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Alta, Media Y Baja Cultura


Enviado por   •  1 de Octubre de 2013  •  815 Palabras (4 Páginas)  •  589 Visitas

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Alta, media y baja cultura

A raíz de la aparición del libro Mainstream de Frédéric Martel, en el suplemento cultural del diario "La Repubblica", Angelo Aquaro y Marc Augé retomaron recientemente (a propósito de nuevas formas de globalización de la cultura) una cuestión que cada tanto se reabre regularmente, pero siempre desde nuevos puntos de vista, y que es cuál es ahora la línea de discriminación entre cultura alta y cultura baja.

Si a un joven, que escucha indiferentemente a Mozart y música étnica, la distinción puede parecerle extraña, recordaré que el tema ya era candente hacia mediados del siglo pasado, y que Dwight MacDonald en un bellísimo y muy aristocrático ensayo de 1960 (Masscult e Midcult) identificó incluso, no dos, sino tres niveles.

La cultura alta estaba representada, simplemente para que nos entendamos, por Joyce, Proust, Picasso, mientras que la masscult se manifestaba en toda la pacotilla hollywoodiana, desde las tapas del Saturday Evening Post y el rock (MacDonald era de esos intelectuales que no tenían televisor en su casa, mientras que los más abiertos a lo nuevo lo tenían en la cocina).

Pero MacDonald también trazaba un tercer nivel, la midcult, una cultura media representada por productos de entretenimiento que incluso tomaban prestados giros estilísticos de la vanguardia, pero que eran fundamentalmente kitsch. Y, entre los productos midcult, MacDonald ponía, para el pasado a Alma Tadema y Rostand, y para su época a Somerset Maugham, el último Hemingway, Thorton Wilder y probablemente habría puesto muchísimos libros publicados con éxito por Adelphi, que junto a testimonios de lo más alto que puede haber en cultura, alinea a autores como Maugham justamente, Marai y el sublime Simenon (MacDonald habría clasificado al Simenon no-Maigret como midcult y al Simenon-Maigret como masscult).

Pero la división entre cultura popular y cultura aristocrática es menos antigua de lo que se cree.

Augé cita el caso de los funerales de Hugo en los que participaron centenares de miles de personas (¿Hugo era midcult o cultura alta?); a las tragedias de Sófocles iban también los vendedores de pescado del Pireo; Los novios, apenas publicado, tuvo una serie impresionante de ediciones pirata, signo de su popularidad y recordemos al herrero que deformaba los versos de Dante, haciendo enojar al poeta, pero demostrando al mismo tiempo que su poesía era conocida hasta por los analfabetos.

Es cierto que los romanos abandonaban una representación de Terencio para ir a ver los osos, pero en el fondo también en la actualidad muchos intelectuales refinadísimos renuncian a un concierto para ver el partido.

El hecho es que la distinción entre dos (o tres) culturas se vuelve neta sólo cuando las vanguardias históricas se proponen como objetivo provocar al burgués, y entonces

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