resentimiento contra Buenos Aires, que se mantuvo oculto hasta el final del período colonial. Incluso la decisión de deponer al virrey Sobremonte, tomada exclusivamente por los estamentos porteños en 1807, fue aceptada sin reclamamación alguna en el Paraguay, y esta intendencia participó en la defensa contra las Invasiones Inglesas con una fuerza de 534 hombres, comandados por el coronel de milicias José de Espínola y Peña.

La oposición del Paraguay a la influencia porteña se debía también a factores económicos: desde siempre, el gobierno porteño — y luego el virreinal — había apoyado el desarrollo del comercio de la yerba mate en las antiguas misiones jesuíticas guaraníes, que desde la perspectiva asuncena habían sido rivales económicos. Otro factor que amplió los resentimientos paraguayos fue el cierre de la navegación paraguaya hacia el Río de la Plata. En 1739 la Real Audiencia de Charcas dispuso que Santa Fe fuera un puerto preciso de la navegación del Paraguay, lo que fue confirmado por la real cédula del 1 de abril de 1743. Todos los barcos procedentes del Paraguay debían desembarcar sus cargas en Santa Fe para luego de pagar un impuesto seguir por tierra hacia Buenos Aires, lo que provocó disputas entre los cabildos y gobernadores de las tres ciudades. El 13 de abril de 1780 el virrey Pedro Melo de Portugal abolió provisoriamente los privilegios del puerto preciso de Santa Fe, lo que fue confirmado por el Consejo de Indias el 14 de febrero de 1781.

Luego de las Invasiones Inglesas, el virreinato quedó regido de hecho por un sistema de libre comercio internacional, y el antiguo monopolio colonial fue reemplazado por una relación mercantil muy favorable a Buenos Aires. En los años siguientes a las invasiones británicas, los comerciantes asuncenos pretendieron elevar los precios de sus exportaciones y crear un monopolio para la yerba mate similar al que existía sobre la venta de tabaco, llamado estanco del tabaco. Los asuncenos pretendían reducir así la competencia de la Villa Real de la Concepción y obtener mayores ganancias a expensas de los consumidores de Buenos Aires, que sufrirían los efectos del monopolio. El secretario del Real Consulado de Buenos Aires, Manuel Belgrano, presionó exitosamente al virrey para impedir que se concretara el monopolio, lo que generó profundos sentimientos de suspicacia y recelo en las regiones productoras de yerba mate, que estaban en su apogeo al momento de la Revolución de Mayo.

Revolución Francesa – Antecedentes

Los escritores del siglo XVIII, filósofos, politólogos, científicos y economistas, denominados philosophes, y desde 1751 enciclopedistas, contribuyeron a minar las bases del Derecho Divino de los reyes. Pero ya en el racionalismo de René Descartes podría quizá encontrarse el fundamento filosófico de la Revolución. De este modo, la sola proposición «Pienso, luego existo» llevaría implícito el proceso contra Luis XVI.

La corriente de pensamiento vigente en Francia era la Ilustración, cuyos principios se basaban en la razón, la igualdad y la libertad. La Ilustración había servido de impulso a las Trece Colonias norteamericanas para la independencia de su metrópolis europea. Tanto la influencia de la Ilustración como el ejemplo de los Estados Unidos sirvieron de «trampolín» ideológico para el inicio de la revolución en Francia.

Independencia de EEUU

CARLOTA JOAQUINA

LAS AMBICIONES DE LA INFANTA

Por su actuación americana, la Infanta española Da. Carlota Joaquina de Borbón y Parma, Princesa del Brasil, dio lugar a largas y controvertidas polémicas que arrojaron un saldo no siempre amable para ella. Muy discutida, su actuación marcó un hito en la historia americana, precisamente en el momento cenit al de su desenvolvimiento, cuando las colonias españolas se debatían ante la coyuntura de seguir por la ruta ya trazada por la metrópoli o de alzarse y asegurar su vida propia como naciones libres.

Su figura de mujer hábil, enérgica y ambiciosa, descrita por unos, contrasta con aquella otra de heroína de una época convulsionada que, enfrentándose a las razones de Estado y a los intereses de su propio reino, antepuso a todo razonamiento su amor a la España de su nacimiento, y luchó con denuedo y ardor por los derechos e intereses de la corona española en América.

Hija de Carlos IV y de María Luisa de Parma, a los 11 años de edad la tenemos ya casada con el futuro Juan VI, hijo a su vez de María I y José I.

De este modo reinará en la corte de los Braganza al lado de un hombre bueno, pero débil. Se la cita como mujer ingeniosa, culta, intrigante y poco atractiva. La tratan de liviana hasta corrupta.

Carlota Joaquina es acusada de acariciar sueños en extremo ambiciosos, descabellados y anacrónicos. Sin embargo, sus aspiraciones se hallaban sustentadas sobre bases bastantes lógicas y reales que, a haber tenido éxito, hubiera cambiado el curso de la historia. Julián María Rubio, al

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