Los Dioses Totonacas

Los totonacas son una cultura muy bonita, grande y muy antigua la cual era politeísta algunos dioses de ellos eran:

Quetzalcóatl:

Es llamado el dios principal de la cultura mesoamericana considerado el dios principal, su nombre significa serpiente de las plumas preciosa, serpiente emplumada o gema de los ciclos

Tláloc: dios de la lluvia, era responsable de las sequías y de las lluvias torrenciales

Xipetotec: es el dios principal y es la parte masculina del universo, la región de la juventud y de la aurora, el maíz tierno, la abundancia, la riqueza y el amor, representa la fertilidad y los sacrificios.

Cuentan los antiguos que anualmente, algunos esclavos eran seleccionados como sacrificios a Xipetotec. Eran despellejados cuidadosamente para producir una piel casi entera que era usada por los sacerdotes durante los rituales de la fertilidad que siguieron el sacrificio.

Chihuacóatl: diosa del viento, fue la primera en dar a luz por lo que en algunas culturas es la diosa de la fertilidad aunque los totonacos la representaron como la diosa del viento, también es llamada la patrona de los partos.

Esos y muchos más fueron sus dioses, ellos buscaban a un dios que pudieran adorar y anualmente hacían un sacrificio a ellos para demostrarles respeto.

Los voladores de Papantla son una de las mayores atracciones del Malecón, y es fácil ver por qué. Cinco voladores escalan un poste de 15 metros de largo vestidos con su tradicional atuendo. Uno de ellos toca una flauta mientras está sentado en la punta del poste, mientras los otros cuatro se dejan caer de cabeza colgando sólo de sus tobillos amarrados de una soga. Los voladores dan vueltas de manera valiente y vertiginosa alrededor del poste hasta que llegan al suelo.

Esta importante ceremonia religiosa data de 1500 años atrás. El ritual comenzó en el centro de México en honor del Dios del Sol, con la intención de tener mejores cosechas y aumentar la fertilidad. Los voladores representan fuego, tierra, agua y aire. Mientras van cayendo sus brazos están abiertos y sus cabezas apuntan hacia el suelo. El flautista en la cima comienza el ritual viendo hacia el este, símbolo del origen del mundo. Cada “volador” da 13 vueltas alrededor del poste antes de tocar el suelo. 13 vueltas x 4 voladores = 52, y 52 años según el calendario maya, abarca un ciclo solar. Por su puesto, 52 semanas hacen un año lo que simboliza el nacimiento de un nuevo sol.

Este riesgoso ritual puede ser observado sobre el Malecón en las tardes. Se realiza en repetidas ocasiones a cambio de propinas cada noche.

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