Orígenes de la democracia venezolana.

Avances y retrocesos de la Democracia venezolana entre 1936 y 1958

A mediados de 1936 la Venezuela Gomecista, personalista y rentista; se decanta por otro rumbo. Nace una nueva dinámica democrática, la población asumió su rol en la política, la creación de partidos políticos aumenta la ideología como la gesta de las organizaciones sociales, estas estaban convencidas en marcar un hito en las libertades del ciudadano, la Democracia empezaba a ser un poco evidente.

Asume la Presidencia vía constitucional el General Eleazar López Contreras, y con él surge una nueva Constitución, que lo legitima como mandatario para el periodo 1937-1941, esta joven carta apunta a políticas que robustezcan la democracia, el desarrollo económico y social. Una transición que trajo de vuelta al país a los exiliados del régimen de Gómez, se devolvió a la prensa su libertad, sin embargo pequeños grupos opositores impulsaron acciones que afectaron la armonía democrática recién instaurada.

Durante su periodo López Contreras, apostos por aspectos sociales que modernizaran la dinámica democrática vigente; la implementación de nuevas leyes donde resaltaron la Ley del Trabajo (1936) y la activación de la higiene pública como prioridad nacional reflejaron el compromiso de un hombre que se mostraba convencido a una transformación necesaria.

Finaliza el periodo de un mandatario que afrontó rencillas, conflictos dando paso a políticas que afloraron un ritmo democrático de arraigo social, históricamente deja una herencia democrática modestamente loable. Asume las riendas del país Isaías Medina Angarita, alguien que llevaba a cuestas la mala fama de ser un admirador y aliado de Benito Mussolini, esto para nada afecto el emprendimiento de un mandato democráticamente abierto, donde reforzó el protagonismo del pueblo y los partidos políticos, dos fuerzas que no salían de un solo traspié dado al panorama social que los rodeaba.

Esta etapa política dio para todo, no solo los partidos políticos comieron de la torta de la pluralidad democrática vigente, surgieron los sindicatos y con ellos una clase obrera que aspiraba muy alto conjuntamente con clases sociales que iban por todo, la represión había dejado una estela de frustración que se remplazaba por las ansias poder, los partidos políticos se introdujeron en estas fuerzas emergentes e inocularon sus verdaderos basamentos. Las actividades partidistas generaron un antagonismo perverso frente a la gestión de Medina Angarita, una oposición aliada por un alto mando militar con tintes gomecista, presionaba al gobierno actual, no obstante el Presidente hacia frente e instaba al respeto de la constitución y del país.

En 1945 Medina Angarita es derrocado, la alianza cívico(partidista)-militar conformada por el partido Acción Democrática y los oficiales Carlos Delgado Chalbaud, Marcos Pérez Jiménez y Mario Vargas se valieron de una “crisis” democrática para dar un golpe militar. De nada sirvió la democratización, modernización y restructuración de una gestión, a la larga más pudo el deseo de poder de ciertos activistas a los que Medina Angarita reinsertó.

Una supuesta junta revolucionaria viene a marcar un antes y un después de la historia contemporánea de Venezuela, dos bandos que en la época de Gómez eran rivales decidieron sentarse en la misma mesa y otorgarse créditos y negociar cargos. Rómulo Betancourt presidió esta unión el cual llamó a elecciones libres y directas pero dos corrientes no identificadas fijaban pautas políticamente divisionistas afectando el orden ideológico democrático del país; una gradualista, esta desde un principio subestimo cualquier madurez política de la población y otra más radical y populista, fiel creyente en las capacidades de toma de decisión de los sectores más populares de la sociedad, es previsible que la primera tenía carácter militar y la segunda provenía de las filas de AD.

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