Alonos De Ojeda
Enviado por pe12pe • 23 de Octubre de 2013 • 456 Palabras (2 Páginas) • 460 Visitas
ació en Torrejoncillo del Rey (Cuenca) en 1468, en una familia hidalga de pocos recursos. En su juventud estuvo al servicio del duque de Medinaceli, don Luis de la Cerda, como paje. Alonso de Ojeda era pariente cercano de un alto miembro del Tribunal de la Inquisición, de su mismo nombre, quien le presentó al obispo de Badajoz, y mucho después de Burgos y Presidente de la Junta de Indias, don Juan Rodríguez de Fonseca.
Participó en la toma de Granada, donde dejó constancia de sus dotes militares, de su destreza como espadachín y de su audacia.
El joven Ojeda se ganó en breve la buena voluntad del Obispo, quien ofreció dispensarle su protección a la primera oportunidad. Alonso tenía veintiocho años en 1494, era pequeño de estatura, ágil hasta causar sorpresa, y en todos los ejercicios de las armas, maestro consumado; tenía el genio pronto y la vista perspicaz; era valiente hasta la temeridad, vengativo hasta la crueldad, tierno de corazón con los débiles, y cortés con las damas; pendenciero y duelista, pero hondamente creyente y por extremo observante de sus deberes religiosos.
El Obispo supo distinguir en aquel joven un alma bien templada y un corazón generoso, pero también notó que su carácter tenía un fondo de ambición que podía servirle en los planes que por entonces maduraba para anular el poder de Cristóbal Colón.
Llegada a La Española[editar · editar código]
En septiembre de 1493, gracias a Rodríguez de Fonseca, se embarcó con Cristóbal Colón en su segundo viaje a América, llegando a la isla de La Española. En enero de 1494, Colón le encargó que buscara algunos tripulantes extraviados en el territorio de la isla. Pudo adentrarse con sólo quince hombres en la región del Cibao, donde dominaba el aguerrido cacique caribe llamado Caonabo. Era Cibao, zona rica en minas de oro y Ojeda regresó a La Isabela para informar al Almirante, aquejado allí de unas fiebres.
Colón partió para aquellas tierras en marzo de 1494 e hizo fundar la fortaleza de Santo Tomás, de la que nombró alcaide a Ojeda.
Caonabó y sus guerreros atacaron el fuerte en cuanto tuvieron oportunidad y Ojeda los venció. La leyenda dice que logró apresar personalmente a Caonabó usando unos grilletes de oro y engañando al cacique haciéndole creer que eran prendas reales.
También participó Alonso de Ojeda en la Batalla de la Vega Real o Batalla de Jáquimo, apodando a Ojeda como «El Centauro de Jaquimo», en la que, bajo su mando, los españoles vencieron a los indígenas. Esta batalla habría enfrentado a un número de indígenas cifrado en diez mil por Fray Bartolomé de las Casas frente a tan solo alrededor de cuatrocientos españoles, si bien es muy posible que estas cifras hayan sido exageradas. Posteriormente, en 1496, regresó a España.
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