La materialidad detrás de la Guerra civil de las Provincias Unidas del Sur
Enviado por Edgardo Messina • 4 de Julio de 2021 • Documentos de Investigación • 7.413 Palabras (30 Páginas) • 171 Visitas
La materialidad detrás de la guerra civil de las Provincias Unidas. Análisis de los motivos materiales del partido de Dorrego en Buenos Aires.
Edgardo Omar Messina - Universidad de Buenos Aires – LU 25638814
Email: Edgardo.messina@gmail.com
En el siguiente trabajo se analizará algunas de las causas materiales de las guerras civiles que se dan en torno a la organización nacional del territorio del ex virreinato del Rio de la Plata. La lucha entre la fracción de la clase dominante que busca defender los particularismos provinciales contra la fracción que pretende la formación del estado burgués ampliado es compleja y multifacética, pero la atención en la materialidad sobre los aspectos fenoménicos pueden esclarecer mejor la disputa, como se verá en el análisis de los problemas historiográficos referidos al caudillismo.
Ya que, como se expondrá más adelante, se considera que cada espacio provincial debe estudiarse es forma separada, pues la realidad material de cada provincia es distinta, el problema presentado se acota a los intereses materiales de la fracción burguesa particularista “federal” en la provincia de Buenos Aires y él porqué de su rechazo a la forma unitaria de nación, tanto directoral como presidencial.
La justificación de este articulo se debe a que la explicación causal del particularismo bonaerense de la fracción burguesa representada por gobierno federal de Dorrego y del levantamiento militar de la fracción “unitaria” en diciembre de 1828 se está obviando en los nuevos estudios, ya que la bibliografía apela a motivos legales, personales, psicológicos pero se deja de lado los materiales, como se analizará en el desarrollo del problema.
La hipótesis considerada es que el modelo de un mercado “nacional” unificado, sin barreras aduaneras y con moneda única necesita de abundantes recursos centralizados, esto choca con la expansión y consolidación de particularismos. La fracción burguesa “Federal” de Buenos Aires necesitaba utilizar los recursos estatales para ampliar y consolidar la frontera sur por la propia dinámica de sus negocios antes de lograr un mercado unificado ampliado a todo el ex virreinato, para lo cual era menester dejar de financiar al ejército y al proyecto nacional y concentrar recursos en la línea de fortines y la guerra contra los aborígenes. Por consiguiente, el particularismo de esta fracción está determinado por su base material y es esta materialidad la que caracteriza la política. Asimismo, se propondrá estudiar el fenómeno de los caudillos como expresiones propias de su tiempo y no como resistencias pre-capitalistas ni localismos anárquicos, ya que representan a grupos económicos luchando por una fracción de poder en el espacio que se está formando.
Si bien no es una hipótesis original[1] el objeto de este trabajo es aportar investigación empírica sobre la ocupación y negocios de los grupos familiares de algunos miembros destacados de la burguesía bonaerense y precisar cómo éstas determinan su afiliación política, para lo cual se selecciono como observable los negocios y empresas de la familia de Manuel Dorrego para demostrar que el soporte material influye de manera determinante en su idea y filiación política. Para tal fin se analizará, entre otros documentos, las sucesiones de Manuel Dorrego, Luis Dorrego y de su esposa Inés Indart Igarzábal.
Breve estado de la cuestión sobre caudillismo y guerra civil
Las explicaciones de la guerra civil, entrelazadas con el fenómeno del caudillismo, nacen de los más variados intereses y problemas, desde entender el subdesarrollo y el colonialismo hasta el desarrollo de la esencia “nacional”. Los estudios del fenómeno de los caudillos y de las instituciones republicanas están atravesados por la contienda y varían según los problemas historiográficos y sociales del momento, pero en muchísimos casos partiendo de errados pares conceptuales complementarios y opuestos.
Antes de los ensayistas sociológicos y la historia científica, el General Paz en sus memorias ensaya una explicación de la guerra civil, bastante aceptada por la historiográfica clásica ya que es reforzada por Sarmiento, como una dicotomía entre civilización ilustrada y barbarie ignorante manejada por los intereses mezquinos de los caudillos que saben cómo arengar a estas masas:
“Para comprender el ardiente entusiasmo que anima a los montoneros, forzoso es referirnos al estado de nuestra naciente civilización, Atendido el, les fue muy fácil a los caudillos sublevar la parte ilustrada contra la más ilustrada, a los pobres contra los ricos, y con ese odio venían a confundirse los celos que justa o injustamente inspiraba a muchos la preponderancia de Bs. As. Aun diré más, y que quizás fue la causa más poderosa, las fuertes prevenciones que había engendrado en el paisanaje la indisciplina y altanería de los primeros ejércitos y las exacciones gravosas a que los sujetaban.”[2]
En el mismo sentido, los ensayistas sociólogos positivistas plantearon que el freno al desarrollo nacional se encontró en la oposición del salvajismo imperante en estas tierras al proyecto civilizatorio unitario, planteando la primera falsas dicotomías entre ciudad y campo además de civilización y barbarie. Clásico de esta disciplina a finales del siglo XIX y principios del XX, la explicación de estas dicotomías se forma por factores ajenos a las humanidades y cercanos a las ciencias naturales y biológicas (Ingenieros, 19010:9)[3], apelando a factores climáticos y geográficos (Sarmiento, 2001)[4], étnicos, médicos, psicológicos de masas (Ramos Mejía, 1943), para explicar como la “enfermedad” del caudillismo, heredera del feudalismo español, se opuso al desarrollo positivo y natural de la nación, impregnando una carga valorativa negativa a todo localismo.
De este grupo se destaca para este análisis Ernesto Quesada, que intentó explicar a Rosas como producto de su tiempo (Quesada, 1950:89), de forma tal que fue un intérprete de las necesidades históricas del momento, subordinando el terror y la dictadura al imperativo social de orden material (Quesada, 1950:140) y contener al resto de los caudillos, vistos como señores feudales. De esta forma y para este autor, Rosas contribuyo a la creación de la nación conteniendo las tendencias disgregadoras fajo la forma de confederación.
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