Academicismo, Neoclasicismo Y Romanticismo
Enviado por gabolasticol • 14 de Noviembre de 2013 • 1.778 Palabras (8 Páginas) • 1.803 Visitas
Academicismo, Neoclasicismo y Romanticismo
Hablar de Neoclasicismo y romanticismo es hablar de las características de la época moderna, de sus corrientes filosóficas y de sus cambios políticos y sociales. Es hablar del siglo XVIII, que es un siglo de transformación y cambio, el llamado siglo de las luces. Acaba el régimen feudal y se origina un nuevo pensamiento, un pensamiento racional. Se publican los primeros periódicos, también aparece la arqueología y las sociedades intelectuales. Estas patrocinaban a los arquitectos o las investigaciones. Con estos recursos se da un salto y se empieza a investigar el mundo. Proliferan muchos tratados y aparece la primera recopilación de la historia del arte. También se extienden estos movimientos en algunos casos a lo largo del siglo XIX, un siglo con un mayor avance político y con una mayor importancia para el ser humano.
Pero para poder ahondar en las diferencias de estos dos movimientos, y reflexionar porque son antagónicos, cabría, en primer lugar, realizar una explicación sobre las características principales de estos dos movimientos.
El término Neoclasicismo, se acuña a mediados del XIX, a veces con carácter crítico: “Hay veces que la imitación de los edificios clásicos es exacta, lo cual, le resta originalidad” . Es un estilo que proclama la vuelta a las formas de la antigüedad, porque son las más racionales y porque se quiere volver al verdadero estilo universal, permanente, que sirva para siempre y que no esté condicionado por las modas. Supone una ruptura con la tradición anterior.
Esta tendencia neoclasicista triunfa en Francia y se va a generalizar hacia 1770, aunque todavía hay Rococó. En esa generalización influyen varios factores, como la importante “difusión de los escritos teóricos de Winckelmann, Piranesi, Mengs, Laugier. […] El papel desempeñado por Roma como centro de intercambio artístico y lugar de exhibición y difusión, […] y la acción de las academias que se fundan a mediados del XVIII y que proponen como estilo básico el neoclasicismo” . Esta última característica tuvo una amplia aceptación entre la aristocracia y la burguesía.
Aunque si hay una relación clara entre Neoclasicismo e Ilustración, en principio esta “no tenía un contenido ideológico concreto, pretendía ser una crítica universal. ” Posteriormente si que “se produce un asimilamiento de los ideales de la revolución (Francesa) con los del neoclásico”. Posteriormente, durante el Imperio los ideales neoclásicos se imponen y se extienden en los países que conquistó Napoleón.
Existe un importante papel del arte en la sociedad, para los ilustrados el arte no se puede limitar a crear objetos bellos, sino que tiene que tener también una utilidad social. “Aparecen nuevos edificios, fábricas, parlamentos, teatros..., […] que responden a las necesidades sociales. […] También las artes plásticas deben tener una función, se conciben como un medio de educación para racionalizar la sociedad, se les da un contenido moralizante, para impartir una lección moral. […] A través de los ejemplos de la antigüedad dar un ejemplo de virtud. […] Esta idea fue muy bien acogida, empiezan a formarse los museos, que pasan a ser objetos de dominio público” . Es importante destacar que “Los arquitectos neoclásicos saben que un nuevo orden social exige un nuevo orden de la ciudad, y todos sus proyectos se inscriben en un plan de reforma urbanística. La nueva ciudad deberá tener, como la antigua, sus monumentos; pero el arquitecto tendrá que preocuparse también del desarrollo social y funcional” .
A parte de los factores anteriormente descritos existen otros quizás menos decisivos pero igual de importantes en cualquier caso, “los descubrimientos arqueológicos como los de las ruinas de Herculano (1738) y de Pompeya (1748), permiten conocer con más exactitud las obras de la antigüedad romana” .
El romanticismo es un movimiento artístico y social que se basa en los sentimientos humanos. “El uso de la palabra «romántico» (derivada Romance, composición en el idioma Romance, vernáculo francés, por contraposición a una composición latina) se registra por primera vez en la Inglaterra del siglo XVII. ” Esta tendencia domina la primera mitad del siglo XIX.
El Romanticismo, también tiene su reflejo en la filosofía y en la política, “ante la influencia de la ilustración y de las ideas de libertad defendidas tanto en la revolución como también en la campaña imperialista de Napoleón, surge el romanticismo como reacción en los pueblos sometidos pues hay una búsqueda de lo propio, lo vernáculo” . Podríamos hablar pues, de “un claro fondo nacionalista en este romanticismo, de volver a las formas arcaicas. […] No existe un objetivo o un programa común que englobe a los románticos, les une una desconfianza en la razón, […] tras la derrota napoleónica, triunfa esta tendencia” . Respecto a la actitud política, la mayor parte de los románticos defendieron los movimientos liberales de la primera mitad del XIX.
En los románticos surge un “deseo de evasión, de búsqueda de dimensiones desconocidas. […] La importancia que dan a la individualidad, acentúa la sensibilidad, consideran que el punto de partida de creación debe ser el sentimiento. Ponen hincapié en la imaginación, lo espontáneo, lo cambiante...”
Podíamos afirmar pues, que el Neoclasicismo y el Romanticismo, son periodos contrapuestos, por un lado encontramos la idea que se tenia a fines del XVIII “la elección del neoclasicismo se justifica […] diciendo que es el estilo que más se ajusta a
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