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Resumen Historico. Tradición centralista en América Latina


Enviado por   •  12 de Mayo de 2015  •  3.781 Palabras (16 Páginas)  •  411 Visitas

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Tradición centralista en América Latina

Autor: Claudio Véliz

Para iniciar, el autor en su texto desarrolla su tesis sobre el centralismo histórico de América latina, tomando en su estudio distintas perspectivas y enfoques que justifican el centralismo Latinoamericano. Desde la justificación que hace tomando como referencia a España y el centralismo que tenía la corona y que lo traspasó a sus colonias en América hasta la recentralización autoritaria que se llevó a cabo en la mayoría de las naciones del continente. A continuación realizaré una pequeña síntesis por capítulos que ayude a comprender las características principales de la tradición centralista histórica en América Latina.

Capítulo I: Conquista Postfeudal

Claudio Véliz comienza en el texto haciendo referencia que en América Latina (A.L.) el feudalismo nunca formó parte de la tradición de este continente. A diferencia de lo que ocurría en la mayoría de Europa, en América no se desarrolló el feudalismo debido a la gran fuerza y poder que tenía la corona. La corona tomaba las decisiones en los temas que se estuvieran desarrollando en América, principalmente la reina Isabel. Los encomenderos eran una especie de elite que se encontraba en el continente, pero que no gozaban con gran autonomía, ya que simplemente eran conocidos como los súbditos de la corona. El tipo de colonos que se encontraban en la región eran del tipo capitalista, puesto que el viaje que se realizó al continente tenía fines principalmente económicos más que de colonización. En síntesis, en este capítulo, el autor menciona que en A.L. no hubo realización del feudalismo principalmente, porque la corona aunque estuviera a gran distancia contaba con gran poder y hacía cumplir sus mandatos y porque la elite que estaba en la región era súbdita de la misma y le debía obediencia, es más, los enviados al continente eran en su mayoría de confianza absoluta de la corona.

Capítulo II: Orígenes Castellanos

Castilla (España) bajo Fernando e Isabel era la monarquía más fuertemente centralizada. Esto llevó al imperio español a ser la primera potencia mundial. El matrimonia de Fernando e Isabel completó la unificación de los reinos de Aragón y Castilla. Isabel fue la principal promotora de las políticas de centralización en A.L. La incorporación del imperio indiano (A.L.) como feudo a la corona de Castilla, excluyendo a los demás imperios hispanos de la participación oficial de los asuntos, facilito la centralización de las decisiones administrativas y políticas. Esto quiere decir, que para España, América era como un feudo, pero no quiere decir que en A.L. se haya desarrollado el feudalismo. El centralismo en España se veía fuerte e inquebrantable, porque de manera inteligente a la nobleza y al clero no se le cobraban impuestos, esto para evitar que se unieran en forma de protesta para bajar los impuestos y así mantener el poder centralizado totalmente en la corona. Los intereses de tenían las nobleza en particular, la corona debía destruirlos y/o eliminarlos, esto evitaría un levantamiento en contra de la monarquía. Otra característica importante de la centralización y poder centralizador que tenía la corona, se veía reflejado en el aspecto religioso, con la bula universalis ecclesiae regimini, la iglesia autorizaba a la corona a fundar y organizar todas las iglesias, y de ofrecer todas las sedes y beneficios en todos los territorios de ultramar que poseen en aquel momento o que puedan adquirir en el futuro. Lo recién nombrado aumento aún más el poder con el que contaba la corona en A.L.

Capitulo III: Regalismo en las indias

Este capítulo se centra principalmente en las regalías con las que contaban los conquistadores en el nuevo mundo, en torno a impuestos y al trato que le daban los conquistadores a los indios. Uno de los “errores” que cometieron los conquistadores, fue que con todo el poder y riquezas con las que contaban en A.L. y la lejanía de la corona, sin ningún problema podrían haber formado feudos. Pero al no hacerlo, la corona comenzó a aumentar su poder en el nuevo mundo. Uno de los primeros enfrentamientos entre la España y A.L. no fue en relación de los conquistadores con las corona, si no entre los conquistadores y las iglesia, esto debido principalmente a los abusos a los que estaban siendo sometidos los indios en el continente y a los que la iglesia católica no estaba de acuerdo. La reina Isabel para mantener su poder y sus buenas relaciones con la iglesia mandó a mejorar esta situación, introduciendo a los indios a la economía americana, es decir al trabajo, con un suelto y con horas. Así una vez más se ve el centralismo con el que contaba la corona. La reina estaba en contra de la esclavitud, principalmente porque decir que ningún rey podía estar a favor de la esclavitud que beneficiara intereses particulares. Las órdenes de la corona en un primer momento no fueron respetadas, enviaron curas para analizar la situación que los indios estaban pasando en el nuevo mundo, al ver que no se cumplían sus mandatos, hicieron pagar principalmente con pena de muerte a los nobles y encomenderos (persona encargada de dar el trabajo a los indios en América) que no respetaran sus mandatos. Como manera de terminar con la falta de respeto al centralismo español, Las Nuevas leyes del año 1542 mandaron a abolir las encomiendas, esto provocó el primer gran enfrentamiento entre colonizadores y el poder centralizador español. Más adelante se abolieron estas nuevas leyes, principalmente por dos causas: a) mantener las regalías que se les daban a los colonizadores y b) evitar un levantamiento de proporciones en contra de la corona.

Capítulo IV: La recentralización Borbónica

Este capítulo se basa principalmente en dos etapas: a) el primero abarca la última parte de la crisis de los Habsburgos y la segunda b) la recuperación del imperio con Carlos III y sus ministros regalistas. Durante las últimas décadas de decadencia bajo los últimos Habsburgos, el relajamiento, la ineficiencia y a veces la corrupción más descarada debilitó el control central del imperio. Las reformas que emprende la dinastía borbónica, en particular Carlos III, sanean la economía y hacen más eficaz el despacho de los negocios, pero acentúan el centralismo administrativo y convierten a nueva España en una verdadera colonia, esto es, en un territorio sometido a una explotación sistemática y estrechamente sujeto al poder central. Las nuevas reformas gubernamentales significaron no solo crear nuevas instituciones, sino que importar nuevos hombres. Es aquí donde se introducen los intendentes, que llevaron a la administración imperial a un grado muy elevado de centralización. Estas nuevas formas de mantener el poder fueron lo que caracterizaron al

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