Origen de las Corporaciones Transnacionales
Enviado por Martha Muñoz • 16 de Marzo de 2016 • Resumen • 5.194 Palabras (21 Páginas) • 392 Visitas
Universidad Militar Nueva Granada
Stephania Borda Muñoz
María del Mar Barrios
Primera entrega adelanto exposición
Sistema Internacional
Bogotá 20 de febrero de 2015
Corporaciones Trasnacionales
Origen de las Corporaciones Transnacionales
Si bien el auge impresionante de estas corporaciones es un fenómeno de fines del siglo XX, como causa y efecto de la “globalización de la economía”, sus raíces se hunden en el pasado. La familia Rothschild estableció en varios países europeos sus casas de banca desde el siglo XV y en los siglos XVI y XVII las compañías europeas que negociaban con “las Indias”, incluidas las que se dedicaron a la trata de esclavos, han sido vistas como el antecedente de este tipo de corporaciones. La primera sociedad calificada de “transnacional” fue la “Compañía de Moscú” fundada en 1655 para promover el comercio con Rusia. A fines del siglo XIX y principios del XX varias compañías, atentas las limitaciones al comercio internacional impuestas por el proteccionismo de la época, se vieron precisadas a construir fábricas más allá de las fronteras de sus países de origen y a extender sus negocios transnacionalmente. La compañía norteamericana Singer, productora de máquinas de coser, fue probablemente la primera en hacerlo en 1865 al instalar una fábrica en la ciudad de Glasgow, Escocia, para aprovechar el mercado de la Gran Bretaña
En los años 60 del siglo pasado se produjo la primera denuncia contra el “peligro” representado por las corporaciones transnacionales. J. J. Servan - Schreiber publicó en 1966 “El Desafío Americano”, un libro que produjo un gran impacto en esos años, en el que el escritor francés mostró a la soberanía estatal acosada por esa nueva forma de organización productiva y de gestión empresarial representada por las corporaciones transnacionales, que en realidad fueron uno de los primeros síntomas del proceso de internacionalización de la producción, el comercio, el consumo y las comunicaciones que ya se había iniciado.
Las corporaciones transnacionales son hoy una expresión de la etapa postindustrial del capitalismo moderno y de la “globalización” de la economía mundial. Incluso pueden ser también un signo de la caducidad del Estado como forma de organización social. En algunas materias, el ímpetu de estas empresas supera a las fuerzas de cohesión de los Estados. Para ellas los límites nacionales no cuentan: el mundo es un solo mercado y los ciudadanos de todos los países son sus clientes reales o potenciales. Con esta perspectiva establecen sus instalaciones y sus fábricas en cualquier lugar del planeta. Sus capitales son apátridas. Atienden sólo a sus conveniencias económicas que hoy les aconsejan exportar tecnología y capitales e importar manufacturas que les es más rentable producirlas en los países periféricos de Asia y América Latina debido a mano de obra más barata, menores exigencias sindicales, baja tributación, inferiores costes de producción, restricciones ambientales en los lugares de origen, cercanía de las fuentes de recursos naturales, proximidad de los mercados de consumo y otros factores.
¿Qué son las Corporaciones Trasnacionales?
Las corporaciones transnacionales son las que en sus actividades y operaciones cruzan los límites de varios Estados y funcionan como sistemas internacionales de producción integrada. No interesa el origen de su capital. Son compañías o empresas privadas de gran tamaño y enorme poder económico cuyo radio de acción rebasa las fronteras nacionales del país de origen para irrumpir con sus negocios en otros países.
Estas compañías, con un gigantesco radio de acción, tienen alcance mundial: sonmegacompañías cuyas ventas anuales con frecuencia resultan mayores que el presupuesto estatal de muchos países. Ese es, por ejemplo, el caso de la General Motor, la Toyota, la IBM, la Du Pont, la Boeing, la Westinghouse, la Mitsubishi, Coca-Cola, el CITICORP, el Bankers Trust, la Chevron, la Exxon, la Digital Equipment, Gillette, la Siemens, la Sony, la Microsoft, la Nike, la AT&T, la McDonald’s y decenas de otras grandes empresas industriales o comerciales norteamericanas, europeas y japonesas.
Este tipo de empresas se caracteriza fundamentalmente:
- Por disponer de unidades de producción en varios países de modo tal que ninguna de sus plantas tenga importancia decisiva para el resultado final de sus operaciones y que las eventuales pérdidas que una de ellas pueda producir no afecten a la globalidad de sus negocios.
- Penetrar en muchos mercados con precios competitivos, para lo cual aprovechan la fuerza de trabajo más barata, minimizan los gastos de transporte, optiman el uso de su tecnología, utilizan donde les convenga las fuentes de financiamiento locales, se acercan a los veneros de materia prima y bajan los costes de producción.
- Emplear las técnicas más avanzadas de organización industrial, dirección de personal, mercadeo, publicidad y manejo de “stocks”, que las aplican conforme a modelos normalizados para obtener el mayor provecho posible en cada uno de los países en que operan.
- Destinar enormes recursos financieros a la investigación científica y tecnológica, cuyos resultados, compartidos por todas sus filiales, les colocan a la vanguardia mundial en sus respectivas líneas de producción.
- Instrumentar una política muy agresiva de colocación de sus recursos líquidos en valores industriales y activos financieros de ámbito mundial, que por sus magnitudes tienen repercusiones en el sistema monetario internacional
- Presionar con su poderío económico y por los más diversos medios, que pueden incluir el chantaje y el soborno o la conspiración política, sobre los gobiernos de los países en que trabajan para obtener los mayores beneficios, como se desprende del libro “El Estado soberano de la ITT”, escrito por Anthony Sampson, en el que relata las maquinaciones de la International
Telegraph & Telefone para el derrocamiento del presidente Salvador Allende de Chile, en connivencia con la CIA, en 1973.
Uno de los rasgos peculiares de este tipo de empresas es que, no obstante el alcance tan amplio y “transnacional” de sus operaciones, las decisiones administrativas se toman en la casa matriz ubicada en la metrópoli. Allí se planifican sus actividades de escala planetaria y se centraliza la toma de resoluciones y la promoción de las investigaciones científicas y tecnológicas. Este es uno de los factores que más preocupan en la periferia y es la principal fuente de la desconfianza que estas empresas inspiran. Los países que forman el ámbito de sus actividades económicas tienen el fundado temor de que las decisiones tomadas en el exterior —o, eventualmente, dentro del país pero por extranjeros— no tengan en cuenta los intereses locales.
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