Actividad diagnostica sociales

Actividad Diagnóstica

Plutarco Elías Calles en su discurso redacta diferentes puntos acerca de cómo ve al país en el año de 1928 después del asesinato de Álvaro Obregón, a continuación trataré de abarcar ciertos puntos clave o más importantes acerca de este discurso.

Este discurso empieza así. Un precepto constitucional me impone el deber de venir a informar ante la representación nacional sobre el estado general, he creído conveniente presentar por escrito el Informe en que se condensan las labores administrativas desarrolladas por los diversos órganos del Poder Ejecutivo.

Por este Informe podrían ustedes darse cuenta de que la tendencia que animó al Gobierno de la República desde la iniciación de mi periodo presidencial, ha continuado con toda perseverancia y firmeza además de que impulso al programa reconstructivo nacional, sin perder nunca de vista las finalidades avanzadas de la Revolución.

También habla sobre el fomento de la educación de las clases rurales y trabajadoras, asimismo ponerlos al tanto acerca de las responsabilidades que nos reserva el futuro de nuestra historia.

La desaparición del presidente electo ha sido una pérdida irreparable que deja al país en una situación particularmente difícil, por la total carencia no de hombres capaces o bien preparados, que afortunadamente los hay. Habla sobre que este problema pone a conciencia nacional uno de los más grandes y vitales problemas que no es solo por naturaleza política, sino de existencia misma.

Hay que advertir, que le vacío creado por la muerte del señor general Obregón intensifica necesidades y problemas de orden político y administrativo  ya existentes y que resultan de la circunstancia de que serenada en gran parte la contienda político-social por el triunfo definitivo de los principios cumbres de la Revolución, principios sociales que, como los consignados en los artículos 27 y 123, nunca permitirá el pueblo que le sean arrebatados.

Todo esto determina la magnitud del problema; pero la misma circunstancia de que quizá por primera vez en su historia se enfrenta México con una situación en la que la nota dominante es la falta de “caudillos”.

Juzgo indispensable hacer preceder este breve análisis de una declaración firme, irrevocable firme, en la que empeñaré mi honor ante el Congreso Nacional, ante el país y ante el concierto de los pueblo civilizados; pero debo, antes, decir que quizás en ninguna otra ocasión las circunstancias que hayan colocado al jefe del Poder Ejecutivo en un atmósfera más propicia para que volviera a existir en nuestro país el continuismo a base de un hombre, que sugestiones y ofertas y aún presiones de cierto orden.

El desarrollo pacífico evolutivo de México como país institucional, en el que los hombres no fueran, como no debemos ser, sino meros accidentes sin importar real, al lado de la serenidad perpetua y augusta de las instituciones y las leyes.

Por último, a la totalidad de la familia mexicana, la oportunidad, quizás única en muchos años, repito, de hacer un decidió y firme y definitivo intento para pasar de la categoría  de pueblo y de gobiernos de caudillos, a la más alta y más respetada y más productiva y más pacífica y más civilizada condición de pueblo de instituciones y de leyes.

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