Abolicion De La Esclavitud Y Fin Del Imperio Del Brasil

Facultad de humanidades y Educación

Licenciatura en Historia

América Siglo XIX.

Ensayo

“Abolición de la Esclavitud

Y

Fin del Imperio del Brasil”

(1840-1891)

Nombre: Felipe Vásquez. Profesor: Cristobal García Huidobro Ayudante: Víctor Tapia.

Viña del Mar, Viernes 20 de junio de 2014

Abstract

Este ensayo pretende abordar las principales trasformaciones que afectaron al Imperio de Brasil durante el último tercio del siglo XIX. El análisis de las discusiones parlamentarias en torno al fin de la esclavitud en 1888, el derrocamiento de la monarquía en 1889 y la promulgación de la Constitución de 1891, que puso fin al Imperio Brasileño y dio origen a la Primera República, complementado con la revisión de una serie de documentos, autores y textos que han abordado el tema brasileño para el período en análisis, nos permitrá comprender cuál es la relación entre la abolición de la esclavitud y el fin de la monarquía.

Palabras claves: Imperio, república, abolición, esclavitud, Pedro II, sociedad finisecular, azúcar, café.

1.-Introducción: El Brasil que conocemos. Entre la abolición de la esclavitud y la caída de la Monarquía. Un Acercamiento historiográfico.

Es el país más grande de América del Sur, no sólo por su amplitud geográfica, sino que también por su gran poder económico y militar. Brasil se ha convertido durante la última década en lo que diversos analistas han denominado una futura potencia mundial . Esto no habría de extrañarnos. La estabilidad política de los últimos años, junto a una economía en expansión, potenciado por una gran población y la gran cantidad de recursos naturales, han permitido que Brasil ingrese al círculo de las potencias que manejan el orbe, siendo fiel prueba de esto es que Brasil conforme parte del grupo del G20 .

No sólo en el tema industrial y económico Brasil es una potencia regional y futura potencia mundial. También se destaca el hecho de que forma parte de la élite en el desarrollo de grandes actividades deportivas, teniendo figuras y representantes destacados a lo largo de su historia, y en lo cual, superan con creces a otras “potencias” sudamericanas, como lo son Chile y Argentina. Como ejemplo de lo que se plantea, podemos mencionar la realización de la Copa Confederaciones en el año 2013, la realización del XX Campeonato Mundial de Fútbol que se está llevando a cabo en el presente mes, y de los XXXI Juegos Olímpicos de Verano en la ciudad de Rio de Janeiro para el año 2016.

A pesar del importante crecimiento ya mencionado, Brasil ha debido cargar en los últimos años con el peso de una deuda social histórica, cuyas consecuencias podemos apreciar en las manifestaciones llevadas a cabo durante la realización de la Copa Confederaciones (2013) y en lo que va de la Copa del Mundo. La brecha social en Brasil es bastante amplia, y el progreso en economía e infraestructura no llega necesariamente a los grupos sociales medios y bajos, lo que ha tenido como consecuencia el estallido de violentas manifestaciones, por lo que ha llevado a plantear a la actual presidenta del Brasil, Dilma Rousseff , la posibilidad de llevar a cabo mejoras para los grupos sociales más desvalidos, los cuales hasta ahora, no han tenido mayores resultados, y que ha traíso como consecuencia, la baja aprobación popular que tiene hasta el día de hoy la mandataria. Al igual que todos los países latinoamericanos, surgidos bajo la coyuntura política europea de inicios del siglo XIX , Brasil debió pasar por un largo proceso de organización, que incluyó errores y aciertos, a lo largo de los siglos XIX y XX para llegar a ser lo que es hoy. Distintas constituciones, dos sistemas políticos diametralmente opuestos, procesos de auge y crisis económica, golpes de estado y alzamientos militares, guerras, epidemias e incluso la intervención en Guerra de los 31 años . La historia de Brasil ha sido, como podemos ver, bastante dinámica, al igual que la del resto de América Latina (pensemos en nuestro caso más cercano, la historia de Chile). Sin embargo, y como objetivo de éste ensayo, nos proponemos analizar dos los cambios quizás más trascendentales, tanto por sus antecedentes como por sus consecuencias. Éstos son la abolición de la esclavitud en 1888, y, relacionado con este mismo acontecimiento, la abolición de la monarquía en 1889 y el la promulgación de una constitución republicana en 1891.

Las razones del desinterés de la historiografía chilena pueden ser variadas. Quizás el camino institucional optado por Brasil, la monarquía, haya sido la causa de que la historiografía no considere al Imperio del Brasil como un caso ejemplar dentro del proceso de organización de América. Bien sabida es la odiosidad con la cual se refieren los historiadores latinoamericanos a lo largo del siglo XIX al sistema monárquico, el cual se da básicamente por la intención de romper con el pasado colonial hispano impuesto en territorio americano

Si bien podemos establecer que en gran parte de los nuevos Estados americanos se buscó marcar diferencia con el pasado colonial, los elementos de continuidad, sobre todo en el ámbito social y económico, persistieron por lo menos hasta bien entrado el siglo XIX.

La elevación de Brasil a la categoría de reino por Juan VI de Portugal en 1815, permitió que la ruptura con la metrópoli y la proclamación de Pedro I como Emperador del Brasil se hiciese de forma más menos pacífica. Desde 1822 a 1889, el Imperio del Brasil desarrollo una estabilidad económica y política que muchas repúblicas americanas hubiesen anhelado. Esta estabilidad se rompería finalmente en 1889 debido a la conjunción de distintos factores económicos, políticos y sociales.

La historiografía ha considerado como el punto de quiebre, el factor trascendental para la caída de la monarquía, la abolición de la esclavitud y los cambios económicos, sociales y demográficos que esta trajo. T.W. Merrick y D. Graham en su obra Population an economic development in Brazil, 1808 to the present, de 1979, han analizado el camino que lleva a la abolición de la esclavitud desde 1850 hasta su total eliminación en 1888, y que provocó un progresivo aumento de la inmigración europea, modificando radicalmente la estructura laboral en las plantaciones agrícolas, base de la economía brasilera, efectos que también son analizados dentro de un mismo espacio temporal por María Teresa Schorer Petrone en O inmigrante e a pequena propiedade, 1824-1930.

Antonio Delfim Neto ha planteado que “El sector agrícola ha sido de interés en su mayor parte en relación con su contribución

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