Absolutismo
Enviado por rksmjc • 30 de Abril de 2014 • 1.565 Palabras (7 Páginas) • 341 Visitas
A principios del siglo XVII, Francia e Inglaterra se vieron en una época de apogeo y de unidad nacional. En Francia, la derrota de los hugonotes y el ascenso de los Borbones a la corona significaron la consolidación del Estado nacional unificado. En Inglaterra después de más de un siglo de reinado de los Tudor, Isabel I muere sin dejar herederos y el rey se convierte Jacobo I Estuardo (1603-1625), quien a la vez hereda la corona escocesa, uniendo así los reinos de Inglaterra y Escocia bajo uno mismo, el reino de Gran Bretaña.
Luix XIII de Francia (1610-1643) inició la formación del Estado absoluto francés. En 1614 convocó por última vez a los Estados Generales, asegurando todo el poder en él, ya que gobernaría sin que se metiera el clero, la nobleza y el Estado llano. El creador del absolutismo francés fue el cardenal Richelieu, quien se basaba en el principio de la razón de Estado. Combatió a la nobleza antimonárquica, aumentó el poder de la burocracia y eliminó el poder de las ciudades protestantes e independientes. Limitó el poder de la nobleza, reduciéndola a consejos reales y prohibió sus privilegios tradicionales.
Sin embargo, Jacobo I de Gran Bretaña no tuvo las mismas ventajas que tuve el rey francés; a pesar de basarse en la Iglesia estatal anglicana para unificar el reino (se persiguieron católicos y puritanos), no respetó los antecedentes constitucionales ingleses, y trató de restaurar el absolutismo. En el intento, la gentry y la burguesía de las ciudades formaron oposición en el Parlamento contra las tendencias absolutistas. Tras la muerte de Jacobo, le sucedió Carlos I (1625-1649) quien agudizó la polarización parlamentaria al intensificar la Cámara de la Estrella y exigir más impuestos. A pesar que disolvió en varias ocasiones el Parlamento, éste solicitó la Petition of Rights, en la que se pedían seguridades contra las arbitrariedades en detenciones e imposición fiscal. El rey entonces decidió gobernar sin el Parlamento por once años, y persiguió enemigos políticos y religiosos. En 1638 hubo una serie de problemas en Escocia, por lo que el rey tuvo que volver a convocar al Parlamento para solicitar fondos, luego éste prosiguió en funciones bajo el dominio de los puritanos, quienes impusieron un control sobre el gobierno. En 1641 el Parlamento presentó una lista de quejas ante el rey y lograron las ejecuciones de los consejeros reales. El rey mandó a capturar al líder puritano, John Pym, iniciando así una guerra civil entre el Parlamento y la corona.
Al morir Luis XIII y Richelieu, el cardenal Mazarino siguió las políticas y prácticas establecidas en Francia. A su temprana edad, el rey Luis XIV combatió el levantamiento de los nobles de la Fronda, aliada al Parlament de París, que era la corte suprema de justicia en el reino. Al morir Mazarino en 1662, Luis XIV asumió el gobierno, con metas de buscar la hegemonía en Europa y expandir el reino hacia el este y el norte. Apodado el “Rey Sol”, éste llevó el absolutismo real a su máxima expresión. Nunca antes un monarca europeo había tenido tanto poder y autoridad sobre su ejército y administración estatal. El rey emitía las disposiciones; era asistido por un Consejo de Estado privado y un gabinete de ministros. También intervenía en la justicia mediante órdenes reales de detención, una policía secreta y una cárcel política, la Bastilla. Para administrar las provincias, se hicieron magistrados reales en las ciudades, así como intendentes reales que velaran por la economía, la recaudación de impuestos y el reclutamiento de soldados. El rey solo nombraba para estos puestos a personas que le obedeccieran sin cuestionarlo. Aumentó el número de funcionarios de seiscientos a diez mil; los terratenientes nobles conservaron sus derechos administrativos y de policía. También se incrementó el ejército a ciento setenta mil (el mayor de su época).
Mientras tanto, la situación era cada vez más crítica en Gran Bretaña. El nuevo líder puritano, Oliver Cromwell, logró derrotar a las fuerzas reales y acusó Carlos I de traición. El proceso culminó con la decapitación del rey en 1649 y la abolición de la monarquía. Durante los siguientes once años, Inglaterra fue gobernada como una República al mando del Lord Protector, Cromwell. Se creó una dictadura militar puritana y se hicieron limpiezas territoriales y religiosas en Irlanda y Escocia. En la política exterior, se alcanzó varias victorias contra Holanda y España. Se promulgó el Acta de Navegación de 1651, que decía que toda mercancía de y hacia Gran Bretaña debía ser transportada únicamente por barcos británicos. Esto termino con el comercio intermedio holandés, lo cual desató una guerra marítima entre ambas naciones, en la cual salieron victoriosos los británicos. En otra guerra contra España, los ingleses aseguraron el comercio de contrabando en el Caribe español. Tras la muerte de Cromwell, le sucedió
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