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LAS UNIVERSIDADES


Enviado por   •  21 de Mayo de 2013  •  11.174 Palabras (45 Páginas)  •  465 Visitas

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Las Universidades Latinoamericanas en Contexto

La "universidad latinoamericana" es un conjunto complejo y contradictorio de instituciones largas y chicas, públicas y privadas, de grado y de pregrado, de mejor o menor calidad, de investigación y de enseñanza, y con niveles muy distintos de eficiencia en el uso de sus recursos. Estas instituciones(1) empezaron a ser introducidas en América Latina junto con las primeras administraciones coloniales españolas, y ganaron nuevo impulso con los movimientos de independencia a principios del siglo XIX. Transformaciones profundas ocurrieron a partir del "Movimiento de la Reforma" del inicio del siglo XX, y en las últimas décadas ellas fueron nuevamente transformadas por un proceso intenso de expansión y masificación. Mucho se ha hecho en los últimos años para conocer mejor esta realidad variada, y proponer soluciones para los problemas más generales de calidad, equidad y eficiencia, propuestas que van desde alteraciones en los sistemas de financiación gubernamental y recuperación de costos hasta la introducción de mecanismos gerenciales más eficientes, pasando por diferentes proyectos de evaluación a nivel nacional, sectorial e institucional.

La diversidad de la educación superior en Latinoamérica es tal que cabe plantearse si el concepto mismo de "universidad latinoamericana" tiene algún sentido útil. Que puede haber de común entre, por ejemplo, la Escola Paulista de Medicina en São Paulo, la Universidad de San Marcos en Lima y un pequeño instituto tecnológico en Valparaíso? Los recursos, los objetivos, el público, los profesionales y las culturas de estas instituciones son tan distintos que muy poco de lo que se puede decir o proponer para una hace sentido para las demás. Y sin embargo, hay muchas cosas comunes. En todas las partes, y a través del tiempo, las instituciones universitarias latinoamericanas trataron de cumplir un mismo conjunto de funciones básicas, y adoptaron formatos institucionales también parecidos. En este proceso, tuvieron que convivir con tensiones y contradicciones semejantes, y encontrar soluciones, o por lo menos acomodaciones, para sus problemas. Entender estas funciones, formatos y tensiones, y la pluralidad de soluciones y acomodaciones encontradas para solucionarlas, es el punto de partida básico para cualquier política consecuente hacia el sector.

Las universidades latinoamericanas fueron creadas, primero, por la Iglesia, y más tarde, por los nuevos estados independientes, con el objetivo de formar sus cuadros dirigentes, y establecer puentes de conocimiento entre las colonias, y más tarde países de la región, y la cultura filosófica, científica y técnica que existía y se desarrollaba en Europa. Estas funciones básicas, buscadas por las autoridades cuando deciden poner recursos humanos e financieros en la creación de instituciones educacionales, tienen como contrapartida el interés de las personas que trabajan en estas instituciones como profesores y empleados, o que pasan por ellas como estudiantes. Para los profesores y empleados, las instituciones universitarias son un empleo, un modo de vida; para los estudiantes, ellas funcionan como un mecanismo de consolidación de su posición en la sociedad, o de acceso a nuevas posiciones, en términos de prestigio, reconocimiento profesional, y rentas. Estas funciones son universales, y valen tanto hoy cuanto en el inicio de la colonización española, en América Latina como en otras partes del mundo. Sin embargo, sus manifestaciones en cada caso pueden ser muy distintas, como se muestra a continuación.

Funciones de Formación

Los nuevos estados nacionales creados en Latinoamérica a partir del siglo XIX trataron de crear instituciones que pudieran formar personas capacitadas para administrar la burocracia pública, comandar las fuerzas armadas, cuidar de la salud pública y hacerse cargo de la construcción de carreteras, puertos y ferrocarriles. De ahí el énfasis puesto en la formación profesional en los campos del derecho, de las artes militares, de la ingeniaría y de la medicina, y la preocupación con los aspectos pragmáticos y prácticos de estas profesiones. De ahí también la idea de que al Estado cabria no solamente la función de organizar y mantener las instituciones de educación superior, sino que también controlar en detalle su funcionamiento, y reconocer y validar los títulos obtenidos en las diversas instituciones.

Aún más que los nuevos estados nacionales, la Iglesia también se preocupó siempre con la formación de cuadros para su propia institución, los sacerdotes, y también con la formación de educadores para todos los grupos y clases sociales, que fue tradicionalmente su papel en la región. América Latina tiene una historia compleja, de amor y odio, de las relaciones entre Iglesia y Estado, y en muchas ocasiones en el pasado sus papeles se sumaron o entraron en conflicto. Sin embargo, es posible decirse que a la Iglesia siempre le preocupó mucho más con los aspectos de formación general, cultural y de valores de la educación, que con los aspectos técnicos y profesionales. Esta dimensión de formación general, que va desde las primeras letras hacia el estudio de la historia, la literatura, de la filosofía y de los conceptos científicos fundamentales, tardó mucho en entrar en la pauta de preocupaciones de los gobiernos, que siempre se volvieron mucho más, cuando lo hicieron, con la formación de los cuadros técnicos superiores.

Pero la formación de cuadros, tanto de tipo técnico y profesional cuanto de tipo cultural e humanístico, no es solamente una preocupación de la Iglesia y de los gobiernos, sino también de muchos sectores de la sociedad. Es aquí que las diferencias profundas entre América Latina y los países europeos, así como los Estados Unidos, se hacen más evidentes. Aunque hayan existido grandes diferencias entre distintos países, en Europa las transformaciones y el crecimiento de los sistemas de educación superior hicieron parte de un proceso de ensanchamiento del mercado de trabajo que fue mucho más allá de los límites de lo que los gobiernos y las religiones organizadas podrían coordinar. Las principales características de este proceso fueron:

- el crecimiento de la economía de mercado, con la industrialización y la ampliación progresiva del sector de servicios, hecha de forma sobretodo privada;

- la expansión de los sistemas educacionales en todos los niveles, creando una fuerte demanda por maestros y educadores;

- la consolidación de la medicina, el derecho e, en algunos países, la ingeniaría(2), como profesiones liberales autoreguladas.

- el crecimiento mismo del Estado, que, con su transformación

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