Literatura Universal
Enviado por gleivy • 16 de Diciembre de 2013 • 3.486 Palabras (14 Páginas) • 324 Visitas
Literatura Universal
La Literatura Universal es el estudio de las culturas y el arte de redacción de éstas. Según las civilizaciones se han desarrollado, sus sistemas de comunicación escrita y oral han florecido. En muchos casos alcanzando técnicas mucho más avanzadas de la simple necesidad de trasmitir información. El idioma de por sí convirtiéndose en medio de unificación al narrar los actos heroicos, las leyendas y tradiciones de los pueblos. Logrando su máxima expresión al cantar la belleza de la lengua y los sentimientos de quien la canta.
Se incluye todas las épocas, países, estilos e idiomas en que el ser humano, por el momento, haya expuesto sus pensamientos al prójimo usando el idioma como vehículo. Siempre que se emplea el idioma, algo de arte le acompaña. Y si el habla es arte, es literatura.
Por el momento nos limitamos a la literatura en alguna forma de escritura, tal vez algún día podamos ir más allá. Por falta de tiempo, espacio y conocimientos empezamos con una minúscula sección de esta amplia tarea. Desafortunadamente tenemos que limitarnos a las obras más leídas de los autores más reconocidos.
La Literatura Universal es el estudio de las culturas y el arte de redacción de éstas. Según las civilizaciones se han desarrollado, sus sistemas de comunicación escrita y oral han florecido. En muchos casos alcanzando técnicas mucho más avanzadas de la simple necesidad de trasmitir información. El idioma de por sí convirtiéndose en medio de unificación al narrar los actos heroicos, las leyendas y tradiciones de los pueblos. Logrando su máxima expresión al cantar la belleza de la lengua y los sentimientos de quien la canta.
Se incluye todas las épocas, países, estilos e idiomas en que el ser humano, por el momento, haya expuesto sus pensamientos al prójimo usando el idioma como vehículo. Siempre que se emplea el idioma, algo de arte le acompaña. Y si el habla es arte, es literatura.
Por el momento nos limitamos a la literatura en alguna forma de escritura, tal vez algún día podamos ir más allá. Por falta de tiempo, espacio y conocimientos empezamos con una minúscula sección de esta amplia tarea. Desafortunadamente tenemos que limitarnos a las obras más leídas de los autores más reconocidos.
El Caribe en la literatura universal: mitos y realidades
Martes, 18 de Septiembre de 2012 06:45 | Escrito por Johari Gautier Carmona | | |
Las definiciones acerca de la zona Caribe se han sucedido a lo largo de la historia sin nunca conseguir la unanimidad. Existen diversos marcos asumibles como el Caribe insular (o etno-histórico), el Caribe geopolítico, el Gran Caribe y el Caribe cultural (o Afro América central), pero todos responden a una mirada o un interés distinto.
Así es el Caribe de extravagante y confuso. Sus límites no corresponden a una barrera geológica específica, sino más bien a los intercambios propiciados por oleadas de inmigrantes con aspiraciones diversas. En ese contexto, los mitos de un Dorado han ido creciendo a lo largo del tiempo y la imagen del Caribe se ha ido adaptando a la mirada de sus visitantes.
En esas situaciones en las que los matices cuentan, donde las emociones, los idiomas y las identidades son la clave, siempre es bueno volver a la literatura para sentir la esencia y percibir esas pequeñas diferencias que lo definen todo.
Con este breve análisis literario de cuatro escritores especialmente interesados en la zona del Caribe, les invito a descubrir los secretos de un Caribe que vive entre las leyendas y las duras realidades.
V.S. Naipaul, premio nobel de literatura 2001, describe en su obra “Miguel Street” una calle humilde de la isla de Trinidad que lo vio nacer y recrea un periodo de la segunda guerra mundial en el que los estadounidenses aparecen como invasores y héroes a la vez. Todo acontece bajo el ritmo acompasado y melodioso de los calypsos, una música típica de la isla, que recogen todos los dramas de sus habitantes: mujeres que dejan a sus maridos después de haberles robado todo, hombres rabiosos en busca de sus mujeres desaparecidas, mujeres que necesitan a hombres responsables para formar familias estables o la insostenible competencia de los yanquis en los líos amorosos.
En la isla caribeña de Naipaul, el tiempo pasa con una lentitud inexplicable y los personajes que la representan son almas misteriosas que se encierran en situaciones sórdidas, se complacen con destinos sencillos, hacen “lo que no tiene nombre”, venden poemas por las calles o tienen la costumbre de salir al umbral de sus casas con un vaso de ron por la mañana. El ron es más que un elemento básico, es un símbolo identitario que une y divide, que ambienta muchas fiestas pero que también destruye matrimonios.
La isla de Trinidad que pinta Naipaul también es un lugar en el que confluyen las costumbres de diferentes etnias, la india, la afro y la británica, creando así un escenario excepcional y casi esperpéntico. La influencia de Estados Unidos, con sus modas y su estilo liberal, se entremezcla con el tradicionalismo de la India, sus castas y sus creencias, en un cóctel cuyo sabor es único.
No todo es alegría en el Caribe del premio nobel pero tampoco es un drama. La gente aprovecha la mínima ocasión para hacer huelgas interminables, los chinos son dueños de numerosas tiendas, la corrupción carcome el cuerpo policial, hombres y mujeres demuestran su creatividad a través de tacos novedosos y siempre más atrevidos, los predicadores protestantes pululan en todas las esquinas, los indios salen a la calle con sus dhotis para leer el ramayana, las parejas se rompen y vuelven a unirse sin que esto tenga demasiada importancia porque la vida sigue con la misma tranquilidad.
Por otra parte, el Caribe que relata Gabriel García Márquez en su obra “El amor en los tiempos del cólera” alude a un mundo alejado y decadente de finales del siglo XIX, un universo profundamente romántico, cuyo resplandor se mide en las pasiones y los desencuentros de sus protagonistas. Los tiempos del cólera sirven de contexto para describir una sociedad estancada en su crecimiento, pendiente de los progresos de una Europa floreciente que van llegando a cuenta gotas (como regalos comprados en un crucero) y de las maravillas de su iluminación. Los atavismos que conforman este estancamiento proceden de una notable inestabilidad política, continuas guerras que dividen su población, discriminaciones raciales legadas de la colonización y de la esclavitud, mitos y supersticiones que eluden el cuestionamiento de las costumbres ancestrales. Los retos a los que se enfrenta la sociedad caribeña en la obra de Gabriel García Márquez ya han sido superados exitosamente
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