ANTECEDENTES HISTORICOS CEMENTERIO PADRE HURTADO DE PUERTO NATALES
Enviado por yasna1968 • 27 de Marzo de 2013 • 2.163 Palabras (9 Páginas) • 1.178 Visitas
ANTECEDENTES CEMENTERIOS DE NATALES
CEMENTERIO EN ISLA KRUGER
En nuestra provincia, alrededor de 1896 se comenzó a utilizar como cementerio una hectárea en la punta Sur de la Isla Kruger, frente a las costas de Puerto Prat, distante a 20 kms. del futuro poblado de Natales.
Allí se encuentran sepultados los primeros colonos de Ultima Esperanza, muchos viejos pioneros, hombres esforzados llegados de distintas ciudades y distintos países, aquellos que con su esfuerzo levantaron las primeras viviendas en el caserío de Puerto Prat y Puerto Cóndor. Allí reposan los que participaron en el hallazgo del Milodón, los que estuvieron con Kruger cuando fue izada la bandera en Puerto Consuelo y los que cara a la adversidad exploraron los canales y fiordos que conforman el Seno de Ultima Esperanza y que contra la maleza de las selvas y contra la incesante e inclemente nieve lograron convertir y forjar esta noble tierra en zona ganadera.
Pasaron algunos años, en 1904 visita la zona el Reverendo Padre Maggiorino Borgatello y a su paso bendice el cementerio, que según Osvaldo Wegmann contaba con más de doscientas tumbas. Al fundarse Natales en 1911 se deshecha el campo santo de la lejana isla. Era triste ver la espera de los deudos, en días de mal tiempo, vigilando los restos fúnebres en la Playa de Puerto Prat. Había que esperar que disminuyera el oleaje del canal para llevar el ataúd al destino final.
Ricardo Schultz fue un alemán que se interesó en la isla, construyó una cabaña, viviendo solo hasta su fallecimiento en 1936. Su amigo Waldemar Heimpel fue su heredero y siguió cuidando la isla, estableciéndose en ella y viviendo también solitario, cultivando la tierra, criando algunas ovejas y aves de corral que eran su sustento.
Realizó esfuerzos infructuosos para que la isla fuese declarada reliquia histórica. En “ El Austral”, de Natales, del 15 de Junio de 1945, Waldemar sugiere que su cementerio al menos sea cerrado por una tapia decente, limpiadas las tumbas y colocada una placa alusiva. Que el 1º. De Noviembre se realice una ceremonia religiosa hasta la isla, y se haga una misa u oficio religioso por el descanso eterno de las almas de los que allí descansan para siempre.
Así con estas ideas “locas”, en su tiempo fallece, este hombre quedando su isla y su cementerio abandonados hasta la fecha. Sin embargo estos terrenos pertenecen a una familia que reside fuera de Natales, pero que no le dan la importancia que se merece al primer campo santo del territorio.
CEMENTERIO VIEJO
Pero, volvamos a los inicios de nuestra ciudad, teniendo en cuenta los inconvenientes ya citados, los vecinos realizan las primeras gestiones y así obtienen que el Supremo Gobierno concediera una hectárea de terreno plano y seco, a unas 8 cuadras de la población, en una pequeña loma con hermosa vista a la bahía. Para llegar a él había que atravesar un pequeño bosque, pasando por caminos empantanados, por las lluvias, y sin una persona que visite el sitio con frecuencia.
Hasta este lugar llegaría al año siguiente Manuel Zorrilla, periodista del Diario “El Comercio” de Punta Arenas, quien nos dejaría la siguiente impresión: “ Hasta ahí no llega el eco de la vida activa de Natales. Tan solo el ruido silbante del viento nos acompaña, sobrecogiéndonos de un santo respeto. Calafates y pequeños robles, cubren la tierra. Ni un nicho, ni un monumento funerario se divisa; tan solo sencillas cruces de madera, puestas como símbolos de fe y esperanza. Hasta doce cruces contamos en los dos ángulos extremos del Cementerio. Permanecimos algunos instantes absortos pensando en lo efímero de la vida y en las miserias humanas”.
El primer cadáver ahí sepultado será el de un niñito, en Septiembre de 1915. Como ironía de la vida, correspondió tan penosa suerte a un ser que recién conocía la existencia y que más tarde pudo haber sido un ciudadano laborioso y un factor de progreso para su pueblo natal. También los otros cinco primeros sepultados son los cadáveres de Pedro Saldivia, asesinado en Rio Tranquilo; Evaristo Lacosta, muerto en Enero de 1916 aplastado por un carro; Octavio Barrientos Barría, asesinado en la puerta de su casa y de Probisto Torres, asesinado por un compañero de trabajo.
El 03 de Agosto de 1915, en Puerto Natales se firmaría un contrato de trabajo, entre la comisión de los vecinos de Natales, representados por el Presidente de ésta Ramón Lavín, Cofirtz Andersen y José Domange, con Eufemio Chavez, quien ha aceptado realizar el cierre del Cementerio por la suma de $ 4.670.-, con un plazo de 30 días hábiles. Estos trabajos fueron terminados en el mes de Octubre, entregándose a la población quien los recibió con total beneplácito. Cabe resaltar que gran parte de estos dineros fueron aportados por la Junta de Beneficiencia de Punta Arenas.
El 23 de Enero de 1929, se constituye la Primera Junta de Vecinos, que después pasaría a llamarse Municipalidad de Última Esperanza. Una de sus primeras preocupaciones fue el mantenimiento y buen funcionamiento del Cementerio, por lo que el 15 de Septiembre de 1930, el Alcalde de ésta Victor Larenas Carmona da cuenta haber obsequiado a la Junta de Beneficencia 250 plantitas de pino de las que se trajeron a Magallanes para ser plantadas en el Cementerio.
Posterior a ello y bajo la Alcaldía de Armando Ojeda el 4 de Diciembre de 1933, se aprueba el Primer Reglamento Arancelario del Cementerio; el cual en sus dos primeros puntos reza como sigue:
1ª El Cementerio de la Municipalidad de Natales es un lugar público destinado a enterrar los cadáveres de toda persona cualquiera que hubiese sido su religión o nacionalidad.
2ª No se permitirá ninguna inhumación antes de las 24 horas subsiguientes a la muerte y cumplidas las demás disposiciones legales. Las inhumaciones se efectuarán desde la salida a la puesta del sol, y con las consecuencias y ritos que desearen los deudos o interesados siempre que no sean contrarios a las ordenanzas de Policía.
Así pasan los años, nuevas transformaciones se van notando, la proliferación de bóvedas familiares y nichos, reemplazan a las sepulturas en tierra. Sepulturas como el Mausoleo de Carabineros, la tumba de los obreros fallecidos en los sucesos de 1919, o las bóvedas de las primeras familias de Natales, son visitadas por turistas o viajeros en general que quieren indagar acerca de nuestra historia.
Debido a la falta de espacio de éste, al viejo cementerio, hoy llamado Padre Alberto Hurtado, se le sumó uno nuevo ubicado en el Sector alto de la ciudad, que ha sido bautizado como Cementerio
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