Porfirio Diaz: Orden Y Progreso

ORDEN Y PROGRESO PORFIRIO DIAZ

SITUACIÓN POLÍTICA:

En 1876 Porfirio Dìaz administraba a Juarez. Ambos compartían un profundo amor por el país, la misma visión de un México en paz, moderno y prospero.

Juarez estableció las bases: la ley, la estabilidad política.

La presidencia de Diaz se enfocó en lograr: paz, orden y progreso. Lograr la paz a cualquier precio. Creo regimientos de “rurales”. Los jefes de bandidos se convirtieron en policías. En cuatro años los caminos y el campo fueron seguros.

Su carrera militar le enseñó que los ejércitos se construyen con obediencia a la autoridad y lo aplico a la política: hacer creer al enemigo que tiene tu apoyo y después “moverle el tapete”. Mantener las facciones políticas bajo control, encontrando el equilibrio en posturas opuestas.

Díaz distribuyó los puestos políticos y los favores de forma generosa entre las distintas facciones, y así terminó con la oposición. Daba concesiones a cambio de completa lealtad.

Formó un Ejército Nacional bien armado y entrenado. Y una policía local para mantener la paz.

Se concilió con la Iglesia Católica, ignorando la Constitución, permitió la entrada de nuevos misioneros. A cambio la Iglesia ordenó a los fieles la obediencia a la autoridad civil.

Díaz era masón del grado treinta y tres. Su política del “gran garrote” logro la paz y la estabilidad.

Antes de terminar su primer mandato, obtuvo el reconocimiento de presidente de México, por parte de Estados Unidos.

Para seguir su propuesta de “Sufragio efectivo no reelección”, Díaz escogió a su compadre y compañero de armas, Manuel González, en 1880. En 1884, Díaz es reelegido, y reformó la Constitución, para poder ser reelegido indefinidamente.

Díaz controlaba políticamente cada puesto en el país, elegía a los gobernadores y alcaldes.

En 1903, los ministros y acreedores se planteaban ¿quién sucedería a Porfirio Díaz? Ya tenía 73 años. Comenzaba a haber conspiraciones para derrocarle. En San Luis Potosí surgió un grupo de liberales radicales encabezados por los hermanos Flores Magón y Camilo Arriaga. Se descubrieron periódicos clandestinos que lo acusaban. Díaz restableció su puesto en las elecciones de 1904 y extendió su periodo presidencial a seis años más. La elección de 1910 coincidiría con la celebración del centenario.

En 1908 apareció un librito. Su autor era Francisco I Madero. En el indicaba que para reconquistar sus derechos, tendrían que recurrir a las armas.

SITUACIÓN ECONÓMICA:

Con el gobierno de Díaz la última década del siglo fue de opulencia. Había instalado líneas telefónicas, expandido las líneas telegráficas. Abrió completamente las puertas a la inversión extranjera. Al puerto de Veracruz llegaban barcos de todas las nacionalidades.

Ahora Estados Unidos veía a México como proveedor de materias primas: plata, oro, cobre, plomo, madera, pastizales y mano de obra barata.

En 1990 Edward Doheny perforó el suelo de Tampico y descubrió petróleo. Con esto llegaron los ingleses y los americanos. Las compañías Shell de Inglaterra y Standard Oil de EU, perforaron muchos pozos.

Weetman Pearson, ingeniero inglés, construyó el ferrocarril que atravesaba el Itsmo de Tehuantepec y unía al Pacífico con el Golfo de México.

Los primeros diez años del siglo XX se caracterizaron por el progreso. Se establecieron fabricas de textiles, vidrio, acero, papel, cemento, jabón, zapatos, cerveza, cigarrillos. Además México era el quinto productor de oro en el mundo, el segundo en cobre y el primero en plata.

Los inversionistas estadounidenses entrenaban mano de obra y les pagaban salarios miserables y pagaban muy pocos impuestos. Así quedaba poco dinero en México. Para equilibrar las inversiones Díaz negociaba con los europeos y japoneses.

Díaz sabía que el transporte era necesario para lograr el progreso. Durante su largo régimen, se construyeron 19,280 km de vías de ferrocarril. Para impedir que se convirtiera en Monopolio

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