ACUERDO NACIONAL PARA LA MODERNIZACION DE LA EDUCACION BASICA
Enviado por mustang90 • 6 de Septiembre de 2013 • 1.405 Palabras (6 Páginas) • 480 Visitas
El Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB) fue dado a conocer el pasado 19 de mayo de 1992. Está firmado por el licenciado Salinas de Gortari como testigo de honor, así como por el titular de la SEP, la dirigente del SNTE y los gobernadores de los estados. La famosa descentralización está en marcha, sólo que ahora se le llama federalización. Son muchos los aspectos que exigen un análisis dada la importancia y complejidad del asunto.
El acuerdo puntualiza plazos y medidas concretas para la reorganización del sistema educativo, y para la reformulación de los contenidos y materiales educativos, sin embargo, en lo que hace a la revaloración de la función magisterial, si bien se aborda, la formación del maestro, la actualización, capacitación y superación del magisterio en ejercicio, así como la vivencia y la carrera magisterial, me referiré en primer término a dos de los aspectos fundamentales e íntimamente ligados que no son acordados con la misma precisión y contundencia y, que, además, aparecen insuficientes:
a. El salario, ya que se menciona pálida y ambiguamente que: "los gobiernos estatales convienen en continuar esforzándose para mejorar las percepciones del magisterio". Cabría preguntar cuáles gobiernos estatales y, en qué ha consistido ese continuo esfuerzo que de existir, no ha logrado desterrar las proverbiales carencias de los "profesores".
En este punto es necesario aclarar que nadie está en contra de elevar los estándares de calidad educativa, o de que se aumente la eficiencia laboral. De lo que se trata, me parece, es de arribar a un punto razonable en que sin menoscabo de los derechos históricos de los trabajadores de la educación se desempeñen éstos con toda su capacidad y entusiasmo. Es decir, sin caer en el extremo de que a nombre de una supuesta modernidad se les despoje de sus derechos, pero tampoco en el extremo de signo contrario de que a nombre de la defensa de un sindicalismo a ultranza se solapen ineficiencias, irresponsabilidades e ineptitudes.
b. La revalorización social del magisterio, si bien requiere honores, premios, distinciones y reconocimiento nacional al maestro mexicano, como se propone en el Acuerdo, no podrá avanzar mucho si no se toman otro tipo de medidas que modifiquen la base misma de la desvalorización social del ejercicio docente, empezando por los niveles salariales y continuando con todo un ambiente social de desprecio a los valores supremos, que al menos en teoría orientan el quehacer educativo.
Peor sanción a nuestros esfuerzos no podemos tener los maestros que constatar que las orientaciones y los valores básicos de carácter humanístico, cívico y ético, ingredientes elementales de la convivencia pacífica y civilizada, son sustituidas por un grosero materialismo que está presente en todos los poros de la sociedad; por una cultura de desprecio a la ley, de culto al poder político y económico en todas sus manifestaciones y de apropiación de los subproductos que de ahí derivan: la cultura política dominante y la institucionalización de la corrupción y de la simulación como cemento principal de la interacción social que inevitablemente deriva en anomia social.
Cómo se podrá enaltecer la labor del magisterio si no se logran subordinar las fuerzas del desarrollo tecnológico –en particular electrónico– y sus maravillosos productos a los valores que orientan la educación pública en el país, de acuerdo a los lineamientos constitucionales: principios éticos y actitudes para una participación creativa y constructiva de la sociedad moderna, lo cual supone conocer las características de la identidad nacional y el alcance de los derechos y obligaciones del individuo, implica también, un nivel cultural afín a la historia y geografía nacionales, a la civilización universal y a la formación de la personalidad fundada en valores como la honradez, el respeto, la confianza, que son indispensables para una convivencia en libertad, democracia y justicia.
Cómo transformar los prodigios electrónicos en invaluables instrumentos pedagógicos e informativos para la elevación cultural de las capas mayoritarios de la población, en lugar de mantenerlos como instrumentos de desinformación y chatarra cultural, amén de las pautas consumistas, de violencia y alcoholización que dañan el cuerpo de los individuos y el cuerpo social.
El primer reconocimiento social que los maestros debiéramos tener es nuestra capacidad para analizar, reflexionar, crear y proponer proyectos y alternativas culturales y educativas, así como nuestra capacidad autogestionaria y organizativa y la enorme importancia que tenemos como reserva social
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