ANALISIS DE LA MORAL Y LA POLITICA
Enviado por JorgeKoky • 21 de Junio de 2013 • 2.653 Palabras (11 Páginas) • 442 Visitas
TRABAJO DE TEORIA POLITICA
Fragmento Nº 2
“Política y moral son términos opuestos. La primera está necesariamente asociada al interés y el poder (más precisamente a la coerción). La segunda está asociada al desinterés y la armonía. En efecto, la coerción y la coacción aparecen —e incluso irrumpen vigorosamente— donde no hay armonía… En consecuencia, la política es producto de nuestros vicios, no de nuestras virtudes”. P. Lot.
Introducción
El hombre no es autosuficiente, carece de muchas cosas, y ante tales necesidades que su naturaleza humana le exige satisfacer, se ve envuelto en un sin número de relaciones que responden a diferentes ámbitos que componen su vida.
Siempre se ha expresado que el hombre es un ser social, necesita de otros, por lo que está llamado a compartir e interactuar con los demás. Es así que en la búsqueda por satisfacer esa necesidad humana se enfrasca en relaciones con otros individuos, las cuales pueden ser de diferentes tipos, entre ellos los de carácter moral y político. En este ensayo estaremos explicando estos términos tan importantes que aplicamos cada día en la sociedad, como influyen en las vidas de los ciudadanos y como se unen la moral y política en un mismo lugar.
Moral y Política
La Moral, regula las relaciones mutuas de los individuos, y entre estos y la comunidad. Mientras que la Política, comprende las relaciones entre grupos humanos (clases, pueblos, naciones). Además de la actividad de las clases o de los grupos sociales a través de sus organizaciones específicas (partidos políticos) encaminadas a ejercer algún efecto en el régimen político-social existente.
A partir de las definiciones de ambos términos, podemos derivar que ambos son de naturaleza social. Sin embargo, hay que aclarar en qué se concentra cada aspecto. En el caso de la moral, se hace énfasis en el hombre, más allá de las relaciones que establece, y bajo el supuesto que las acciones que este realiza son producto de una decisión libre y consciente y sobre la cual asumirá una responsabilidad. El hecho de que se trate de una decisión, implica que el individuo hizo un análisis de la situación, la cual confronta con las normas morales que ya conoce y que expresan lo que verdaderamente es bueno para él, para luego emitir un juicio que le compete a él solamente. Por otra parte, en la política se trasciende este aspecto personal, pues para que sus decisiones, o bien, acciones sean catalogadas como políticas, el hombre debe hacerlo cómo parte de un grupo o sector de la sociedad y defendiendo algún interés en particular, el cual comparten todos sus miembros.
Además, la política aglutina (reúne) los grandes grupos o masas, incluso pueblos y naciones. Cada grupo social o pueblo, es regido por mecanismos e hilos políticos, por eso en ocasiones cuando los grupos políticos dirigen, llevan políticas erróneas, desde una dimensión moral, los hombres, como un individuo actúan negativamente.
La moral y la política no pueden separarse la una de la otra. Ambas mantienen una relación mutua, en la cual cada una conserva sus particularidades. Por una parte, la política conceptualiza un tipo específico de actividad humana, la relacionada al orden social que impera en determinado lugar. Mientras que la moral constituye un conjunto de principios que evalúan o determinan la conducta humana; podría decirse, entonces, que indica lo que es justo o correcto o que, de cierto modo, ordena ciertos comportamientos. No pueden caber dudas sobre la naturaleza moral de la política, a la que podemos definir como: “la actividad prudencial, que consiste en hacer posible lo necesario para el bien común.”
Bajo esta línea de pensamiento es que ambas están relacionadas. La moral puede aplicarse a la política, en el sentido de que las acciones para alcanzar determinados fines, estén acorde a lo que dictamina la primera, no en un sentido estricto, puesto que de ser así, se estaría reduciendo la política a la moral y se estaría cayendo en una impotencia política, donde no existiría la capacidad de realizar acción alguna en la búsqueda por alcanzar ciertos intereses. En cambio, si tratáramos de separarlas completamente, la política involucraría acciones en las que no importaría que medios se utilizan o las consecuencias que conlleve con tal de lograr un objetivo en particular, sería parecido a decir, el fin justifica los medios.
Sin embargo, existen dos posiciones extremas tales como moralismo abstracto y realismo político. Estos términos simples de comprender reúnen perspectivas distintas. Las personas que juzgan desde una perspectiva solamente moral optando por la impotencia política o la renuncia de la acción. El realismo político tiene un acercamiento más realista y una interpretación más práctica de la realidad objetiva. El hombre como ser social no puede vivir sin moral y política porque ambas son imprescindibles en la vida social.
Las perspectivas políticas
El liberalismo tuvo sus antecedentes en la tradición humanista del siglo XV, con su énfasis más en el potencial humano que en el orden divino del mundo.
También estuvo muy influido por la Reforma protestante. Pero, stricto sensu, el pensamiento liberal apareció en el siglo XVII y tuvo su mayor desarrollo con la Ilustración en Inglaterra y Francia y con la fundación de Estados Unidos.
Los principales teóricos liberales fueron J. Locke, J. S. Mill, A. Smith, A. de Tocqueville, E. Kant, C. L. de S., Barón de Montesquieu, B. Constant. Además,
destacaron estadistas como T. Jefferson y J. Madison, el poeta J. Milton y el jurista W. Blackstone.
Considerado una filosofía política y una tradición central de la modernidad, el liberalismo tiene como rasgo central la protección de la libertad individualmemnte (y, sólo instrumentalmente, por) el Estado. En torno a este principio debe fijarse, según el liberalismo, el alcance y los límites del poder del Estado. Así, se definen las garantías/derechos que lo hacen efectivo y los límites de esa actuación estatal. Dado que constituye una teoría del gobierno limitado, el liberalismo
(…) busca proteger la libertad personal. Debido a este fin, la preocupación principal del liberalismo es oponerse al absolutismo político y a la arbitrariedad. Para cuidarse de no caer en el absolutismo político, el gobierno liberal se limita en sus propósitos y en el alcance de sus poderes legítimos. Para evitar la arbitrariedad, trata a los individuos de acuerdo a la aplicación universal e imparcial de las leyes (Rosenblum, 1995).
El liberalismo no tiene un perfil unitario u homogéneo. Diversas, e incluso muy distintas,
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