Un enemigo para la Nación Orden interno, violencia y “subversión”. 1973-1976 Marina Franco
Enviado por simonlezcano • 14 de Diciembre de 2016 • Trabajo • 6.110 Palabras (25 Páginas) • 430 Visitas
Un enemigo para la Nación
Orden interno, violencia y “subversión”. 1973-1976
Marina Franco
La historiadora Marina Franco es egresada en el doctorado de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad de Paris 7 Denis Diderot de Francia, docente e investigadora de la Universidad de San Martin y también investigadora del CONICET desde 2008. Este libro de 350 páginas fue publicado por Fondo de Cultura Económica en el 2012.
Algunas cuestiones para comenzar el resumen del libro: primero el análisis por parte de la autora de dos cuestiones; la primera cuestión es no recortar al gobierno peronista entre 1973 y 1976, sino una de sus variables como lo fue el espiral autoritario y represivo del período. Segundo: el análisis del discurso político y periodístico de la época, el problema de la violencia y su circulación masiva y pública, con el análisis de diarios.
Partiendo de que el golpe de Estado debemos tomarlo; no como una interrupción de una democracia sino como parte del mismo proceso, en este trabajo de investigación se toma desde 1973 a 1976, pero Marina Franco aclara que es solo un recorte, ya que este espiral y su comienzo se remontan atrás de este proceso. Los diarios Clarín, La Opinión, Crónica, La Nación, La Razón y como en sus ediciones tomaban la violencia y su posible impacto en los distintos sectores sociales.
Separa la política represiva y disciplinadora del gobierno peronista de la del aparato militar que tomo ilegalmente el poder en 1976. Es decir no hay una continuidad en ese aspecto, ya que son diferentes a partir de 1976, los mecanismos de persecución, tortura y desaparición a parir de 1976 son propias de la estructura militar.
La violencia: no sólo hubo violencia en el período investigado, es decir no solo la violencia fue el problema; sino que existían una profunda crisis económica y problema social. Las internas peronistas cuando Cámpora asume la presidencia, su posterior renuncia y el interinato de Lastiri con sus medidas represivas y luego la abultada victoria de Perón en las urnas, las diferencias ideológicas y metodológicas de la derecha del peronismo y la izquierda peronista junto con la izquierda no peronista. La derecha representada por el sindicalismo y la izquierda representada con Montoneros, ERP, PRT, la JP; radicalizados los tres movimientos y combativos, acusados de marxistas y comunistas. Perón intentaba el acuerdo entre los bandos que se acusaban de traidores, infiltrados, asesinos y violentos; él mismo estaba en contra de los movimientos armados o radicalizados y sostenía que la columna vertebral del peronismo eran los sindicatos y los trabajadores.
Había comenzado una persecución de los “infiltrados” marxistas y comunistas dentro del peronismo, su separación de cargos administrativos y políticos, desde la separación en el gobierno nacional, provinciales y hasta municipales. Con la prohibición de unidades básicas y la persecución dentro de ámbitos universitarios donde; desde las cúpulas sindicales y desde los medios de comunicación conservadores acusaban a las universidades como nido de comunistas y marxistas. Toda esta persecución catalogó al marxismo como el enemigo común dentro del último gobierno de Perón, el partido peronista los perseguía, el radicalismo debía aclarar que no había infiltración marxista cuando había manifestado que era una caza de brujas absurda, las Fuerzas Armadas en su operación contrainsurgente comenzaban a manifestarse durante este gobierno, en fin el enemigo marxista era el objetivo, hasta los medios de comunicación implantaron a la sociedad que la infiltración marxista era el enemigo.
Los enfrentamientos entre los grupos paraestatales y los movimientos de la izquierda peronistas y no peronistas se volvieron algo de la rutina en la sociedad, la cotidianeidad de la violencia armada entre 1973 y 1974 con sus respuestas desde el gobierno con más violencia con la justificación de preservar a la Nación y a las Instituciones.
Primera parte: El peronismo en el poder: Estado, partido y seguridad nacional.
En todo momento de la investigación, la historiadora Marina Franco, sostiene que los enfrentamientos y la política gubernamental represiva se plasmaban en los diarios y en los informes oficiales que se volcaban en los mismos diarios mencionados anteriormente. También se apoya en los decretos que el gobierno dictaba. En el interinato presidencial de Lastiri, que asumió luego de la renuncia de Cámpora y esperando que Perón vuelva y se presente a elecciones; declaro ilegal al ERP, por ser un grupo subversivo acusándolo de sedición. A estos problemas de violencia, el gobierno y el mismo Perón los marcaba como problema policiales y se tildaba a los integrantes de los distintos movimientos, con más fuerza al ERP en primer lugar como delincuentes comunes. La seguridad nacional ocupaba ahora un tema central dentro del plan del gobierno peronista a partir o entre 1973 y 1974. Un acta clave firmada por el Poder Ejecutivo y los gobiernos provinciales, crearon el Consejo de Seguridad Nacional, el texto aclara:
“Deben ser reprimidos con mayor preocupación y severidad el tráfico de drogas, armas y literaturas que instruyan en la subversión y el caos, conscientes de que tales males sería ingenuo no reconocerlo, responden al deseo de crear estados de angustia colectivos que no se compadecen de la realidad que construye el país día a día”
Franco a partir de esta acta y de las declaraciones de Perón en un discurso que buscaba la pacificación y la seguridad, chocaba ambiguamente, pacificación y violencia armada, Perón se encontraba en una lógica contradictoria en sus discursos y decisiones. Perón y el gobierno buscaron y lograron en el congreso leyes represivas y disciplinadoras, 8 diputados de la JP fueron obligados a renunciar por oponerse a votar en favor de esas leyes, por ejemplo. También renunció el gobernador de Buenos Aires, Bidegain, por ser acusado de simpatizar con los movimientos subversivos, después de un intento de copar un regimiento en Azul, el cual nunca fue adjudicado por algunos de los movimientos guerrilleros o subversivos. Las intervenciones federales estaban a la orden del día, Santa Cruz, Córdoba, Formosa, Mendoza, Salta, San Luis y Entre Ríos. Junto con estas intervenciones federales, el mecanismo intragubernamental de forzamiento de renuncias, fueron dos los métodos para sostener la lucha contra la subversión y el terrorismo de las organizaciones de izquierda, cuando en realidad era el modelo a seguir para la depuración de los infiltrados marxistas y la instalación de los poderes sindicales, calificados por la investigadora como la ortodoxia sindical peronista, en todo el aparato gubernamental que resurgía. Es decir desplazar y reemplazar a los simpatizantes o sospechoso de congeniar con los subversivos o con ideas marxistas o comunista con los sindicalistas leales a Perón.
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