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La Escolstica


Enviado por   •  31 de Marzo de 2012  •  1.478 Palabras (6 Páginas)  •  676 Visitas

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. La escolástica designa el gran movimiento de escuelas que se da en la Edad Media, sobre todo en los siglos XIII y XIV. Tiene sus antecedentes en las escuelas monacales, sobre todo las del siglo XI, donde el maestro era llamado “scholasticus”, escolástico. Esas escuelas monacales dieron origen, todavía en el siglo XII, a las escuelas catedralicias, y éstas a las universidades. De hecho la universidad era la universitas scholarum, el conjunto de las escuelas, así como el gremio de los profesores y los estudiantes. La escolástica era la filosofía que se cultivaba en esas escuelas, sobre todo en la famosa universidad de París.

En el siglo XII había escolásticos célebres, como Roscelino, Pedro Abelardo y San Anselmo, y las escuelas se distribuían en torno a la polémica de los universales. Después, en la segunda mitad del siglo XIII y en la primera del XIV, se da la madurez de este movimiento. En el ámbito de los dominicos, junto con cierto grupo de seguidores de San Alberto Magno, se da la escuela tomista de Santo Tomás de Aquino, que, tras algunas oposiciones y suspicacias, se colocó como la oficial de la orden. Por ese tiempo los franciscanos habían tenido como principal escolarca a San Buenaventura, pero tuvo un seguimiento más fuerte Juan Duns Escoto, quien fue crítico de Santo Tomás y de todos los anteriores. En la misma orden franciscana surgió Guillermo de Ockham, que fue crítico también con Escoto, y fundó una fuerte escuela nominalista. Por eso a partir del siglo XIV se delineó una triple escuela, dos de reales o realistas y una de nominales o nominalistas. Las dos reales eran la de Santo Tomás, para quien los universales tenían fundamento en las cosas, pero sólo potencial, dado que se ponían en acto sólo por la acción del intelecto; y la de Escoto, que era más realista, ya que decía que los universales tenían fundamento en las cosas ya en acto, aun cuando un acto diminuto. Y la nominalista era la de Ockham, para quien los universales no tenían fundamento en la realidad sino solo en el entendimiento. En el siglo XVII, la escuela ockhamista decae y es suplantada por la del jesuita Francisco Suárez, que tenía no pocos rasgos de nominalismo.

Así, en la América Latina de la Colonia se dan tres escuelas rivales, ellas son las que configuran la escolástica latinoamericana: la tomista, seguida por los dominicos, mercedarios, agustinos, carmelitas y la mayor parte de los clérigos diocesanos; la escotista, seguida por los franciscanos, y la suareciana, seguida por los jesuitas. Ejemplos de estas escuelas en América Latina son: tomistas, Alonso de la Vera Cruz y Tomás de Mercado; escotista, Alfonso Briseño y Francisco Acevedo; suarecianos, Diego Jos, Abad y Francisco Xavier Alegre. Entre ellos se dan, igual que en Europa, acres polémicas, a veces por cuestiones de detalle. La degeneración de las discusiones hizo que la escolástica se hundiera en una decadencia muy fuerte, sobre todo cuando llega la filosofía moderna.

A finales del siglo XIX, con el papa León XIII, surge la neoescolástica, sobre todo el neotomismo. Por ejemplo, neotomistas en el México del siglo XX fueron Oswaldo Robles, J. M. Gallegos Rocafull, I. Guzmán Valdivia, R. Preciado Hernández y Fernando Sodi Pallares; escotistas, Fidel de Jesús Chauvet y Santiago Campero; suarecianos, Julio Dávila y J. G. Morán. Tomistas fueron, además, en Argentina, Mons. O. N. Derisi, J. E. Bolzán, Celina Lertora, Carlos I. Massini y Héctor Hernández.

Los latinoamericanos encontraron en el positivismo el instrumento adecuado para cambiar su realidad. Lo encontramos a lo largo del continente adoptando formas diferentes de acuerdo con las características de las clases dirigente y los problemas específicos. Como dice Leopoldo Zea:

"Después de la escolástica ninguna otra corriente filosófica ha llegado a tener en Hispanoamérica la importancia que tuvo el positivismo".[1]

Pero con el nuevo siglo llega a Latinoamérica, el tema dominante del pensamiento social occidental, la supuesta crisis de la sociedad. Para algunos el mundo moderno acaeció él mismo como crisis, la crisis del mundo tradicional a través de la revolución política industrial y cultural.

Para otros el mismo orden inaugurado por el mundo burgués, capitalista, individualista, basado en la ciencia y en la tecnología entraba también en crisis, la que arrastraba el proyecto ilustrado de desarrollo presente y futuro de la humanidad. Es decir que están los que sostienen que la sociedad occidental se encuentra en un período de decadencia y los que sostienen que por el contrario la crisis llevará a la superación de las estructuras sociales para crear un mundo mejor.

Esta visión pesimista sobre la decadencia es la que nos interesa analizar

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