La Monografia de Murra

INTRODUCCIÓN

          La propuesta de este trabajo será establecer la importancia de la agricultura en la economía del pueblo Incaico, específicamente el cultivo del maíz, su importancia alimenticia, económica y religioso-ceremonial; veremos cómo esta actividad se pudo llevar a cabo en un territorio inhabitable y estéril transformándolo en uno de los mayores imperios precolombinos, estudiaremos su organizada estructura social, el nivel de compromiso que existió del pueblo para con sus gobernantes, apoyados en un sólido culto a los astros del cielo en especial al Sol, y a  los fenómenos meteorológicos a los que tuvieron una alta estima como a la Tierra.

Murra nos da un primer plano de las características extremas del territorio, otrora hábitat de este imperio: “Ecológicamente el territorio de las repúblicas andinas parece a primera vista uno de los ambientes menos propicios para el hombre; la costa es un verdadero desierto y los altiplanos son muy altos, secos y fríos. Y sin embargo los habitantes de esta región han demostrado a lo largo de muchos siglos ser capaces no solo de sobrevivir en tales circunstancias sino también de crear una serie de civilizaciones que extrajeron del medio el excedente necesario para expandirse y florecer”^[1], este fragmento nos da una idea de las dificultades que debieron afrontar los pobladores de estas tierras inhóspitas para lograr cosechar el dorado grano.

Dada la nada fácil y la complejidad de la tarea propuesta, no podemos limitarnos al texto de John Murra (“La organización económica del estado Inca”) que será igualmente la principal fuente de datos, también se incluirán conceptos extraídos de otros autores como ser: Miguel Cabello Balboa  (“Miscelánea Antártica”), Antonio de Calancha (“Crónica moralizada del orden de san Agustín en el Perú”),  Teresa Vergara (“Tahuantinsuyo: El mundo de los Incas”), Felipe Guaman Poma de Ayala (“Nueva crónica y buen gobierno”), Franklin Pease (“Historia del descubrimiento y conquista del Perú”), Maria Rostworowski (“Historia del Tahuantinsuyo”), Waldemar Espinoza Soriano (“Los incas, economía, sociedad y Estado en la era del Tawantinsuyo”) y  Geoffrey Conrad y Arthur Demarest (“Religión e Imperio, Dinámica del expansionismo Azteca e Inca”), de este último solo se utilizaran los capítulos dedicados al estado Inca.

Quizás el lector se sienta intimidado por la cantidad de autores, pero cabe señalar que este trabajo constara de dos capítulos y una reflexión final por lo que su extensión será solo lo justo y necesario.

El objetivo a grandes rasgos radica en exaltar la importancia que tuvo el imperio Inca en la América Precolombina, la forma en la que se constituyó como estado, las técnicas y metodologías que debieron implementar para lograr subsistir en las condiciones extremas del ambiente andino, y la forma en que estas circunstancias se cohesionaron en un sistema económico sustentable.

En el primer capítulo se dará un pantallazo general sobre los diversos orígenes de la civilización incaica, su compleja y bien organizada estructura política y social junto con los derechos y responsabilidades que a cada estrato social correspondía.

En el capítulo dos estará dedicado a la agricultura, la producción en ambientes extremos del maíz, su importancia como medio económico, de subsistencia, ceremonial y religioso.

Finalizaremos con una breve reflexión resaltando la importancia de este cultivo a nivel económico y también en sus creencias religiosas.

Esperamos lograr un texto ameno, cuyo principal objetivo sea lograr la atención del lector, y llevar luz sobre la trascendencia de uno de los pueblos originarios más importantes del continente sudamericano.

CAPÍTULO 1

Orígenes y Evolución sociopolítica.

Para este primer capítulo nos valdremos del texto de Teresa Vergara titulado “Tahuantinsuyo: El mundo de los Incas”^[2], el mismo servirá de fundamento teórico para nuestro texto, en algunos casos puntuales se extraerán conceptos de otros autores que serán debidamente resaltados.

Teresa Vergara nos introduce en el mundo incaico señalando al comenzar que el Imperio Inca no surgió de un solo pueblo arraigado en estas inhóspitas tierras, su surgimiento fue producto de una larga evolución, donde distintos pueblos aportaron su parte tanto en cultura como en tecnología para conformar posteriormente el Imperio incaico o Tahuantinsuyo (del quechua Tawantin Suyu, “las cuatro  regiones o divisiones”) o Imperio quechual un estado precolombino situado en América del Sur.

 Al periodo de su dominio se le conoce además como incanato e incario. Floreció en la zona andina del subcontinente entre los siglos XV y XVI, como consecuencia del apogeo de la civilización incaica. Abarcó cerca de dos millones de km² entre el océano Pacífico y la selva amazónica, desde las cercanías de San Juan de Pasto en el norte hasta el río Maule en el sur. El imperio incaico fue el dominio más extenso que tuvo cualquier estado de la América precolombina.

 Acerca del origen de los incas se han conseguido datos diversos, que provienen, en algunos casos, de relatos míticos. La información más precisa que se ha podido obtener se refiere al original asentamiento del pueblo inca al norte del lago Titicaca, en el valle del Cuzco. Esta zona la compartieron diversos ayllus, entre ellos el Inca, el que luego de un largo proceso consiguió la supremacía, lo que le permitió, más tarde, imponerse a otros vecinos más poderosos.

Los orígenes del imperio se remontan a la victoria de las etnias cuzqueñas (actual Perú) lideradas por Pachacútec frente a la confederación de estados chancas en el año 1438. Luego de la victoria, el curacazgo incaico fue reorganizado por Pachacútec. El imperio incaico iniciaría con él una etapa de continua expansión que siguió con su hermano Cápac Yupanqui, luego por parte del décimo inca Túpac Yupanqui, y finalmente del undécimo inca Huayna Cápac quien consolidaría los territorios.

En esta etapa la civilización incaica logró la máxima expansión de su cultura, tecnología y ciencia, desarrollando los conocimientos propios y los de la región andina, así como asimilando los de otros estados conquistados. Luego de este periodo de apogeo el imperio entraría en declive por diversos problemas, siendo el principal la confrontación por el trono entre los hijos de Huayna Cápac: los hermanos Huáscar y

Atahualpa, que derivó incluso en una guerra civil. Finalmente Atahualpa vencería en 1532, sin embargo su ascenso al poder coincidiría con el arribo de los conquistadores españoles al mando de Francisco Pizarro, que capturarían al líder Inca y luego lo ejecutarían.

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