Latinoamerica

El 12 de octubre es la fecha mejor conocida como el Día de la Raza, este es el nombre que se le asignó inicialmente en la mayoría de los países hispanoamericanos, en conmemoración del avistamiento de tierras por el marinero Rodrigo de Triana en 1492, luego de haber navegado más de dos meses al mando de Cristóbal Colón a lo que posteriormente se denominaría América.

Sin embargo al pasar del tiempo y el transcurrir de la historia esta fecha ha recibido distintas denominaciones; como es el caso de España donde lo celebran como el día de la hispanidad, día del respeto a la diversidad cultural en Argentina, o día de la resistencia indígena en Venezuela y Nicaragua.

Desde que los españoles invadieron América se produjo la unión de etnias y culturas, ya que cada grupo poseían costumbres diferentes. Mientras la población mestiza aumentó, la indoriginaria descendió considerablemente ya que muchos indígenas murieron; esta fue una de las razones por la cual en Venezuela se le denominó día de la resistencia indígena, porque conmemoran la sangre derramada de los pobladores nativos de este territorio, que fueron victimas de la violencia de los colonizadores españoles hace más de 518 años.

Lo que si efectivamente ocurrió el 12 de octubre de 1492 fue el inicio de lo que se ha dado en llamar la mundialización del mundo. Es decir, la transformación de la historia de la humanidad en una sola historia. Y esto a partir de aquel suceso que si bien se ha denominado eufemísticamente encuentro de dos mundos.

Es de allí de donde deberíamos partir los americanos para recuperar la memoria de nuestros pueblos, de la conciencia de que somos hijos de una gran invasión. Pero no para quedarnos allí, sino para admitir tal origen histórico, donde incluso nos hace referencia Pablo Neruda, en uno de sus cantos donde lo titula: “Los Conquistadores” y que precisamente narra este tema, la época de la conquista o de la gran invasión.

Pero no es solo recordar por recordar, tampoco para el alarido lastimero, sino para construir, una nueva realidad para nuestros pueblos, es decir, un verdadero Nuevo Mundo.

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