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La Modernidad

1230281925 de Abril de 2014

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular Universitario

Aldea Universitaria Francisco Espejo

Estudios Jurídicos

7mo Semestre

Modelos Humanos y Modelos de Desarrollo

La Modernidad: Modelo

Civilizatorio y visión del mundo

Profesor: Participantes.

Jhonny Cedeño Álvarez María – Ascanio Ramona

Alcántara Gabriela – Alcántara Maira

Díaz Fabiana – Flores Miriany

González Cristin –

Maritrini – Sonia

Santa Lucia Abril 201

SABERES COLONIALES

Existen dos procesos que de forma mancomunada conforman la conquista ibérica del continente americano es el momento fundante en el que los dos procesos articuladamente inician la historia de: la modernidad y la organización colonial del mundo. Con el inicio del colonialismo en América comienza no sólo la organización colonial del mundo sino simultáneamente la constitución colonial de los saberes, de los lenguajes, de la memoria y del imaginario. Se da inicio al largo proceso que culminará en los siglos XVIII y XIX en el cual, por primera vez, se organiza la totalidad del espacio y del tiempo todas las culturas, pueblos y territorios del planeta, presentes y pasados en una gran narrativa universal. En esta narrativa, Europa es -o ha sido siempre- simultáneamente el centro geográfico y la culminación del movimiento temporal. Existe un conjunto de saberes que se conoce de forma global como: Ciencias Sociales. Entre la línea de los saberes se encuentran constituidas dos grandes dimensiones enfocadas en los saberes modernos, que de algún modo explican los diferentes orígenes históricos que se adquieren hasta lo actual. La primera dimensión se refiere a las sucesivas separaciones o particiones del mundo de lo real, que se origina históricamente en la sociedad occidental y la continuidad en la construcción de conocimientos de las sucesivas generaciones. La segunda dimensión es la forma como se articulan los saberes modernos con la organización del poder haciendo gran énfasis en las relaciones coloniales /imperiales de poder constitutivas del mundo moderno. En el devenir de la historia la función de estas dimensiones es conocer y dar sustento solido a una construcción discursiva naturalizadora de las ciencias sociales o saberes desde épocas coloniales hasta la época moderna.

En el pensamiento social latinoamericano, desde el continente y desde afuera éste y sin llegar a constituirse en un cuerpo coherente se a producido una amplia gama de búsquedas de formas alternativas del conocer, cuestionándose el carácter colonial de los saberes sociales sobre el continente, el régimen de separaciones que le sirven de fundamento, y la idea misma de la de la modernidad como modelo civilizatorio universal. De los modelos que dan algunos en las ciencias sociales el de MARITZA MONTERO, es el que más se destaca en las alternativas de conocer que se han venido dando en AMERICA LATINA en las últimas décadas, es posible hablar de la existencia de un modo de ver al mundo de interpretarlo y de actuar sobre el en la siguiente formas:

➢ Una concepción de comunidad y de participación como el del saber popular, como formas de constitución y a la vez como producto de una espíteme de relación.

➢ La idea deliberación atreves de la praxis, que supone la movilización de la conciencia, y en un sentido crítico que lleva a la desnaturalización de las formas canonícas de aprehender construir ser en el mundo.

➢ La redefinición del rol de investigador social, en el ordenamiento del otro como si mismo y por lo tanto la del sujeto objeto de la investigación como actor social y constructor de conocimiento.

➢ El carácter histórico, indeterminado, indefinido, no acabado y relativo del conocimiento. La multiplicidad de voces, de mundo de vida en la pluralidad.

➢ La perspectiva de la dependencia y luego, la de la resistencia. La tensión entre minorías y mayorías y los modos alternativos de hacer y conocer.

➢ La revisión de métodos, los aportes y las transformaciones provocadas por ellos.

La conquista ibérica del continente americano es el momento fundante de los dos procesos que articuladamente conforman la historia posterior: la modernidad y la organización colonial del mundo. Con el inicio del colonialismo en América comienza no sólo la organización colonial del mundo sino simultáneamente la constitución colonial de los saberes, de los lenguajes, de la memoria y del imaginario. Se da inicio al largo proceso que culminará en los siglos XVIII y XIX en el cual, por primera vez, se organiza la totalidad del espacio y del tiempo todas las culturas, pueblos y territorios del planeta, presentes y pasados en una gran narrativa universal. En esta narrativa, Europa es -o ha sido siempre- simultáneamente el centro geográfico y la culminación del movimiento temporal.

En este período moderno temprano/colonial, se dan los primeros pasos Johannes Fabian llama la negación de la simultaneidad (negation of coeval -ness). Con los cronistas españoles se da inicio a la “masiva formación discursiva” de construcción de Europa/Occidente y lo otro, del europeo y el indio, desde la posición privilegiada del lugar de enunciación asociado al poder imperial.

Bartolomé Clavero realiza un significativo aporte a esta discusión en su análisis de las concepciones del universalismo, y del individuo y sus derechos, en el liberalismo clásico y en el pensamiento constitucional. Es éste un universalismo no-universal en la propiedad privada individual. La negación del derecho del colonizado comienza por la afirmación del derecho del colonizador; lo es de un derecho colectivo por un derecho individual.

‘Let him [the Man] plant in some in-land, vacant places of America’, que el hombre así colonice las tierras vacantes de América. ...si no hay cultivo y cosecha, ni la ocupación efectiva sirve para generar derecho; otros usos no valen, esa parte de la tierra, este continente de América, aunque esté poblado, puede todavía considerarse vacante, a disposición del primer colono que llegue y se establezca.

El aborigen que no se abstenga a esos conceptos, a tal cultura, no tiene ningún derecho. “Concepción Constitucional Colonial”. Y no es desde luego una mera ocurrencia de un pensador aislado. Estamos ante una manifestación realmente paradigmática; no reúnen las condiciones para tener derecho alguno, ni privado ni público.

The Wealth of Nations de Adam Smith, su riqueza de las naciones no menos paradigmática, contiene y difunde la conclusión: ‘The native tribes of North America’ no tienen por su particular ‘state of society’, por un estado que se juzga primitivo, ‘neither sovereign nor commonwealth’, ni soberano ni república, derecho político alguno tampoco.

Con este alcance de privación jurídica de la población indígena, podrá ser alegado por tierras americanas incluso a efectos judiciales no sólo John Locke, sino también Adam Smith, su Wealth of Nations. Valen más como derecho para privar de derecho, que el propio ordenamiento particular.

Fue así necesario establecer un orden de derechos universales de todos los seres humanos, como paso precisamente para negar el derecho a la mayoría de ellos. El efecto es, no la universalización del derecho, sino la entronización del propio universo jurídico, con expulsión radical de cualquier otro. Ya no es sólo que el indígena se encuentre en una posición subordinada. Ahora resulta que no tiene sitio ninguno si no se muestra dispuesto a abandonar completamente sus costumbres y deshacer enteramente sus comunidades para conseguir integrarse al único mundo constitucionalmente concebible del derecho....no se concibe solamente un derecho individual, este derecho privado. Derecho, también se admite colectivo, de una colectividad, pero sólo aquél o solamente de aquélla que se corresponda y sirva al primero, al derecho de autonomía personal y propiedad privada, a esta libertad civil fundamental que entonces así se concebía. Dicho de otro modo, sólo cabe como público el derecho no de cualquier comunidad, sino solamente de la institución política constituida conforme a dicho fundamento, con vistas a su existencia y aseguramiento.

Tanto las comunidades tradicionales propias como todas las extrañas, cuales aquellas indígenas sin soberano ni constitución, quedan excluidas de un nivel paritario del ordenamiento jurídico o incluso del campo del derecho sin más, lo uno respecto a las propias y lo otro, lo más excluyente, respecto a las ajenas que así no respondan a la forma estatal.

En los debates políticos y en diversos campos de las ciencias sociales, han sido notorias las dificultades para formular alternativas teóricas y políticas a la primacía total del mercado, cuya defensa más coherente ha sido formulada por el neoliberalismo. Estas dificultades se deben, en una importante medida, al hecho de que el neoliberalismo es debatido y confrontado como una teoría económica, cuando en realidad debe ser comprendido como el discurso hegemónico de un modelo civilizatorio, esto es, como una extraordinaria síntesis de los supuestos y valores básicos de la sociedad liberal moderna en torno al ser humano, la riqueza, la naturaleza, la historia, el progreso, el conocimiento y la buena vida. Las alternativas a las propuestas neoliberales y al modelo de vida que representan,

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