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Leyendas De Guatemala


Enviado por   •  5 de Febrero de 2015  •  2.809 Palabras (12 Páginas)  •  389 Visitas

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El carruaje de la muerte

Cuenta que el carro de la muerte aparecía durante las noches y anunciaba la muerte de alguna persona. También cuentan que se parqueaba frente a las casas y se llevaba al fallecido.

Después de un largo y arduo día de trabajo en el campo, Mario se dirigía a su casa en la ciudad. Ya casi anochecía y caminaba de prisa. Poco antes de llegar a su casa escuchó el sonido de un carruaje muy cerca, lo que era muy normal en aquella época, pero este sonido era diferente, sintió mucho temor. Corrió y decidió esconderse en el parque, detrás de los árboles.

El sonido del carruaje se escuchaba cada vez más cerca, pero a la vez daba la impresión de que nunca llegaba y la espera se hacía interminable.

Sin darse cuenta, Mario pasó la noche en el parque. De repente, despertó por el frío que sintió y recordó lo ocurrido la noche anterior y en ese momento pensó que temerle a un carruaje había sido algo absurdo. Se levantó y fue a su casa.

Los días pasaron y Mario no podía olvidar lo ocurrido, así que decidió contárselo a un amigo.

Al escucharlo el amigo también le compartió lo que contaba la gente al respecto. “Dicen que por las noches se escuchaba a un carruaje ir a toda velocidad y que iba recogiendo a la gente que moría, era conocido como El Carruaje de la Muerte”. Al finalizar el relato añadió: “Posiblemente todo esto es un invento de la gente, no hay que hacer caso”.

Mario no se quedó tranquilo y junto con su amigo decidieron esperar esa noche, al carruaje y así confirmar si los rumores eran ciertos.

Se encontraban en parque bajo la noche fría y solitaria cuando comenzaron a escuchar el sonido de un carruaje. Poco a poco pudieron verlo, cada vez más cerca. Y en efecto, se trataba de un carruaje negro, tirado por caballos negros y con un conductor vestido completamente de negro.

Igual que la primera vez, el carruaje tardaba en llegar hasta donde ellos se encontraban.

Cuando por fin el carruaje estaba frente a ellos, el conductor los observo fijamente y ambos hombres se desmayaron. A la mañana siguiente, despertaron de frío y desde entonces, tanto Mario como su amigo, se esconden donde pueden cada vez que escuchan el sonido de un carruaje, sobre todo por las noches.

La llorona

La Llorona, la mujer fantasma que recorre las calles de las ciudades en busca de sus hijos. Cuenta la leyenda que era una mujer de sociedad, joven y bella, que se caso con un hombre mayor, bueno, responsable y cariñoso, que la consentía como una niña, su único defecto... que no tenia fortuna.

Pero el sabiendo que su joven mujer le gustaba alternar en la sociedad y " escalar alturas ", trabajaba sin descanso para poder satisfacer las necesidades económicas de su esposa, la que sintiéndose consentida despilfarraba todo lo que le daba su marido y exigiéndole cada día mas, para poder estar a la altura de sus amigas, las que dedicaba tiempo a fiestas y constantes paseos.

Marisa López de Figueroa, tuvo varios hijos estos eran educados por la servidumbre mientras que la madre se dedicaba a cosas triviales. Así pasaron varios años, el matrimonio.

Figueroa López, tuvo cuatro hijos y una vida difícil, por la señora de la casa, que repulsaba el hogar y nunca se ocupo de los hijos. Pasaron los años y el marido enfermó gravemente, al poco tiempo murió, llevándose " la llave de la despensa ", la viuda se quedó sin un centavo, y al frente de sus hijos que le pedían que comer. Por un tiempo la señora de Figueroa comenzó a vender sus muebles. Sus alhajas con lo que la fue pasando.

Pocos eran los recursos que ya le quedaban, y al sentirse inútil para trabajar, y sin un centavo para mantener a sus hijos, lo pensó mucho, pero un día los reunió diciéndoles que los iba a llevar de paseo al río de los pirules. Los ishtos saltaban de alegría, ya que era la primera vez que su madre los levaba de paseo al campo. Los subió al carruaje y salió de su casa a las voladas, como si trajera gran prisa por llegar. Llegó al río, que entonces era caudaloso, los bajo del carro, que ella misma guiaba y fue aventando uno a uno a los pequeños, que con las manitas le hacían señas de que se estaban ahogando.

Pero ella, tendenciosa y fría , veía como se los iba llevando la corriente, haciendo gorgoritos el agua, hasta quedarse quieta. A sus hijos se los llevo la corriente, en ese momento ya estarían muertos . Como autómata se retiro de el lugar, tomo el carruaje, salió como "alma que lleva el diablo ", pero los remordimientos la hicieron regresar al lugar del crimen. Era inútil las criaturas habían pasado a mejor vida. Cuando se dio cuenta de lo que había hecho, se tiro ella también al río y pronto se pudieron ver cuatro cadáveres de niños y el de una mujer que flotaban en el río.

Dice la leyenda que a partir de esa fecha, a las doce de la noche, la señora Marisa venia de ultratumba a llorar su desgracia: salía del cementerio (en donde les dieron cristiana sepultura) y cruzaba la ciudad en un carruaje, dando alaridos y gritando ¡ Aaaaay mis hijos ¡ ¡ Donde estarán mis hijos ¡ y así hasta llegar al río de los pirules en donde desaparecía. Todas las personas que la veían pasar a medianoche por las calles se santiguaban con reverencia al escuchar sus gemidos y gritos. Juraban que con la luz de la luna veían su carruaje que conducía una dama de negro que con alaridos buscaba a sus hijos.

Las mujeres cerraban las ventanas, y al trasnochador que venia con copas, hasta la borrachera se le quitaba al ver aquel carro que conducía un espectro, donde iba la llorona, del carruaje salían grandes llamaradas y se escuchaba una largo y triste gemido de una mujer, un esqueleto vestido de negro, el que guiaba el carruaje, jalado por caballos briosos. Un día, cuatro amigos, haciéndose los valientes, quisieron seguir al carruaje que corría a gran velocidad por céntrica calle de Aguascalientes que daba al río pirules.

Ellos la seguían, temblando de miedo, pero dándose valor con las copitas, dio un ultimo grito de tristeza y dolor ¡ Aaaay mis hijos ¡ y desapareció con todo y carruaje.

La Tatuana

Cada carcel o bartolina que se encuentra en las municipalidades de los pueblos de Guatemala cuenta la historia magica de Manuelita “La Tatuana”. Dicen los viejos que en cualquier momento aparece en los poblados y ciudades una mujer bella, una mengala joven, que con grandes ojos zarcos y un manton de manila, sabe todas las cosas del amor.

Pone “en un

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