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Alejandro Magno


Enviado por   •  2 de Mayo de 2020  •  Biografía  •  4.327 Palabras (18 Páginas)  •  137 Visitas

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ESCUELA DE CIENCIAS DEL MAR

CURSO DE SUBOFICIAL PRIMERO A SUBOFICIAL PRINCIPAL 2019

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                                                                 PROFESOR: CFCO FRANCO, JULIO CESAR

                                                                 ALUMNO: SIFU AQUINO, CLAUDIA BEATRIZ

                                                                 DIVISION: BRAVO

                                                                 AÑO: 2019

QUIEN FUE?

Alejandro III de Macedonia, más conocido como Alejandro Magno fue el rey de Macedonia desde 336 a. C. hasta su muerte. Hijo y sucesor de Filipo II de Macedonia. Filipo lo había preparado para reinar, proporcionándole una experiencia militar y encomendando a Aristóteles su formación intelectual.

Alejandro Magno dedicó los primeros años de su reinado a imponer su autoridad sobre los pueblos sometidos a Macedonia, que habían aprovechado la muerte de Filipo para rebelarse.

Con veinte años lo coronaron rey de Macedonia y tomo la decisión de luchar contra los persas, que habían sido enemigos de su imperio desde hacía muchos siglos. Asi Alejandro empezaría su viaje para ampliar su imperio conquistando otros lugares; viaje que duraría once años.

Al principio de su conquista consiguió que el rey persa llamado Darío fuera asesinado, lo que le hizo mucho más fácil la conquista del territorio de los persas, que ya no tendrían ningún rey. Su fama llegaría hasta Egipto, donde lo recibirían como a un dios dándole el título de faraón.

Alejandro Magno creo muchas rutas de comercio, hizo que la cultura griega fuera conocida por todo su imperio y creo lazos entre Oriente y Occidente.

Desafortunadamente, por motivos que hoy en día se desconocen (envenenamiento, fiebre del Nilo o Malaria), Alejandro Magno falleció un mes antes de cumplir los 33 años, en el 323 a.C, sin nombrar a un heredero, lo que desembocó en una guerra de sucesión entre sus generales que acabó por desintegrar el gran imperio macedónico al que había dedicado su vida.

INDICE

  1. INTRODUCCION                                                             Pag.  4
  1.  NACIDO PARA SER REY                                                Pag. 5, 6
  1. ALEJANDRO III SOMETE A TODA GRECIA                         Pag. 7
  1.  LAS CAMPAÑAS MILITARES EN EL EXTERIOR                        Pag. 8, 9
  1.  EL IMPERIO                                                                 Pag. 10, 11
  1. CONCLUSION                                                                Pag. 12
  1. REFERENCIAS                                                                Pag. 13

INTRODUCCION

Alejandro Magno, también conocido como Alejandro El Grande y Alejandro II de Macedonia. Nació el 20 o 21 de julio del 356 a.C. y murió el 10 o 13 de junio del 323 a.C., a la de edad de 32 años. Su reinado en Macedonia comenzó cuando su Padre, Filipo II, fue asesinado antes de conseguir su propósito, hacerse con el mando de cada ciudad griega; los macedonios, entonces, lo eligieron a él. Poco después, consiguió el propósito de su padre, pero al no quedar satisfecho con eso, mandó un ejército que él había reclutado para conquistar territorios fuera de sus fronteras, y hasta fundó su gran ciudad: Alejandría. Después, quiso derrotar a los persas, y lo consiguió; finalmente se hizo con Asia. Poco después murió, (hay varias teorías sobre las causas) y comenzó el período helenístico. Alejandro consiguió pasar hacia una nueva era más moderna basada en la población de las ciudades, el cultivo y la ingeniería. Extendió la cultura griega por todo el mundo.

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NACIDO PARA SER REY

Hacia la segunda mitad del siglo IV a.C., un pequeño territorio del norte de Grecia, menospreciado por los altivos atenienses y tachado de bárbaro, inició su fulgurante expansión bajo la égida de un militar de genio: Filipo II, rey de Macedonia. La clave de sus éxitos bélicos fue el perfeccionamiento del «orden de batalla oblicuo», experimentado con anterioridad por Epaminondas. Alejandro nació en Pela, capital de la antigua comarca macedónica de Pelagonia, en octubre del 356 a.C. Ese año proporcionó numerosas felicidades a la ambiciosa comunidad macedonia: uno de sus más reputados generales, Parmenión, venció a los ilirios; uno de sus jinetes resultó vencedor en los Juegos celebrados en Olimpia; y Filipo tuvo a su hijo Alejandro, que en su imponente trayectoria guerrera jamás conocería la derrota.

Las autoridades lo ejecutaron, ordenaron que desapareciese hasta el más recóndito testimonio de su paso por el mundo y prohibieron que nadie pronunciase jamás su nombre.
Nacido para conquistar

Predestinado por dioses y oráculos a gobernar a la vez dos imperios, la confirmación de ese destino excepcional parece hoy más atribuible a su propia y peculiar realidad. Nieto e hijo de reyes en una época en que la aristocracia estaba integrada por guerreros y conquistadores, fue preparado para ello desde que vio la luz.

En el momento de nacer, su padre, Filipo II, general del ejército y flamante rey de Macedonia, a cuyo trono había accedido meses antes, se encontraba lejos de Pela, en la península Calcídica, celebrando con sus soldados la rendición de la colonia griega de Potidea. Al recibir la noticia, lleno de júbilo, envió en seguida a Atenas una carta dirigida a Aristóteles, en la que le participaba el hecho y agradecía a los dioses que su hijo hubiera nacido en su época, y le transmitía la esperanza de que un día llegase a ser discípulo suyo. Nada que indujese a la sensualidad. Aristóteles le enseñó a además amar los poemas de Homero, en particular la Ilíada, que con el tiempo se convertiría en una verdadera obsesión del Alejandro adulto. El nuevo Aquiles fue en cierta ocasión interrogado por su maestro respecto a sus planes para con él cuando hubiera alcanzado el poder. El prudente Alejandro contestó que llegado el momento le daría respuesta, porque el hombre nunca puede estar seguro del futuro. Aristóteles, lejos de alimentar suspicacias respecto a esta reticente réplica, quedó sumamente complacido y le profetizó que sería un gran rey.
Alejandro fue creciendo mientras los macedonios aumentaban sus dominios y Filipo su gloria. Desde temprana edad, su aspecto y su valor fueron parangonados con los de un león, y cuando contaba sólo quince años, según narra Plutarco, tuvo lugar una anécdota que anticipa su deslumbrante porvenir. Ante el asombro de todos, el futuro conquistador de Persia subió a lomos del que sería su amigo inseparable durante muchos años, Bucéfalo, y galopó sobre él con inopinada facilidad.

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