ANÁLISIS CRÍTICO A LOS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO Y SUS CONSECUENCIAS

LA AGRICULTURA COLOMBIANA DE CARA A LOS PACTOS BILATERALES DE COMERCIO

ANDRÉS FELIPE MARTÍNEZ MARTA

2051512602

UNIVERSIDAD DE CALDAS

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

FUNDAMENTOS DE ECONOMÍA (GRUPO 8)

MANIZALES

DICIEMBRE 2 DE 2015

ANÁLISIS CRÍTICO A LOS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO Y SUS CONSECUENCIAS

ANDRÉS FELIPE MARTÍNEZ MARTA

2051512602

CARLOS KOGSON QUINTERO

TRABAJO FINAL

UNIVERSIDAD DE CALDAS

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

FUNDAMENTOS DE ECONOMÍA (GRUPO 8)

MANIZALES

DICIEMBRE 2 DE 2015

Introducción

La pretensión de este análisis subjetivo tendrá como eje central la caracterización de aspectos determinantes que han estancado a la agricultura, además de las desventajas y ventajas que han surgido a partir de los TLC. Todo ello con el apoyo del texto de Cano (2013), del cual intentaré hacer una crítica a las decisiones que se han tomado respecto al rumbo de la agricultura y que tanto han influido algunos fenómenos internos y externos para el estancamiento de la ya nombrada.

La agricultura colombiana (en una concepción personal) es un motor clave e indispensable de nuestra economía que en ocasiones se ve afectada por ciertos factores, me podría referir a la poca pertinencia que el gobierno implanta, y es que, además, pareciera que uno de los impulsores más importantes de la economía en Colombia quede marginado en la descarada y casi rallante trivialidad. La agricultura es primordial para la producción de uno de los bienes de primera necesidad: la comida. Este importante eje comercial y económico se puede asemejar como un sinónimo de susceptibilidad, y es que no solamente preocupa la poca ayuda e importancia prestada por el Estado, también se suman otros factores como el conflicto armado que afecta gran parte de los campos colombianos, el cambio climático, la erosión de los suelos, la desertización, las torrenciales lluvias, las sequías, los ingresos de los consumidores (me refiero al descarado salario mínimo). Cabe notar que la agricultura no sólo mueve a la economía de la mayor parte de los Estados (los que están ‘’rezagados’’, principalmente), sino también a las amas de casa, a las pequeñas empresas, a los pequeños productores de máquinas, fertilizantes e innumerables herramientas que sirven como apoyo para el desarrollo de la agricultura, a las pequeñas masas económicas, etc; todas ellas de alguna u otra manera mutan el PIB del país; y más allá de simplemente alterar una cifra económica, la agricultura sirve como sustento de miles de familias campesinas de todo el país.

Estados Unidos y la Unión Europea

Uno supone que de un tratado nacerán soluciones y que el comercio tendrá un auge natural y un desarrollo indescriptiblemente bueno, pero, ¿es esto cierto? Desde mi vana perspectiva, puedo denotar que se ha primado el interés de unos pocos, y con unos pocos me refiero a Estados Unidos y la UE (en general, a las potencias económicas). Y no pretendo exagerar, estas potencias literalmente apartaron los intereses de Colombia que pasaron a un segundo plano, esto, sin contar las débiles políticas implantadas por el gobierno colombiano, dado que no estaban hechas para un largo plazo. Entonces uno se plantea la pregunta ¿no debería ser un comercio ‘’equitativo e igualitario’’? Ese es el propósito central de un tratado de libre comercio, sin embargo, la situación es otra y se torna aún más compleja cuando se visibilizan las consecuencias y los trasfondos, dado que estos tratados se han implantado con ‘’favores’’, algo así como trueques de mercancías, por ejemplo: Colombia exporta materia textil y Estados Unidos colabora (principalmente de manera monetaria) a la erradicación del narcotráfico. Pero no quiero ser totalmente negativo, ni más faltaba. Estos tratados tienen algunos rasgos ventajosos (objetando al Estado), y empezaré caracterizando las que podrían ser de ayuda para el correcto funcionamiento del comercio colombiano, ya que se puede llegar a desarrollar una economía modernizada, con esto me refiero a las mejoras relacionales con otros Estados, la generación de empleo en industrias netamente exportadoras, intercambio intelectual y tecnológico que ayuden a un mejor y más modernizado comercio colombiano. Pero, las ventajas parecen ridículas en comparación a las desventajas que afectan principalmente a los campesinos, dado que los campesinos quedan en un limbo comercial, desprotegidos e inmersos en el olvido, sólo por ejemplar: entran productos que bien pueden producirse en suelos colombianos, se producen quiebras económicas referidas a los pequeños grupos de campesinos productores debido a la inequidad competitiva con las grandes industrias extranjeras. Todo esto sin sumar los factores externos que he mencionado hace un momento (los cuales detallaré con más cautela al final del texto).

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